21 Junio 2014
GUERRERO. “El Manosanta” Walter Ferreira tiene cáncer y dudaba ir al Mundial.
BRASIL.- Detrás de la recuperación de Luis Suárez hay un hombre: Walter Ferreira, el fisioterapeuta que ayudó a que el goleador uruguayo pasara de la silla de ruedas a festejar goles decisivos en el Mundial en sólo 28 días.
Cuando Suárez convirtió el primero de sus dos goles que tumbaron a Inglaterra, el delantero abrazó a un asistente del cuerpo técnico y lo señaló con el dedo índice para que el resto del mundo lo conociera.
El auxiliar, hasta entonces anónimo, es Ferreira, el kinesiólogo de la selección uruguaya que le permitió a Suárez completar su recuperación física en 28 días y que a su vez encarna otro ejemplo de lucha en el plantel uruguayo.
“Ese agradecimiento es para Walter Ferreira, que es el fisioterapeuta que me recuperó”, dijo el máximo goleador de la última Premier League después de su actuación en el triunfo por 2-1 de Uruguay sobre Inglaterra.
Suárez y el resto de los futbolistas lo llaman “El Manosanta”, un apodo que habla de su sabiduría para rehabilitar jugadores lesionados en menos tiempo del que dictan las previsiones médicas.
Ferreira, un hombre de perfil bajo y que no habla con los medios, se convirtió en el principal apoyo para que el máximo goleador de la historia de la selección uruguaya jugara de nuevo a menos de un mes de que fuera operado de la rodilla izquierda, el 22 de mayo.
Pero ésa es sólo la mitad de la historia que une a Suárez y a Ferreira. La ayuda fue recíproca porque el jugador también fue un sostén anímico del fisioterapeuta, un profesional de 63 años que desde principios de año encarna una historia de lucha, mucho más difícil que la del goleador.
Ferreira realizó antes del Mundial sesiones de quimioterapia para recuperarse de un cáncer y estuvo a punto de no viajar a Brasil. Su debilidad física lo hizo dudar. “Él vino a Brasil para acompañar a Suárez. Para estar a su lado”, dijeron los integrantes de la delegación.
“Si no fuera por Walter, no estaría acá. El 90 % del gol se lo dedico a él. El otro 10 % al resto. Por todo lo que me ayudó y por lo que está sufriendo”, amplió Suárez en el estadio Itaquerao, en alusión a la enfermedad que sufre Ferreira.
“Walter hizo un gran trabajo. ¡Hizo despertar a la bestia! Lo ayudó al animal”, dijo el arquero uruguayo, Fernando Muslera, en relación al fisioterapeuta por cuyas manos pasaron los mejores jugadores uruguayos de los últimos años. En ese listado figuran Rubén Sosa, Enzo Francescoli, Diego Forlán y Álvaro Recoba, entre muchos otros.
Ferreira era el eslabón desconocido entre el Suárez en sillas de ruedas que dejó un hospital de Montevideo el 22 de mayo y el Suárez pletórico del 19 de junio en Sao Paulo. El goleador se rompió los meniscos el 11 de mayo en el partido Liverpool-Newcastle por la Premier League. La lesión lo sacó de las canchas hasta que “El Manosanta” uso su sabiduría para traerlo de vuelta. (DPA)
Cuando Suárez convirtió el primero de sus dos goles que tumbaron a Inglaterra, el delantero abrazó a un asistente del cuerpo técnico y lo señaló con el dedo índice para que el resto del mundo lo conociera.
El auxiliar, hasta entonces anónimo, es Ferreira, el kinesiólogo de la selección uruguaya que le permitió a Suárez completar su recuperación física en 28 días y que a su vez encarna otro ejemplo de lucha en el plantel uruguayo.
“Ese agradecimiento es para Walter Ferreira, que es el fisioterapeuta que me recuperó”, dijo el máximo goleador de la última Premier League después de su actuación en el triunfo por 2-1 de Uruguay sobre Inglaterra.
Suárez y el resto de los futbolistas lo llaman “El Manosanta”, un apodo que habla de su sabiduría para rehabilitar jugadores lesionados en menos tiempo del que dictan las previsiones médicas.
Ferreira, un hombre de perfil bajo y que no habla con los medios, se convirtió en el principal apoyo para que el máximo goleador de la historia de la selección uruguaya jugara de nuevo a menos de un mes de que fuera operado de la rodilla izquierda, el 22 de mayo.
Pero ésa es sólo la mitad de la historia que une a Suárez y a Ferreira. La ayuda fue recíproca porque el jugador también fue un sostén anímico del fisioterapeuta, un profesional de 63 años que desde principios de año encarna una historia de lucha, mucho más difícil que la del goleador.
Ferreira realizó antes del Mundial sesiones de quimioterapia para recuperarse de un cáncer y estuvo a punto de no viajar a Brasil. Su debilidad física lo hizo dudar. “Él vino a Brasil para acompañar a Suárez. Para estar a su lado”, dijeron los integrantes de la delegación.
“Si no fuera por Walter, no estaría acá. El 90 % del gol se lo dedico a él. El otro 10 % al resto. Por todo lo que me ayudó y por lo que está sufriendo”, amplió Suárez en el estadio Itaquerao, en alusión a la enfermedad que sufre Ferreira.
“Walter hizo un gran trabajo. ¡Hizo despertar a la bestia! Lo ayudó al animal”, dijo el arquero uruguayo, Fernando Muslera, en relación al fisioterapeuta por cuyas manos pasaron los mejores jugadores uruguayos de los últimos años. En ese listado figuran Rubén Sosa, Enzo Francescoli, Diego Forlán y Álvaro Recoba, entre muchos otros.
Ferreira era el eslabón desconocido entre el Suárez en sillas de ruedas que dejó un hospital de Montevideo el 22 de mayo y el Suárez pletórico del 19 de junio en Sao Paulo. El goleador se rompió los meniscos el 11 de mayo en el partido Liverpool-Newcastle por la Premier League. La lesión lo sacó de las canchas hasta que “El Manosanta” uso su sabiduría para traerlo de vuelta. (DPA)