30 Mayo 2014
Alemania es una potencia indiscutida y siempre se las arregla para inmiscuirse en la definición de los Mundiales, pero como en el último tiempo no logró coronarse pensó en un equipo joven en Sudáfrica 2010 para que explote en Brasil 2014, con Bastian Schweinsteiger como abanderado.
“El fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y, al final, los alemanes siempre ganan”, aseveró el atacante inglés Gary Lineker, luego de caer ante los germanos en las semifinales de Italia 90. Pero la famosa frase no pudo extenderse en el tiempo.
Después de su tercera corona en ese torneo, el combinado teutón cayó en cuartos de final en Estados Unidos 1994 y Francia en 1998 para estar entre los cuatro mejores en las últimas tres Copas: fue segundo en Corea-Japón 2002 y tercero en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.
La realidad es que los “fracasos” fueron los anteriores a la cita africana, porque allí se acudió a experimentar con un conjunto con mucho futuro. Justamente, el DT Joachim Low, ex asistente del saliente Jurgen Klinsmann y que asumió en julio de 2006, pensó su equipo en torno a un jugador que ya había sobresalido en el certamen que jugaron de locales, Schweinsteiger.
Con apenas 21 años, había actuado en su primer certamen ecuménico en la zona izquierda de la ofensiva y se destacó con dos goles y tres asistencias para el tercer puesto de su país (3-1 a Portugal).
Con mayor experiencia, logró el subcampeonato en la Eurocopa 2008, el volante del Bayern Múnich, único club de su carrera, se convirtió en el eje del equipo que dio que hablar en Sudáfrica 2010, donde finalizó tercero al vencer 3-2 a Uruguay.
Ahora, Schweinsteiger, con 29 años y muchos títulos importantes a nivel clubes en su haber (18 nacionales y 3 internacionales), volverá a encabezar un seleccionado que sumó experiencia en la Eurocopa 2012, donde alcanzó la semifinal.
Mesut Ozil (25 años), Thomas Müller (24), Sami Khedira (27), Tony Kross (24), Jerome Boateng (25), Philipp Lahm (30) y el arquero Manuel Neuer (28) son algunos de los futbolistas que vienen del Mundial pasado y que “Basti”, como le gusta que lo llamen, intentará guiar y ordenar.
Oriundo de Kolbermoor bei Rosenheim, de 1,83 metros, Schweinsteiger cuenta con 24 tantos (2 en el Mundial 2006) en sus 100 partidos internacionales con Alemania, pero no es un jugador que sobresalga por su capacidad goleadora, sino que brilla por su inteligencia, panorama y despliegue; ordena el fondo de la cancha, recupera y distribuye en el mediocampo y piensa y genera los movimientos en ofensiva.
En definitiva, Schweinsteiger es el DT dentro de la cancha; es los ojos y la voz del entrenador Low en el perímetro de juego, parándose en la zona central del 4-2-3-1, sistema táctico de moda en Europa.
“Basti” no consiguió el objetivo que se había planteado esta temporada con su club, en el que suma 467 partidos y 61 tantos, ya que con la llegada del español Josep Guardiola la ilusión era retener las cinco coronas de 2013 (Mundial de Clubes, Liga de Campeones, Supercopa de Europa, Liga y Copa local).
Bayern Munich ganó la Liga con siete fechas de antelación y la Copa de Alemania, en la que Schweinsteiger no pudo jugar por una inflamación de rodilla, sobre la que él mismo se encargó de aclarar que no supone ningún riesgo de cara al Mundial.
La cita ecuménica será una buena oportunidad para el exquisito jugador, al igual que para muchos de sus compañeros del Bayern de tomarse revancha y celebrar por primera vez con la Selección.
Alemania, campeón mundial en 1954, 1974 y 1990, siempre está entre los mejores y por eso parte como favorito. Schweinsteiger y compañía sueñan esta vez con llegar a la final. Y ganarla.
“El fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y, al final, los alemanes siempre ganan”, aseveró el atacante inglés Gary Lineker, luego de caer ante los germanos en las semifinales de Italia 90. Pero la famosa frase no pudo extenderse en el tiempo.
Después de su tercera corona en ese torneo, el combinado teutón cayó en cuartos de final en Estados Unidos 1994 y Francia en 1998 para estar entre los cuatro mejores en las últimas tres Copas: fue segundo en Corea-Japón 2002 y tercero en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.
La realidad es que los “fracasos” fueron los anteriores a la cita africana, porque allí se acudió a experimentar con un conjunto con mucho futuro. Justamente, el DT Joachim Low, ex asistente del saliente Jurgen Klinsmann y que asumió en julio de 2006, pensó su equipo en torno a un jugador que ya había sobresalido en el certamen que jugaron de locales, Schweinsteiger.
Con apenas 21 años, había actuado en su primer certamen ecuménico en la zona izquierda de la ofensiva y se destacó con dos goles y tres asistencias para el tercer puesto de su país (3-1 a Portugal).
Con mayor experiencia, logró el subcampeonato en la Eurocopa 2008, el volante del Bayern Múnich, único club de su carrera, se convirtió en el eje del equipo que dio que hablar en Sudáfrica 2010, donde finalizó tercero al vencer 3-2 a Uruguay.
Ahora, Schweinsteiger, con 29 años y muchos títulos importantes a nivel clubes en su haber (18 nacionales y 3 internacionales), volverá a encabezar un seleccionado que sumó experiencia en la Eurocopa 2012, donde alcanzó la semifinal.
Mesut Ozil (25 años), Thomas Müller (24), Sami Khedira (27), Tony Kross (24), Jerome Boateng (25), Philipp Lahm (30) y el arquero Manuel Neuer (28) son algunos de los futbolistas que vienen del Mundial pasado y que “Basti”, como le gusta que lo llamen, intentará guiar y ordenar.
Oriundo de Kolbermoor bei Rosenheim, de 1,83 metros, Schweinsteiger cuenta con 24 tantos (2 en el Mundial 2006) en sus 100 partidos internacionales con Alemania, pero no es un jugador que sobresalga por su capacidad goleadora, sino que brilla por su inteligencia, panorama y despliegue; ordena el fondo de la cancha, recupera y distribuye en el mediocampo y piensa y genera los movimientos en ofensiva.
En definitiva, Schweinsteiger es el DT dentro de la cancha; es los ojos y la voz del entrenador Low en el perímetro de juego, parándose en la zona central del 4-2-3-1, sistema táctico de moda en Europa.
“Basti” no consiguió el objetivo que se había planteado esta temporada con su club, en el que suma 467 partidos y 61 tantos, ya que con la llegada del español Josep Guardiola la ilusión era retener las cinco coronas de 2013 (Mundial de Clubes, Liga de Campeones, Supercopa de Europa, Liga y Copa local).
Bayern Munich ganó la Liga con siete fechas de antelación y la Copa de Alemania, en la que Schweinsteiger no pudo jugar por una inflamación de rodilla, sobre la que él mismo se encargó de aclarar que no supone ningún riesgo de cara al Mundial.
La cita ecuménica será una buena oportunidad para el exquisito jugador, al igual que para muchos de sus compañeros del Bayern de tomarse revancha y celebrar por primera vez con la Selección.
Alemania, campeón mundial en 1954, 1974 y 1990, siempre está entre los mejores y por eso parte como favorito. Schweinsteiger y compañía sueñan esta vez con llegar a la final. Y ganarla.
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