Un decálogo para entender el juego de la Selección

Un Mundial no suele otorgar segundas oportunidades. Que lo digan España o Inglaterra. Lo positivo en el caso de Argentina es que ganó y pasó a octavos de final. Seis puntos sobre seis es un rendimiento perfecto… desde lo estadístico. En la cancha la realidad transcurre por otra vereda. El 1 a 0 sobre Irán le dejó a Sabella motivos de sobra para preocuparse, pero a la vez esa falsa actuación se produjo con algunos días de hándicap para mejorar. Veamos 10 problemas de la Selección que necesitan arreglo cuanto antes.

1) Cambio de ritmo

Argentina juega a la misma velocidad, ya sea que intente armar el juego por el centro o por las bandas. Se toma su tiempo para tocar y buscar el hueco, lo que está muy bien, pero ejecuta la jugada en idéntica sintonía, lo que está muy mal. Eso la torna previsible y le bloquean los caminos con facilidad. El ingreso de Lavezzi y de Palacio le dio mayor vértigo al equipo en las inmediaciones del área rival. Lo importante es cambiar de segunda a cuarta en el instante apropiado.

2) Control del juego

Los sistemas tácticos son dibujos, de allí a que sean efectivos hay un campo tan grande como el del Mineirao. Argentina planteó el requerido 4-3-3 y fue dueño de la pelota durante los 93’, pero Irán, con su apropiado 4-5-1, llevó el encuentro al terreno que le convenía. Sin la pelota controló el juego, por eso generó las jugadas de gol más claras y Romero resultó la figura. Lo mismo había ocurrido durante el primer tiempo contra Bosnia. La Selección no maneja los partidos.

3) Precisión y seguridad

Llama la atención que Gago falle un pase de tres o cuatro metros, que Messi choque, que Higuaín se enrede con la pelota. Los iraníes respiraron sorprendidos cada vez que Argentina terminó mal una jugada, ya sea con un centro mal ejecutado o un pelotazo sin destino. Es imprescindible un ajuste en ese sentido. Parece mentira, pero estamos hablando de básicas cuestiones técnicas en jugadores de Selección.

4) Coberturas defensivas

No están funcionando. Los estiletazos en profundidad a la espalda de Federico Fernández son un problema serio. Por ahí llegó el gol de Bosnia. La Selección no consigue reagruparse con solidez y velocidad cuando pierde la pelota y por eso cada contragolpe invita a cerrar los ojos. Si por Sabella fuera pondría su querido 5-3-2, aunque ni así se alcanzó el tan necesario equilibrio.

5) Verticalidad

Bosnia e Irán plantearon barreras superpobladas en terreno propio. Todo indica que Nigeria hará algo similar. La horizontalidad excesiva en los pases y los movimientos tranquiliza al rival. De allí la obligación de modificar el sentido de la traslación de la pelota, quebrar las líneas con flechazos perpendiculares, tocar de primera, sorprender. En este cuadro es clave que Gago esté fino, porque es el jugador capaz de encontrar espacios acertando el pase por el ojo de una aguja.

6) Fórmulas de ataque

Mucho centro, mucho pelotazo, mucho avance que se pincha a medida que el arco adversario se visibiliza en el horizonte. Extrañamente, teniendo en cuenta la jerarquía de los jugadores que calza, la Selección carece de variantes. Contra irán fue Rojo el que intentó desnivelar por la izquierda con las subidas. Muy poco para un equipo que mantiene un potencial extraordinario. La pólvora sigue guardada en el cuartel.

7) Pelota parada

Contra Bosnia el 1 a 0 se produjo cuando la pelota cayó en el área chica desde la izquierda y le rebotó a un rival antes de meterse en el arco. Con un especialista como Messi apretando el gatillo, se supone que los tiros libres deben ser medio gol. Un par de cabezazos apenas desviados (Rojo, Garay) durante el primer tiempo del sábado fueron signos positivos. Hace falta mucho más para no desperdiciar los tiros libres que la Selección suele generar cerca del área.

8) Pequeñas sociedades

El credo “menottiano” destaca que esos miniencuentros son los que estructuran un gran equipo. Argentina precisa que se conecten Gago-Mascherano, Gago-Messi, Di-María-Agüero, Messi-Higuaín, Messi-Agüero. Numerosas y promisorias combinaciones que en la práctica no consiguen ensamblarse.

9) Individualidades

Romero, Rojo y Messi -por su gol y todo lo que representa- fueron lo más rescatable de un equipo opaco. Lo de Gago, Agüero e Higuaín fue muy flojo. Di María jugó pasado de revoluciones, se lo desconoce. Zabaleta y Mascherano, regulares. De los zagueros centrales se habló en el capítulo de las malas coberturas defensivas. Palacio y Lavezzi entraron con el pie derecho, aunque tampoco da para calificarlos definitivamente. Si el principal activo de la Selección es la calidad de sus jugadores,con estas respuestas estamos en aprietos.

10) Messidependencia

Ojalá Messi se ilumine en todos los partidos y solucione las cosas con una genialidad. Ojalá. Pero Messi es tan humano y falible como cualquiera. Si vamos a entregar toda la esperanza a lo que pueda hacer Messi de aquí en adelante, la jugada es tan arriesgada como grande la presión que sufre el ídolo cada vez que le pasan la pelota.

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