El pibe que se ilusiona con triunfar en San Lorenzo

META. Esparza desea poder jugar la parte final de la Libertadores. META. Esparza desea poder jugar la parte final de la Libertadores.
18 Junio 2014
Cuando hace 10 años Gabriel Esparza armó su pequeño bolso y abandonó su Aguilares querido para probar suerte a Buenos Aires, íntimamente alimentó la ilusión de triunfar en el fútbol.

Este volante izquierdo, que nació el 30 de enero de 1993, está viviendo un momento inolvidable. Los directivos de San Lorenzo le hicieron un contrato por dos temporadas y el técnico Edgardo Bauza lo tiene en cuenta para la próxima temporada.

Lo embarga la felicidad y quiere compartirla con sus padres, Juan y Viviana, y sus hermanos, Juan José y Martín Alejandro, que son sus hinchas N° 1. “No fue para nada sencillo haber podido llegar a Primera. Fue un trayecto largo y el sacrificio fue enorme. A los 10 años, toda la familia tuvo que acompañar a mi padre a Buenos Aires, donde consiguió un trabajo estable. No fue un cambio fácil para nosotros, pero debimos adaptarnos”, contó. Y recordó que de niño jugó en los cebollitas de Deportivo Aguilares, club en el que tuvo a “Rolo” Galván como entrenador.

En 2007 fue a probarse a San Lorenzo y quedó en la séptima división que dirigía Alberto Fanesi y “Fito” Salinas. “Militar en uno de los grandes del fútbol argentino me llena de orgullo, más aún teniendo en cuenta que provengo de una familia humilde. Esta es una experiencia inolvidable para mí”, acotó el volante.

A pesar de todo lo que vivió y de los años que lleva transcurridos en Buenos Aires, Gabriel no olvida sus raíces, a la familia y los amigos de su niñez que dejó en Aguilares.

Por eso cada vez que el fútbol se lo permite, se pega una vuelta por la “ Ciudad de las avenidas”, especialmente por el barrio Belgrano para visitar a su abuela “Chicha” y su familia.

Nuevos desafíos

Sabe que se vienen desafíos importantes y se ilusiona con formar parte de la lista que jugará la parte final de la Libertadores.

“Es mi próxima meta”, dice “Gaby”, gran amante de la música. “Mi habitación está llena de instrumentos, los que toco cuando estoy en casa. Me gusta escribir canciones. Allá en el barrio formamos una banda con los chicos, pero no tuvimos continuidad”, contó.

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