04 Julio 2014
EN PIE DE GUERRA. La familia Wang se arma durante los saqueos.
ESTRENA HOY
• A las 22, en el Teatro El Pulmón (Córdoba 86).
Ante la devastación sufrida en su negocio, la señora Wang empuña una escopeta, dispuesta a defenderse de los saqueadores. Los empleados del “Supelmelcado La Otla Patlia” se encuentran tan desesperados que se aferran a las promesas de un político y a la disparatada ayuda del Capitán Ututo, un superhéroe barrial de dudosa efectividad. El policía Beto exige dinero para darle protección al local. Y el señor Wang, dueño del súper, intenta calmar los ánimos exaltados mediante proverbios de la sabiduría oriental.
La historia transcurre durante los saqueos sufridos en Tucumán en diciembre, según la trama del grotesco teatral que Carlos Alsina (autor y director de la puesta) estrenará esta noche en El Pulmón. Las funciones serán los viernes y los sábados a las 22, y los domingos a las 21, con descuento en las entradas para estudiantes y jubilados.
“La obra enfoca estos hechos como un punto de partida para plantear cuestiones muy serias, como si es posible ser honesto en un mundo que no lo es o si se puede ser bien intencionado cuando lo que prevalece es lo opuesto, pero con un abordaje a través del humor”, señaló Alsina. Hasta lo más insólito, como el personaje del Capitán Ututo (absolutamente tucumanizado), hacen referencia a seres reales aparecidos en la periferia de Buenos Aires, como el Capitán Mengano o La Hormiga Roja, según las noticias que circularon en ese momento.
Un mundo caótico
“El país vivió, no sólo entonces, días aciagos que parecen repetirse cíclicamente -explicó el autor-. Y no sólo la Argentina: el mundo todo está atravesando una etapa caótica. Un personaje de esta obra dice: ‘No se puede ser buenito en este mundo’. Más allá de lo acertado o no de su afirmación, es evidente que no son la honestidad, la justicia y la solidaridad los valores predominantes en esta oscura época de la humanidad. Pero también hay casos de gran solidaridad, de los que tampoco hay que olvidarse”.
Alsina destacó que el perfil que desarrolla el Teatro El Pulmón es el de reflexionar siempre sobre la realidad y las cosas que suceden en la comunidad, dándoles una proyección universal. “Será tarea de sociólogos y psicólogos sociales interpretar científicamente qué pasó en Tucumán en los tristes días del 9, 10 y 11 de diciembre del año pasado. Un tejido social desmembrado fue despedazado por fuerzas devastadoras, que estallaron sin contención alguna y que mostraron las profundas contradicciones sociales que nos aquejan”, advirtió.
La estética elegida se inscribe en el teatro del grotesco argentino, que conjuga la risa y el llanto. “Es que tal vez no haya otro modo de elaborar, desde lo teatral, situaciones tan horrorosas como las que se vivieron. La violencia es un resultado y no una causa. Tal vez la comprensión de que las injustas relaciones sociales son la base de tanto dolor y muerte sea la clave para intentar pergeñar alguna esperanza. De la angustia que sufrí en esos días este texto porque escribir no deja de ser una forma de exorcizar los fantasmas”, explicó.
La mirada desde Italia
Alsina estaba en Italia dictando cursos de teatro al momento del estallido. “Lo viví con mucha angustia no sólo por lo que leía en los diarios on line minuto a minuto sino también por los llamados telefónicos a familiares y amigos. Todos me trasmitían un panorama terrible y de guerra civil, un todos contra todos. Además fue una noticia que salió en los medios italianos bastante destacada, referidas fundamentalmente a Tucumán y a Córdoba. Leí análisis muy dolorosos sobre nuestra provincia, su historia, su miseria endémica, su clasificación como la más pobre del país, su desnutrición. Nadie podía entender que la Policía se haya amotinado y que parecía no haber Gobierno. Las imágenes de saqueos, vecinos armados y barricadas recorrieron el mundo”, detalló.
El elenco está integrado por Virginia Cedamanos, Alejandro Sandoval, Lali Carhuavilca, Federico Cerisola, Milagro Mendía, Pablo Mellace, Daniel Hipólito Fernández, Golo Saifán, con Jorge Salvatierra a cargo de la escenografía, y Sandoval del vestuario.
• A las 22, en el Teatro El Pulmón (Córdoba 86).
Ante la devastación sufrida en su negocio, la señora Wang empuña una escopeta, dispuesta a defenderse de los saqueadores. Los empleados del “Supelmelcado La Otla Patlia” se encuentran tan desesperados que se aferran a las promesas de un político y a la disparatada ayuda del Capitán Ututo, un superhéroe barrial de dudosa efectividad. El policía Beto exige dinero para darle protección al local. Y el señor Wang, dueño del súper, intenta calmar los ánimos exaltados mediante proverbios de la sabiduría oriental.
La historia transcurre durante los saqueos sufridos en Tucumán en diciembre, según la trama del grotesco teatral que Carlos Alsina (autor y director de la puesta) estrenará esta noche en El Pulmón. Las funciones serán los viernes y los sábados a las 22, y los domingos a las 21, con descuento en las entradas para estudiantes y jubilados.
“La obra enfoca estos hechos como un punto de partida para plantear cuestiones muy serias, como si es posible ser honesto en un mundo que no lo es o si se puede ser bien intencionado cuando lo que prevalece es lo opuesto, pero con un abordaje a través del humor”, señaló Alsina. Hasta lo más insólito, como el personaje del Capitán Ututo (absolutamente tucumanizado), hacen referencia a seres reales aparecidos en la periferia de Buenos Aires, como el Capitán Mengano o La Hormiga Roja, según las noticias que circularon en ese momento.
Un mundo caótico
“El país vivió, no sólo entonces, días aciagos que parecen repetirse cíclicamente -explicó el autor-. Y no sólo la Argentina: el mundo todo está atravesando una etapa caótica. Un personaje de esta obra dice: ‘No se puede ser buenito en este mundo’. Más allá de lo acertado o no de su afirmación, es evidente que no son la honestidad, la justicia y la solidaridad los valores predominantes en esta oscura época de la humanidad. Pero también hay casos de gran solidaridad, de los que tampoco hay que olvidarse”.
Alsina destacó que el perfil que desarrolla el Teatro El Pulmón es el de reflexionar siempre sobre la realidad y las cosas que suceden en la comunidad, dándoles una proyección universal. “Será tarea de sociólogos y psicólogos sociales interpretar científicamente qué pasó en Tucumán en los tristes días del 9, 10 y 11 de diciembre del año pasado. Un tejido social desmembrado fue despedazado por fuerzas devastadoras, que estallaron sin contención alguna y que mostraron las profundas contradicciones sociales que nos aquejan”, advirtió.
La estética elegida se inscribe en el teatro del grotesco argentino, que conjuga la risa y el llanto. “Es que tal vez no haya otro modo de elaborar, desde lo teatral, situaciones tan horrorosas como las que se vivieron. La violencia es un resultado y no una causa. Tal vez la comprensión de que las injustas relaciones sociales son la base de tanto dolor y muerte sea la clave para intentar pergeñar alguna esperanza. De la angustia que sufrí en esos días este texto porque escribir no deja de ser una forma de exorcizar los fantasmas”, explicó.
La mirada desde Italia
Alsina estaba en Italia dictando cursos de teatro al momento del estallido. “Lo viví con mucha angustia no sólo por lo que leía en los diarios on line minuto a minuto sino también por los llamados telefónicos a familiares y amigos. Todos me trasmitían un panorama terrible y de guerra civil, un todos contra todos. Además fue una noticia que salió en los medios italianos bastante destacada, referidas fundamentalmente a Tucumán y a Córdoba. Leí análisis muy dolorosos sobre nuestra provincia, su historia, su miseria endémica, su clasificación como la más pobre del país, su desnutrición. Nadie podía entender que la Policía se haya amotinado y que parecía no haber Gobierno. Las imágenes de saqueos, vecinos armados y barricadas recorrieron el mundo”, detalló.
El elenco está integrado por Virginia Cedamanos, Alejandro Sandoval, Lali Carhuavilca, Federico Cerisola, Milagro Mendía, Pablo Mellace, Daniel Hipólito Fernández, Golo Saifán, con Jorge Salvatierra a cargo de la escenografía, y Sandoval del vestuario.
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