03 Abril 2014

Matías Lorenzo Pisarello - Derechos Humanos - ANDHES

La actual discusión sobre la reforma del Código Penal, ha instigado a algunos ciudadanos a demostrar que en nuestra sociedad “el que las hace, las paga”, creyendo que de esa manera imponen la tranquilidad social que el Estado les niega.

Este brote psicótico no es más que la exaltación de lo que ya conocemos como selectividad penal y tiene como principal consecuencia profundizar la desigualdad social existente y reforzar la idea del peligro que presentan ciertos grupos estereotipados, a los cuales, además de marginar, ahora golpeamos y matamos.

Para que una sociedad sea más justa y equitativa, es imprescindible no renunciar al Estado como responsable de la protección de nuestros derechos y como encargado de resolver los conflictos. Siendo ello así, no debemos permitir, siquiera, que se inicie una discusión sobre si los linchamientos están bien o están mal.

En una sociedad democrática, las transgresiones se pagan con el cumplimiento de lo que manda la ley, y quienes se aparten de ella deberán ser sometidos a la Justicia.

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