Perón y la constante búsqueda del manejo del poder en Argentina

01 Julio 2014

Rosendo Fraga - Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría

Junto con Roca e Yrigoyen, Perón integra la trilogía de los grandes líderes políticos de la Argentina, que no sólo dominaron el escenario nacional político durante décadas, sino que dieron origen a los tres movimientos que gobernaron el país desde fines del siglo XIX hasta nuestros días.

Perón da origen al peronismo o justicialismo, cuya importancia política y social significó en los años cuarenta una transformación sin precedentes, al incorporar al sector obrero a la participación tanto política como social.

El pragmatismo y la ambición de poder del líder dieron a su movimiento una característica en lo que hace a la voluntad en la búsqueda del poder, que hoy subsiste en sus seguidores. El hecho que hoy la elección presidencial de 2003 parezca en disputa sólo entre candidatos de origen justicialista, encuentra su lógica en esa impronta característica de Perón, que se caracterizó por el eficaz manejo del poder y la búsqueda del mismo, antes que por los principios o valores.

En el terreno ideológico, Perón y el peronismo han dado lugar a interpretaciones encontradas, que van desde asimilarlo a un proceso de cambio desde la izquierda hasta las que trataron de ubicarlo como un fenómeno neofascista. La verdad es que Perón se movió desde la izquierda a la derecha de acuerdo a las conveniencias, circunstancias y oportunidades.

Sociológicamente, tuvo algo de la típica viveza criolla. Frases como “hay que poner el guiño a la izquierda y doblar a la derecha” evidenciaban ese pragmatismo de raíz maquiavélica, pero también expresaban esa característica del Viejo Vizcacha del Martín de Fierro, que enseñaba a sobrevivir con picardía y resignación. Pero también dividió a la sociedad en dos bandos irreconciliables, con un fuerte contenido de confrontación social. Los sectores populares tuvieron una adhesión fanática hacia el líder, mientras que las clases medias y altas lo rechazaron con el mismo fervor que sus seguidores lo defendían y exaltaban.

Doctrina y conducción

El origen militar de Perón también influyó en su personalidad y produjo una inteligente adecuación de la estrategia militar al campo de la política. Era así como la juventud peronista a comienzos de los años setenta articulaba toda su doctrina de acción con manuales de conducción que eran copiados de los militares.

Desde esta perspectiva, Perón era una suerte de mezcla de Maquiavelo y Clausewitz, como también su origen europeo por un lado e indio por el otro, le permitía comprender acabadamente la compleja idiosincrasia argentina.

Para los sectores populares, Perón encarnó como ninguna otra figura en la historia argentina, el valor de la justicia social. Pero la ética y la legalidad no fueron los valores que inspiraron a Perón ni que caracterizaron al peronismo.

Pero el Perón que muere el 1 de julio de 1974 es el Perón de la unidad nacional. Se ha reconciliado con el Ejército, del cual había sido dado de baja. Viste el uniforme de Teniente General en el velorio. También se ha reconciliado con la Iglesia, de la cual había sido excomulgado por la quema de los templos porteños en 1955. Se ha reconciliado con la oposición, a través de Ricardo Balbín, el líder del Radicalismo. El Perón de ese momento es más el estadista que el político.

Publicidad
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios