03 Abril 2014
Los arrestos civiles ocurren a menudo. Pero los uniformados advierten que cuando ocurre un delito los ciudadanos deben llamar de inmediato a la Policía para que intervenga. A pesar de esto muchas veces las víctimas cansadas de ser golpeadas por la inseguridad, optan por hacer justicia por mano propia.
Uno de los casos más difundidos y recientes ocurrió en enero. Cuando José González, el padre de “Conty” González, la adolescente que fue asesinada en la puerta de su casa en Alderetes, atrapó junto con un grupo de comerciantes a un asaltante que intentó robar un moto.
El viernes 17 de enero a la mañana González estaba trabajando en una carnicería en Camino del Perú al 2.000. A unos 20 metros de ahí, hay un comercio que vende repuestos para autos y motocicletas. En la vereda del negocio Nicolás Salinas, el encargado de la casa de repuestos, había estacionado su moto. Alrededor de las 10, un sujeto se acercó hasta la Honda Wave de Salinas e intentó robarla. González y los demás comerciantes de la zona salieron a la calle y redujeron al sospechoso que conducía la moto. Pero el otro asaltante logró escapar. Enfurecidos, los comerciantes descargaron toda su furia sobre el sospechoso y lo golpearon ferozmente.
Uno de los casos más difundidos y recientes ocurrió en enero. Cuando José González, el padre de “Conty” González, la adolescente que fue asesinada en la puerta de su casa en Alderetes, atrapó junto con un grupo de comerciantes a un asaltante que intentó robar un moto.
El viernes 17 de enero a la mañana González estaba trabajando en una carnicería en Camino del Perú al 2.000. A unos 20 metros de ahí, hay un comercio que vende repuestos para autos y motocicletas. En la vereda del negocio Nicolás Salinas, el encargado de la casa de repuestos, había estacionado su moto. Alrededor de las 10, un sujeto se acercó hasta la Honda Wave de Salinas e intentó robarla. González y los demás comerciantes de la zona salieron a la calle y redujeron al sospechoso que conducía la moto. Pero el otro asaltante logró escapar. Enfurecidos, los comerciantes descargaron toda su furia sobre el sospechoso y lo golpearon ferozmente.
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