13 Marzo 2014
foto gentileza Miguel Alderete Garrido
“Cuando Francisco entró en la Capilla de Santa Marta pareció que el ambiente se transformaba y todos entramos en un recogimiento sobrenatural que duró toda la celebración. No debería sorprendernos, es un hombre que tiene cuatro horas de oración diaria además con su siestita argentina. En sus homilías espontáneas se lo percibe así, porque habla de un Misterio que Dios revela en la oración contemplativa.
Lo vi sereno y radiante, aplomado y lúcido a la vez, sin perder su chispa de argentino.
No se si todos saben que los últimos papas renunciaron a su nacionalidad al pasar a ser Jefes de Estado del Vaticano. No es el caso de Francisco que mantiene su nacionalidad de origen y hasta renovó sus documentos. Cuando le entregué la estola que hizo Aurora, una modista de la parroquia El Salvador, al mirar las fechas que marcan el Centenario de la Patria, bromeó y me dijo: “¡che pero mirá que todavía estamos en el 14!” (la estola tiene bordado el 2016 que recuerda el bicentenario).
El momento más sublime fue cuando él inclinó la cabeza y yo le coloqué la estola. Me conmoví luego al verlo acariciar la sencilla estola con una mirada como si viajara hasta aquí.
Me escuchó con mucha atención cuando le comenté que en el Barrio 2 de Setiembre queremos reciclar basura y rellenar botellas de plástico para usarlas para construir casas. Justamente el papa está escribiendo sobre el cuidado del medio ambiente”.
Lo vi sereno y radiante, aplomado y lúcido a la vez, sin perder su chispa de argentino.
No se si todos saben que los últimos papas renunciaron a su nacionalidad al pasar a ser Jefes de Estado del Vaticano. No es el caso de Francisco que mantiene su nacionalidad de origen y hasta renovó sus documentos. Cuando le entregué la estola que hizo Aurora, una modista de la parroquia El Salvador, al mirar las fechas que marcan el Centenario de la Patria, bromeó y me dijo: “¡che pero mirá que todavía estamos en el 14!” (la estola tiene bordado el 2016 que recuerda el bicentenario).
El momento más sublime fue cuando él inclinó la cabeza y yo le coloqué la estola. Me conmoví luego al verlo acariciar la sencilla estola con una mirada como si viajara hasta aquí.
Me escuchó con mucha atención cuando le comenté que en el Barrio 2 de Setiembre queremos reciclar basura y rellenar botellas de plástico para usarlas para construir casas. Justamente el papa está escribiendo sobre el cuidado del medio ambiente”.
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