San Martín se durmió al final y pagó con la derrota

El “santo” perdió el partido en el minuto 90 y ahora debe ganar la revancha para clasificarse.

NO TUVO CÓMO. Fabricio Lenci encara a Aguirre y se manda, pero el delantero esta vez quedó a mitad de camino. Ni él ni Silba pudieron pesar en la delantera. NO TUVO CÓMO. Fabricio Lenci encara a Aguirre y se manda, pero el delantero esta vez quedó a mitad de camino. Ni él ni Silba pudieron pesar en la delantera.
Que Laureano Tombolini haya sido un espectador de lujo dice mucho. San Martín no lo buscó, y por eso perdió. Mala suerte también tuvo, porque atrás jugó seguro toda la noche, menos en el minuto 90’, cuando Juventud Unida de San Luis logró hacer la diferencia, 1-0. El primer tiempo fue sufrido. Por un lado porque la chance de cabeza de Luis Silba a los 3’ del inicio fue sólo un oasis en medio del desierto de situaciones para el “santo”, que no pudo inquietar a Laureano. Y por otro porque la defensa, junto con Diego Pave, tuvieron que tomar protagonismo. Entre los defensores y el arquero salvaron los goles, producto de las pelotas paradas con las que Juventud intentaba desnivelar.

Gracias a los pies atentos de Gonzalo Cáceres y ¡Fabricio Lenci!, que fue más importante atrás que adelante para dar una mano y despejar sobre la línea los tiros que iban al arco de Pave, San Martín no terminó abajo en el primer tiempo.

A los volantes les costó tener la propiedad del balón, que fue exclusiva de Juventud, y eso se explica por qué a los “tanques” de arriba no les llegó el balón para empujar a la red. Silba y Lenci esta vez se quedaron con las ganas...

La tuvo difícil San Martín, que sólo de a poquito pudo ir avanzando para hacerse sentir en ataque. Pero, al final: nada...

Hasta la media hora del segundo tiempo Juventud dominó territorialmente pero se contagió de la visita, y se olvidó de llegar. Entonces el duelo cayó en un pozo y el espectáculo fue puro bostezo durante varios minutos.

Con la tranquilidad de la ventaja deportiva, el “santo” se dio el lujo de casi no pasar la mitad de cancha. Le faltó ambición. Ese pecado terminó siendo mortal para San Martín, que en tiempo cumplido durmió como nunca en toda la noche, porque había defendido bien, y se dejó ganar en las alturas. Marcos Cabrera apareció y de arriba mandó a guardar un segundo centro tras un córner. El intento de Pave por manotear la pelota fue en vano. La derrota quedaba consumada. Ahora está obligado a ganar en La Ciudadela por cualquier diferencia para avanzar a semifinales.

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