10 Abril 2014
POR ACÁ NO. Álvarez, de Lastenia, corta el avance de Guillermo Albornoz, de Amalia. El “villero” ganó 1 a 0.
“No estábamos en condiciones de jugar. Le avisamos al árbitro (Nicolás) Nanterne Giacchino, pero nos dijo que no había razones por suspenderlo”, aseguró Sebastián García, técnico de Lastenia. Su equipo fue derrotado por Amalia, 1 a 0, después que parte del cuerpo técnico y el plantel fueran agredidos antes de que comenzara el encuentro.
Cerca de las 15, en tres camionetas de la Policía, llegaron los jugadores de la “gloria”. Detrás de ellos, en un auto particular, llegaron Jeremías Pizzo, preparador físico, y José Luis Lazarte, ayudante de campo. Ellos iban con una persona que conducía el rodado y su hijo, jugador de las inferiores del club. Cuando los vehículos fueron descubiertos por la hinchada “villera”, comenzaron a arrojarles piedras.
Después de que las camionetas ingresaran al estadio, los pocos policías que estaban en el lugar cerraron la puerta y el auto quedó afuera. Una horda de violentos lo atacó y casi lo volcaron. Los de la “gloria”, al percatarse de lo que estaba ocurriendo, lograron que el automóvil pasara la puerta. Mientras lo hacía, un desconocido arrojó un medio bloque de cemento que rompió la luneta e impactó en la cabeza de Pizzo.
El preparador físico, después de haber sido alcanzado por el proyectil, perdió el conocimiento y permaneció así durante varios minutos. “Cuando me desperté me di cuenta que volaban las piedras que arrojaban desde la calle. Luego me subieron a una ambulancia y me llevaron al Hospital Padilla. Allí me hicieron varios puntos de sutura y me diagnosticaron un traumatismo de cráneo”, comentó Pizzo en una charla con LG Deportiva.
Pero más allá de este salvaje ataque, en el sur de la ciudad hubo fútbol. César Mateucci marcó el único tanto a los tres minutos de haberse iniciado el encuentro a través de un tiro libre. De ahí en más todo fue aburrido. El “villero” ajustó sus líneas para aguantar el triunfo y a Lastenia le faltaron ideas para lograr al menos el empate.
Cerca de las 15, en tres camionetas de la Policía, llegaron los jugadores de la “gloria”. Detrás de ellos, en un auto particular, llegaron Jeremías Pizzo, preparador físico, y José Luis Lazarte, ayudante de campo. Ellos iban con una persona que conducía el rodado y su hijo, jugador de las inferiores del club. Cuando los vehículos fueron descubiertos por la hinchada “villera”, comenzaron a arrojarles piedras.
Después de que las camionetas ingresaran al estadio, los pocos policías que estaban en el lugar cerraron la puerta y el auto quedó afuera. Una horda de violentos lo atacó y casi lo volcaron. Los de la “gloria”, al percatarse de lo que estaba ocurriendo, lograron que el automóvil pasara la puerta. Mientras lo hacía, un desconocido arrojó un medio bloque de cemento que rompió la luneta e impactó en la cabeza de Pizzo.
El preparador físico, después de haber sido alcanzado por el proyectil, perdió el conocimiento y permaneció así durante varios minutos. “Cuando me desperté me di cuenta que volaban las piedras que arrojaban desde la calle. Luego me subieron a una ambulancia y me llevaron al Hospital Padilla. Allí me hicieron varios puntos de sutura y me diagnosticaron un traumatismo de cráneo”, comentó Pizzo en una charla con LG Deportiva.
Pero más allá de este salvaje ataque, en el sur de la ciudad hubo fútbol. César Mateucci marcó el único tanto a los tres minutos de haberse iniciado el encuentro a través de un tiro libre. De ahí en más todo fue aburrido. El “villero” ajustó sus líneas para aguantar el triunfo y a Lastenia le faltaron ideas para lograr al menos el empate.
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