Arjen Robben, con sed de revancha

El crack holandés se quedó con las manos vacías en Sudáfrica 2010.

29 Mayo 2014
Es imposible aún ingresar en la mente de las personas, pero seguramente al holandés Arjen Robben, por más que hayan pasado casi cuatro años, todavía debe sufrir con el mano a mano que desperdició en la final de Sudáfrica 2010. Y quiere revancha para darle a Holanda su primer título mundial.

Era un partido tan trabado y disputado ante España en aquella definición en el estadio colmado de Johannesburgo. Se sabía que un gol podría ser suficiente para conquistar la ansiada Copa, la que ninguno de los dos países había logrado jamás, tal como sucedió finalmente con el 1-0 ibérico en tiempo suplementario.

Por eso, Robben tiene la espina clavada, porque de haber resuelto la acción con la precisión que lo caracteriza, la historia podría haber sido distinta y Holanda contaría por fin en su palmarés con el título mundial que ya se le había escapado en otras dos definiciones, las de Alemania 1974 y Argentina 1978.

Corrían 16 minutos del segundo tiempo cuando Wesley Sneijder puso un exquisito pase en profundidad para que el oriundo de la pequeña Bedum, de apenas algo más de 10.000 habitantes, quedara solo frente al arquero. Lo llamativo es que tuvo tiempo para pensar y resolver, pero lejos de su categoría definió como un novato. Su remate de zurda en la puerta del área dio en el tobillo de Iker Casillas y el balón se fue afuera. La ilusión de todo un país se diluyó... otra vez.

Por eso, para Robben, a la cita de Brasil llega con sed de revancha y porque su objetivo pasa por redimirse y encabezar a la formación de la “naranja mecánica” a la conquista de su primera corona mundial, para justificar además y por fin el mote de potencia que se ganó en las últimas décadas.

Diferencias

El “Ala Tornante”, término usado tiempo atrás en Italia para definir a un extremo que también ayuda en la mitad de la cancha, debutó en Alemania 2006 con el gol del triunfo ante Serbia y Montenegro (1-0) y fue figura también contra Costa de Marfil (2-1). Sin embargo, tras no participar contra Argentina (0-0) no tuvo una buena actuación en la eliminación de octavos con Portugal (1-0).

A la cita de Sudáfrica 2010, en cambio, llegó lesionado y entró unos minutos en el último partido de la fase inicial ante Camerún (2-1). Convirtió en octavos ante Eslovaquia (2-1), se destacó en cuartos contra Brasil (2-1) y marcó el tercero de su equipo en semifinales contra Uruguay (3-2), antes de llegar a la fatídica final.

Si hay algo que tiene Robben es que sabe recuperarse. En la final de la Liga de Campeones 2012 falló un penal en tiempo extra para Bayern Munich, de Alemania, con el partido 1-1 ante Chelsea, de Inglaterra, luego ganador en la definición desde los 12 pasos.

Sin embargo, logró sacarse la espina al año siguiente tras convertir el 2-1 a dos minutos del final, para darle el título del torneo a su club ante el también teutón Borussia Dortmund.

En cuanto a sus dotes como futbolista, el actual 10 del Bayern y 11 de la “naranja”, que también jugó tres Eurocopas (2004, 2008 y 2012), aunque sin títulos y apenas un gol marcado, se destaca porque desequilibra como pocos por los extremos y luego engancha para definir. Y lo hace bien por cualquiera de las bandas, ya que maneja los dos perfiles, aunque habitualmente arranca por izquierda.

Asimismo, al dúctil futbolista de 1,80 metros de altura, le gusta encarar y dejar por el camino rivales y también tiene buena pegada desde afuera del área, aunque a lo largo de su carrera debió soportar varias lesiones que lo tuvieron a maltraer.

Otro dato significativo del volante de 30 años es que aprendió a convivir en equipos de estrellas, ya sea en la selección o en clubes, y siempre se las arregló para destacarse, a pesar de estar rodeado de jugadores con “chapa”. Debutó en Groningen de Holanda a fines de 2000 y rápidamente pasó a PSV, donde brilló para saltar a Chelsea. El poderoso Real Madrid posó sus ojos en él y lo tuvo dos temporadas, para recalar luego en su actual club, Bayern Munich.

A lo largo de su carrera disputó 382 partidos con 120 goles, además de 73 con la selección y 22 anotaciones. Logró 18 títulos locales (dos PSV, seis Chelsea, dos Real Madrid y ocho Bayern) y dos internacionales (Champions y Supercopa de Europa con el conjunto alemán). Pero le falta el más importante, el que todos quieren ganar: la Copa del Mundo que aspira a conquistar en Brasil.

Sueños y algo más

Tiene equipo y de sobra Holanda para soñar, pues bajo la conducción de Louis Van Gaal, quien asumió su segundo ciclo en 2012 aunque se irá tras el Mundial a Manchester United, encontró un aceitado rendimiento en las Eliminatorias de Europa, donde culminó invicto con nueve victorias y un empate en 10 partidos.

La “naranja” es un equipo sólido y compacto, difícil de vulnerar en la defensa y que deposita su confianza en la ofensiva con Sneijder, Jeremain Lens, Robin Van Persie y el propio Robben, quien sin dudas será una pieza clave.

No tuvo su mejor temporada con Bayern. El equipo conducido por Josep Guardiola ganó la Liga y la Copa de Alemania, además de la Supercopa de Europa y Mundial de Clubes, no pudo retener el título de la Liga de Campeones y perdió la Supercopa alemana. El crack holandés pretende tomarse revancha también de eso en Brasil, para darle la alegría que todo un país espera desde siempre.

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