05 Mayo 2014
ES UNO MÁS. Ariel Martos comparte la charla con el kinesiólogo Damián Solís.
SUNCHALES, (De nuestro enviado especial, Miguel Décima).- Ariel Martos siempre fue un apasionado del fútbol. Desde muy pequeño solía prenderse en los picados con sus amigos. Esto ocurrió hasta que un día fue a probarse en Central Norte y comenzó a jugar en las inferiores. Una lesión en los aductores lo obligó a estar inactivo cerca de 18 meses. Ese parate hizo que buscara algo alternativo para atenuar la bronca de no poder hacer lo que más le gustaba.
Eligió trabajar en la formación de jóvenes que buscan al fútbol como una forma de escaparle a los vicios de la calle y al ocio. “Cuando me recuperé de la lesión ya había perdido ese fuego sagrado que tenía y pasé a ser un ex jugador. Sólo me prendía en algunos picados que, asado de por medio, armaban mis amigos. Allí me di cuenta que en mí había nacido una nueva forma de estar ligado al fútbol. A la luz de los resultados, creo que tomé la decisión correcta”, dijo Ariel.
A los 26 años, el hoy ayudante de campo de Arnaldo Sialle comenzó a trabajar con las divisiones inferiores de UTA. Junto a Omar Marchese y Osvaldo Peláez tuvieron la visión de darle vuelo a juveniles que luego tuvieron un roce nacional e internacional. El caso más conocido es Roberto Maximiliano Pereyra, ex jugador de River que hoy triunfa en Udinese de Italia.
En el hall de hotel Plaza Ben Hur, donde el plantel de San Martín esperó el partido con Libertad, Ariel habló de todo. “A esta nueva tarea que me toca desempeñar dentro del club la tomo como un aprendizaje. Cada día estoy teniendo vivencias nuevas que ayudan a seguir acumulando enseñanzas. En esta profesión nunca se deja de aprender, por eso trato de ser lo más observador posible y tener la humildad de aceptar los consejos de los que más saben”, dijo quien le agradeció al vicepresidente Roberto Sagra, la confianza que le tuvo para recomendarlo como ayudante de Sialle.
Martos sabe que esta nueva función es un paso adelante en su proyecto. “No voy a ser necio y no reconocer que lo que más me gusta es dirigir. Pero tampoco puedo ser desagradecido y no decir que esto me tiene que servir para el futuro. Estará en mí sacarle el mayor provecho posible”, se sincera quien considera que “Cacho” Murillo, Jacinto Eusebio Roldán y Marchese fueron quienes más le enseñaron en esta profesión.
Aunque avisa que no descarta volver a dirigir a los pibes, Ariel se guardó para la charla final el objetivo mayor: “mi sueño sería dirigir a nivel profesional. Para eso me estoy formando”.
Eligió trabajar en la formación de jóvenes que buscan al fútbol como una forma de escaparle a los vicios de la calle y al ocio. “Cuando me recuperé de la lesión ya había perdido ese fuego sagrado que tenía y pasé a ser un ex jugador. Sólo me prendía en algunos picados que, asado de por medio, armaban mis amigos. Allí me di cuenta que en mí había nacido una nueva forma de estar ligado al fútbol. A la luz de los resultados, creo que tomé la decisión correcta”, dijo Ariel.
A los 26 años, el hoy ayudante de campo de Arnaldo Sialle comenzó a trabajar con las divisiones inferiores de UTA. Junto a Omar Marchese y Osvaldo Peláez tuvieron la visión de darle vuelo a juveniles que luego tuvieron un roce nacional e internacional. El caso más conocido es Roberto Maximiliano Pereyra, ex jugador de River que hoy triunfa en Udinese de Italia.
En el hall de hotel Plaza Ben Hur, donde el plantel de San Martín esperó el partido con Libertad, Ariel habló de todo. “A esta nueva tarea que me toca desempeñar dentro del club la tomo como un aprendizaje. Cada día estoy teniendo vivencias nuevas que ayudan a seguir acumulando enseñanzas. En esta profesión nunca se deja de aprender, por eso trato de ser lo más observador posible y tener la humildad de aceptar los consejos de los que más saben”, dijo quien le agradeció al vicepresidente Roberto Sagra, la confianza que le tuvo para recomendarlo como ayudante de Sialle.
Martos sabe que esta nueva función es un paso adelante en su proyecto. “No voy a ser necio y no reconocer que lo que más me gusta es dirigir. Pero tampoco puedo ser desagradecido y no decir que esto me tiene que servir para el futuro. Estará en mí sacarle el mayor provecho posible”, se sincera quien considera que “Cacho” Murillo, Jacinto Eusebio Roldán y Marchese fueron quienes más le enseñaron en esta profesión.
Aunque avisa que no descarta volver a dirigir a los pibes, Ariel se guardó para la charla final el objetivo mayor: “mi sueño sería dirigir a nivel profesional. Para eso me estoy formando”.
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