04 Abril 2014
El proceso de beatificación de la madre Catalina de María Rodríguez, que se inició con un presunto milagro ocurrido en Tucumán, dio un paso más. La Congregación para la Causa de los Santos, en la Santa Sede, declaró la validez jurídica del proceso en un presunto milagro atribuido a la intercesión de la Venerable Madre Catalina. La religiosa es la fundadora de la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús y la noticia llega en momentos en que el colegio de las hermanas celebra sus 125 años.
Pero el proceso de validez del presunto milagro producido en Tucumán por invocación de una mujer que padecía un enfermedad incurable no ha terminado. “Ahora se aguarda que se siga los pasos en la fase romana: debe parecer favorable a dos médicos, superar la votación de una junta médica, debe contar con la aprobación de los teólogos y el voto positivo de los padres de la Congregación de la Causa de los Santos para que pase a la aprobación del Santo Padre”, explicó el padre Dante Simón, de Córdoba.
La historia
Josefa Saturnina Rodríguez, como se llamaba la madre Catalina de María, había nacido el 27 de noviembre de 1823 en Córdoba. En 1872 fundó la congregación argentina de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. En 1877, invitada por el Cura Gabriel Brochero, se instala en Villa del Tránsito (Córdoba) y le ayuda en su tarea de evangelización y a difundir los ejercicios espirituales. Falleció en la Pascua de 1896. Fue declarada Venerable el 17 de diciembre de 1997 por el beato Papa Juan Pablo II.
Para el inicio de un proceso de beatificación se necesita la intercesión del venerable en un milagro. El obispo del lugar de donde se produce el presunto milagro instruye el proceso, como ocurrió en Tucumán. Intervienen médicos que comprueben que se trató de una curación en forma inexplicable y luego se analiza el caso jurídicamente. También deben aprobarlos los teólogos, luego los cardenales y por último el Papa.
125 años
Una tucumana fundó el colegio
La historia del colegio Sagrado Corazón de Jesús se remonta a mediados de 1800, cuando la tucumana María Loreto de Valladares y Aráoz, preocupada por la educación de la mujer, decide abrir una institución. Pero al morir, en 1879, la Iglesia pide a la Congregación de la Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, fundada por la madre Catalina de María Rodríguez (foto) que incorpore la obra. Es así como la religiosa envía un grupo de monjas a Tucumán que ponen a funcionar el colegio el 15 de noviembre de 1889. Hoy la institución cuenta con niveles inicial, primario, secundario (en sus modalidades de Ciencias Naturales y Humanidades) y terciario (profesorado de enseñanza primaria). La congregación además fundó en 1915 el hogar para niñas “San José”, y administra la Casa de Ejercicios Espirituales Belén del Arzobispado de Tucumán.
Pero el proceso de validez del presunto milagro producido en Tucumán por invocación de una mujer que padecía un enfermedad incurable no ha terminado. “Ahora se aguarda que se siga los pasos en la fase romana: debe parecer favorable a dos médicos, superar la votación de una junta médica, debe contar con la aprobación de los teólogos y el voto positivo de los padres de la Congregación de la Causa de los Santos para que pase a la aprobación del Santo Padre”, explicó el padre Dante Simón, de Córdoba.
La historia
Josefa Saturnina Rodríguez, como se llamaba la madre Catalina de María, había nacido el 27 de noviembre de 1823 en Córdoba. En 1872 fundó la congregación argentina de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. En 1877, invitada por el Cura Gabriel Brochero, se instala en Villa del Tránsito (Córdoba) y le ayuda en su tarea de evangelización y a difundir los ejercicios espirituales. Falleció en la Pascua de 1896. Fue declarada Venerable el 17 de diciembre de 1997 por el beato Papa Juan Pablo II.
Para el inicio de un proceso de beatificación se necesita la intercesión del venerable en un milagro. El obispo del lugar de donde se produce el presunto milagro instruye el proceso, como ocurrió en Tucumán. Intervienen médicos que comprueben que se trató de una curación en forma inexplicable y luego se analiza el caso jurídicamente. También deben aprobarlos los teólogos, luego los cardenales y por último el Papa.
125 años
Una tucumana fundó el colegio
La historia del colegio Sagrado Corazón de Jesús se remonta a mediados de 1800, cuando la tucumana María Loreto de Valladares y Aráoz, preocupada por la educación de la mujer, decide abrir una institución. Pero al morir, en 1879, la Iglesia pide a la Congregación de la Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, fundada por la madre Catalina de María Rodríguez (foto) que incorpore la obra. Es así como la religiosa envía un grupo de monjas a Tucumán que ponen a funcionar el colegio el 15 de noviembre de 1889. Hoy la institución cuenta con niveles inicial, primario, secundario (en sus modalidades de Ciencias Naturales y Humanidades) y terciario (profesorado de enseñanza primaria). La congregación además fundó en 1915 el hogar para niñas “San José”, y administra la Casa de Ejercicios Espirituales Belén del Arzobispado de Tucumán.
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