Hasta hace unos años, la medición del cociente intelectual (CI) de la
persona había sido considerado como un factor que predecía el éxito que
podía alcanzar ese individuo en la vida. Actualmente, según lo explica la
psicóloga e investigadora Mara Tomás, se considera también el cociente
emocional (CE) que está relacionado con la capacidad de reconocer las
propias emociones y las de los demás, y gestionarlas. En una entrevista
para LA GACETA, Tomás explica ese concepto y otros relacionados con la
gestión del talento en los niños.
- ¿Un chico capacitado a temprana edad, luego puede llegar a tener
problemas o dificultades para insertarse en un grupo?
En primer lugar me gustaría hacer una distinción en lo que actualmente se
puede considerar como una persona talentosa. Hasta hace unos años se ha
considerado, como un factor que predecía el éxito, la medición del cociente
intelectual (CI) de la persona; es decir sus aspectos cognoscitivos. En
general se ha vinculado el CI con el éxito escolar y académico
exclusivamente. Para una comprensión del CI podemos mencionar palabras como
reflexionar, acumular datos, tomar decisiones lógicas, etcétera. Actualmente
se considera también el cociente emocional (CE) que está relacionado con la
capacidad de reconocer las propias emociones y las de los demás y
gestionarlas. Cuando hablamos de gestionar las emociones, implica elegir
cómo expresar nuestras emociones, no dejarnos “arrastrar” por nuestros
impulsos, posponer la gratificación inmediata. Implica poder decir lo
adecuado, en el momento justo y con la persona indicada.
La inteligencia emocional no es fácil de definir porque forma parte de
rasgos sociales y de personalidad, pero si la podemos comprender cuando
mencionamos la amabilidad, la confianza en uno mismo, el respeto por los
demás, el autocontrol, la gestión de los conflictos.
Estas capacidades intelectuales (CI) y emocionales (CE) no se oponen, sino
que interactúan en forma dinámica una con la otra. Hay niños que pueden
destacarse tanto en las capacidades cognitivas como en las sociales y
emocionales, lo que constituye una combinación perfecta entre personalidad
e intelecto, mostrando empatía, optimismo, buenas relaciones, creatividad,
confianza y genialidad.
Respondiendo a la pregunta, si la capacitación está orientada
exclusivamente al desarrollo intelectual del niño, se descuidan aspectos
fundamentales como es el desarrollo de la inteligencia emocional, que le
permite al niño una adaptación más activa a la realidad. Por el contrario
si la capacitación incluye el desarrollo integral del niño, puede ser
favorable. Cabe considerar que el CE al no tener una carga genética
determinada, son habilidades que se pueden desarrollar y aprender a lo
largo de la vida, y que pueden incidir en las oportunidades de éxito de un
niño.
- Si lo hubiere, ¿cómo se lo prepara para lidiar con esos conflictos?
En la década de setenta el psicólogo Walter Mischel realizó un estudio con
niños de 4 años, al que denominó “la prueba de la golosina”. Verificaba si
el autocontrol podía ser un predictor del carácter y de la manera de ser de
las personas en la edad adulta. Un adulto les decía: “ahora debo marcharme
y regresaré en unos veinte minutos. Si lo deseas puedes tomar una golosina
pero, si esperas a que vuelva, te daré dos”.
Luego de algunos años, y siguiendo con el estudio, se analizaron los
comportamientos de estos niños en la adolescencia y edad adulta y se
verificó que aquellos que habían podido postergar la satisfacción
inmediata, eran personas socialmente más competentes, emprendedoras y con
mayor capacidad para tolerar la frustración. Por el contrario, los que no
habían podido esperar, eran más problemáticos en estos aspectos.
Este estudio nos permite pensar que aquellos niños que demostraron tener
más desarrollado el autocontrol, podían ser personas más capaces para
desarrollar su carrera académica como también laboral.
Podemos pensar que un niño no sólo debe adquirir conocimientos conceptuales
sino también debe adquirir y ser formados en competencias emocionales y
sociales. Afortunadamente en algunos colegios y escuelas de nuestro medio,
ya se están implementando contenidos transversales que permiten a los niños
el desarrollo de inteligencia emocional y social basados en el desarrollo
intra e interpersonal. Entre los aspectos internos podemos mencionar: el
autocontrol, la autoconfianza, la gestión del tiempo, la creatividad y la
capacidad de adaptarse a los cambios, como habilidades personales. En
cuanto a las habilidades interpersonales podemos mencionar el trabajo en
equipo, el liderazgo, la comunicación, la pasión emprendedora y la gestión
saludable de los conflictos.
- ¿Cómo desarrollamos potencialidades en niños pequeños?
Justamente en la
semana pasada, trabajamos la Consultora Mara Tomás y Jesús Molina Gómez,
invitado de la Universidad de Málaga, en la implementación de un proyecto
denominado kidstalentum, en un Colegio de nuestro medio. En el mismo
tratamos que cada niño identifique en sí mismo y en sus compañeros, el
potencial de desarrollo y sus fortalezas, más que la situación actual. El
programa intenta desarrollar a los *after teen* (antes de la pubertad) de
una manera integral.
La metodología que utilizamos es la outdoor training, que busca el
desarrollo personal de las competencias que permiten una mejor inserción en
la escuela y en el mundo del trabajo. Esta metodología tiene como principio
el riesgo por elección y permite vivenciar de un modo impactante y
divertido, las fortalezas y debilidades personales, permitiendo a partir de
allí aprender sobre ellos mismos, sobre las relaciones con los demás y a
reconocer la responsabilidad que debe tomar cada uno en el grupo y con su
futuro. Por ejemplo un niño que elija “arriesgarse” jugando (hablamos
siempre de riesgo calculado y cuidado), puede ser alguien que en el futuro
esté dispuesto a emprender y a proponerse nuevos retos y desafíos.
- ¿Cómo trabajan con este programa?
Anna Freud, psicoterapeuta de niños
dice: “jugar es el trabajo de los niños”. Tomando este principio, en el
programa Kidstalentum trabajamos con el desarrollo de las capacidades
emociones y sociales en los niños mediante juegos y actividades lúdicas
adecuadas a la edad de los mismos. En los juegos los niños tienen
oportunidad de aprender nuevas formas de pensar, sentir y actuar,
desarrollando así sus competencias emocionales. El programa Kidstalentum
incluye también a los docentes y padres de los niños, de esta manera se
busca potenciar las relaciones interpersonales entre alumnos, docentes y
padres. Al involucrar a todos los actores, se fomenta un ambiente
facilitador para el desarrollo de emociones y habilidades sociales.
- ¿Cuándo es la edad ideal para potenciar sus habilidades?
Consideramos
que lo ideal es fomentar el desarrollo de la autoconfianza, autoestima, que
el niño pueda valorar sus recursos personales y posibilidades desde la
temprana edad. La autoconfianza es algo que se va construyendo a lo largo
de la vida. Es evidente que un niño no nace con una imagen propia ni con
una autoestima ya determinada. Las primeras experiencias sociales, el medio
en el que se desenvuelve y las actitudes de los demás hacia él, contribuyen
a construir esa imagen y a determinar el valor que se le atribuye. Un niño
al que se le plantean desafíos que impliquen un reto y que tenga los
recursos para resolver, irá desarrollando su autoconfianza y creerá en sí
mismo.
Pero no hablamos del sentimiento de omnipotencia o sentirse eficaz en todo
momento, de buscar el “éxito”. La autoestima implica poder recurrir a los
otros cuando es necesario, pedir ayuda, implica tener entusiasmo, para
obtener lo que queremos conseguir. Desarrollar la autoestima implica
abandonar el aislamiento, los otros pueden contribuir a desarrollar la
autoestima. Para desarrollar la autoestima es necesario poder modificar las
aspiraciones y las posibilidades personales de lograrlo, “ser un
emprendedor”. Finalmente desarrollar la autoestima implica sacrificios,
dejar de lado la comodidad, jugarse, no temerle al fracaso.
Felipe Molina Leiva
Un Aspirante a estrella de rock
A simple vista, pareciera que Felipe Molina Leiva sabe tocar la (mini) guitarra. Quizás vio por televisión a un guitarrista y de ahí imitó la posición de las manos y la postura, porque su mamá asegura que en su casa no hay músicos de los que pueda haber heredado la alegría que demuestra cuando escucha melodías. “Desde bebé se quedaba tranquilo cuando oía bandas como AC/DC o Guns n’ Roses. Ahora, que tiene 1 año y 8 meses, le compramos hasta una batería para incentivarlo”, cuenta Natalia, su mamá. Ella fue quien inscribió a Felipe en Mi Taller Sónico, donde Cachi Pajón enseña iniciación en la música. Y en cada clase, a Felipe le sobran espectadores: desde la puerta, su mamá, su madrina y su abuela lo espían felices.
Julieta Salazar
“Me dedico al arte”
No le gusta que le digan que se parece a Mafalda, pero su capacidad para reflexionar como un adulto parece asemejarla al personaje de Quino (y su flequillo tupido también). Julieta pinta con total libertad las paredes de su casa, y la serie de dibujos que hizo en papel ya están digitalizados por su papá, Humberto, que no se pierde ni un avance artístico de su única hija de 6 años, que sabe leer y escribir desde los 4. Desde hace unos años, Juli asiste a un taller de creatividad que le divierte más que la escuela. “A mi me gusta pintar -confiesa-, a eso me dedico. Por ahora guardamos mis dibujos, porque serán la herencia de mis hijos, y la de mis nietos y así sucesivamente hasta que se acabe el mundo y todos seamos robots”.
Milaia, Keila y Samira Audi
Tres hermanitas con muchas actividades
Milaia Audi, de 6 años, usa un vocabulario que no es normal para su edad, según confiesa su mamá Alejandra Giuliano. “¿Por qué la mandás a tantos cursos? me preguntan otras mamás. Y yo les digo que Milaia, que va a un colegio de doble escolaridad, no para de hacer actividades porque si lo hace se aburre (está haciendo también un curso de cocina). Entonces, por eso acepté que iniciara un taller de piano, en la Colegio Educación del Talento, donde sus hermanitas Keila y Samira (a la izquierda de la foto) van al taller de Estimulación Musical Temprana”, confesó Alejandra. A pesar de esa característica que la hace parecer tan madura, la mamá resaltó que Milaia sigue siendo muy dulce y cariñosa con toda la familia.