"Cómo entrenar a tu dragón 2": Una épica inolvidable

En la isla de Berk, la vida es tranquila. Hipo y el dragón Chimuelo siguen siendo grandes amigos. Pero el descubrimiento de una cueva que alberga nuevos seres lanzafuego, la aparición de una enigmática entrenadora de dragones y la presencia de un codicioso malvado hará que la tranquilidad del pueblo se vea alterada por completo.

Apenas comienzan los títulos del filme (acompañados por la invaluable música de John Powell), se tiene la sensación de que lo que va a venir es una épica que no dará respiro. Y los posteriores 102 minutos de vertiginosa proyección confirman esta primera impresión. El director y guionista Dean DeBlois (artífice del éxito de la primera entrega de esta historia de vikingos y dragones) no se toma demasiado tiempo para presentar a los personajes y sienta rápidamente la base de lo que se verá durante todo el filme: una sucesión de aventuras que se enganchan perfectamente en el tiempo y el espacio.

Claro que, en esta segunda parte de la saga (la tercera se estrenará en 2016), el soberbio trabajo de animación y despliegue visual de DreamWorks no asombra tanto como el contenido mismo de la historia. Contradiciendo aquella norma que postula que las secuelas nunca superan a la historia original, esta película acierta con creces al profundizar los conflictos de los personajes, llevándolos incluso hasta su lado más oscuro. Una estrategia de la que no muchos filmes para chicos pueden salir airosos.

Han transcurrido cinco años desde los sucesos ocurridos en la película anterior y la isla de Berk se ha convertido en un paraíso en el que vikingos y dragones conviven sin demasiados sobresaltos. El rey Estoico tiene decidido que su hijo, Hipo, convertido ya en un adolescente aventurero, lo suceda en el trono. Pero el chico -rebelde como todo joven-, tiene sus propios planes y, junto a su dragón Chimuelo y a su novia Astrid, se dedica a explorar nuevas tierras. En uno de esos viajes descubre una misteriosa isla que le develará algunos secretos de su infancia.

Sin golpes bajos y dosificando a la perfección las vertiginosas escenas de batallas, esta película tal vez no atrape toda la atención de los más pequeños. Pero, sin lugar a dudas, eleva el nivel lírico y espiritual de la saga hasta convertirla en una épica inolvidable que disfrutará toda la familia.

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