Por Gustavo Cobos
09 Abril 2014
Luego del fallo absolutorio dictado en 2012, Susana Trimarco y su equipo apostaron a una estrategia política y mediática para lograr la condena de las personas que consideran responsables de la desaparición de “Marita” Verón. En el camino fue quedando el juicio político contra los camaristas Piedrabuena, Herrera Molina (con jubilación en trámite) y Romero Lascano (cuestionó actos de integración del Jury de enjuiciamiento). La multitud que la acompañó la noche del 12 de diciembre de 2012, y que pedía justicia por “Marita”, fue alejándose a medida que Trimarco se fue acercando al kirchnerismo. El año pasado la Corte Suprema dictó un fallo que, algunos consideran, fue más político que jurídico. Pero los vocales del máximo tribunal no se animaron a fijar penas, y en un mecanismo sui géneris inventaron las audiencias que culminaron ayer, tal como lo consideró el vocal Páez de la Torre. No será el último capítulo judicial de esta historia, que probablemente termine en la Corte Suprema de la Nación. Entre tanto, aún no se sabe dónde está “Marita”.
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