07 Abril 2014
EL PAPA HUMILDE. Salió del Vaticano para visitar un barrio pobre. reuters
El papa Francisco se reunió ayer con un grupo de ex drogadictos, alcohólicos y detenidos y les dijo que busquen a Dios en sus propias debilidades.
“¿Dónde piensan que se encuentra a Dios, en la Iglesia? No, se encuentra en vuestras debilidades”, afirmó el Sumo Pontífice durante una visita a la iglesia de un barrio romano popular.
El encuentro tuvo lugar en la parroquia de San Gregorio Magno de la Magliana, un barrio de la capital italiana con muchos problemas de precariedad y marginación social, informó la agencia Télam.
“Francisco es uno de nosotros”, “¿Cómo anda la cosa Francisco?” y “Guíanos en este mar de esperanza”, rezaban algunos de los carteles con los que los vecinos del vecindario recibieron al Papa, quien dedicó un buen rato a saludar a los chicos que se le acercaban.
El Papa argentino recibió, además, un maletín negro (similar al que usó siempre en Buenos Aires), repleto con cartas de los vecinos de Magliana.
Misericordia sin límites
Por otra parte, durante el rezo del Angelus, Francisco les recordó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro que “no hay límite alguno a la misericordia divina, que se ofrece a todos”.
Se trata de una idea que el papa Bergoglio ya expresó el pasado 23 de marzo, cuando en una ocasión similar aseguró que la misericordia es más grande que el prejuicio.
Francisco envió este mensaje a las decenas de miles de fieles que abarrotaron la plaza de San Pedro en el quinto domingo de Cuaresma y a quienes recordó el episodio bíblico de la resurrección de Lázaro por parte de Jesús.
Lo hizo para ilustrar además “hasta dónde puede llegar la gracia de Dios, y por lo tanto hasta dónde puede llegar nuestra conversión, nuestro cambio. Nuestra resurrección comienza aquí: cuando decidamos obedecer la orden de Jesús saliendo a la luz, a la vida, cuando caigan de nuestros rostros las máscaras y reencontremos el valor de nuestro rostro original, creado a imagen y semejanza de Dios”, dijo el papa. El pontífice invitó a los fieles a salir de una vida falsa, egoísta y mediocre. “Los pecados nos han metido en una tumba de la que debemos emerger”, afirmó.
“¿Dónde piensan que se encuentra a Dios, en la Iglesia? No, se encuentra en vuestras debilidades”, afirmó el Sumo Pontífice durante una visita a la iglesia de un barrio romano popular.
El encuentro tuvo lugar en la parroquia de San Gregorio Magno de la Magliana, un barrio de la capital italiana con muchos problemas de precariedad y marginación social, informó la agencia Télam.
“Francisco es uno de nosotros”, “¿Cómo anda la cosa Francisco?” y “Guíanos en este mar de esperanza”, rezaban algunos de los carteles con los que los vecinos del vecindario recibieron al Papa, quien dedicó un buen rato a saludar a los chicos que se le acercaban.
El Papa argentino recibió, además, un maletín negro (similar al que usó siempre en Buenos Aires), repleto con cartas de los vecinos de Magliana.
Misericordia sin límites
Por otra parte, durante el rezo del Angelus, Francisco les recordó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro que “no hay límite alguno a la misericordia divina, que se ofrece a todos”.
Se trata de una idea que el papa Bergoglio ya expresó el pasado 23 de marzo, cuando en una ocasión similar aseguró que la misericordia es más grande que el prejuicio.
Francisco envió este mensaje a las decenas de miles de fieles que abarrotaron la plaza de San Pedro en el quinto domingo de Cuaresma y a quienes recordó el episodio bíblico de la resurrección de Lázaro por parte de Jesús.
Lo hizo para ilustrar además “hasta dónde puede llegar la gracia de Dios, y por lo tanto hasta dónde puede llegar nuestra conversión, nuestro cambio. Nuestra resurrección comienza aquí: cuando decidamos obedecer la orden de Jesús saliendo a la luz, a la vida, cuando caigan de nuestros rostros las máscaras y reencontremos el valor de nuestro rostro original, creado a imagen y semejanza de Dios”, dijo el papa. El pontífice invitó a los fieles a salir de una vida falsa, egoísta y mediocre. “Los pecados nos han metido en una tumba de la que debemos emerger”, afirmó.
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