15 Julio 2014
FELICES. Götze posa junto a su novia Anne-Katrin Broemmel durante los festejos en Río.
Que Mario Götze, héroe de la final, mostrara en la vuelta al Maracaná la camiseta del lesionado Marco Reus fue tanto una muestra de compañerismo como del potencial de la selección alemana, cuya juventud permite aventurar el inicio de una era de dominio.
Reus es quizás el mejor jugador alemán del momento. A los 25 años maravilló con su final de temporada en Dortmund, pero una lesión en un amistoso previo dejó fuera del plantel al veloz extremo.
Alemania logró el domingo el Mundial sin Reus, sin Lars Bender y sin Ilkay Gündogan, una demostración del potencial del fútbol alemán, de una selección con una media de 25,7 años. “Va a ser muy difícil derrotarlos”, aventuró Franz Beckenbauer. “Hay jugadores que son jóvenes, muy pocos han sobrepasado los 30 años”, enumeró Joachim Löw.
El triunfo ante Argentina corona a Bastian Schweinsteiger y Philipp Lahm, los veteranos del equipo pese a contar con 29 y 30 años y quizás sea el punto final para el goleador Miroslav Klose, de 36. Pero Alemania tiene mucha juventud y mucho talento atrás. Lo sembrado desde 2004 se está traduciendo en una cosecha abundante.
Alemania parece en disposición de marcar una era: será la favorita en la Eurocopa en Francia en 2016 y seguro en Rusia 2018. “Hay jugadores que en este momento están en su cénit, pero tenemos muchos jóvenes”, dijo Löw, dejando ver el margen de mejora de sus hombres. “Tenemos potencial para poder estar en lo más alto”, afirmó el técnico, que tiene contrato hasta la Euro, inclusive.
A la generación de Manuel Neuer (28), Sami Khedira (27), Benedikt Höwedes (26), Mats Hummels (25), Mesut Özil (25), Jérome Boateng (25), Thomas Müller (24), Kroos (24) hay que agregar a Reus (25), André Schürrle (23), Gündogan (23) y Götze (22).
La juventud, sin embargo, no está exenta de experiencia. “Somos un equipo maduro, nuestra generación sabé de qué va esto”, dijo Lahm, líder del bloque de Bayern Múnich, que lo ha ganado todo a nivel de clubes, como varios de los equipos que el resto integra.
“En 2000 y 2004 el fútbol alemán estaba por los suelos. Se invirtió en formación y en tener futbolistas mejor técnicamente”, recordó Löw, principal protagonista del cambio. Los éxitos y el juego de España, verdugo de Alemania en la final de la Euro ‘08 y en las semis de Sudáfrica 2010, reforzaron la idea de Löw.
Gracias al poder económico de la Federación Alemana, se construyeron centros de formación, se aprovechó la diferencia que aportan jóvenes procedentes de familias inmigrantes, se crearon centros de rendimiento y los clubes, que gozan de una gran salud económica y social. “El título es un producto de la fantástica formación en Alemania”, señaló Löw en Río, donde empezó un ciclo que tiene las condiciones dadas para ser duradero.
Reus es quizás el mejor jugador alemán del momento. A los 25 años maravilló con su final de temporada en Dortmund, pero una lesión en un amistoso previo dejó fuera del plantel al veloz extremo.
Alemania logró el domingo el Mundial sin Reus, sin Lars Bender y sin Ilkay Gündogan, una demostración del potencial del fútbol alemán, de una selección con una media de 25,7 años. “Va a ser muy difícil derrotarlos”, aventuró Franz Beckenbauer. “Hay jugadores que son jóvenes, muy pocos han sobrepasado los 30 años”, enumeró Joachim Löw.
El triunfo ante Argentina corona a Bastian Schweinsteiger y Philipp Lahm, los veteranos del equipo pese a contar con 29 y 30 años y quizás sea el punto final para el goleador Miroslav Klose, de 36. Pero Alemania tiene mucha juventud y mucho talento atrás. Lo sembrado desde 2004 se está traduciendo en una cosecha abundante.
Alemania parece en disposición de marcar una era: será la favorita en la Eurocopa en Francia en 2016 y seguro en Rusia 2018. “Hay jugadores que en este momento están en su cénit, pero tenemos muchos jóvenes”, dijo Löw, dejando ver el margen de mejora de sus hombres. “Tenemos potencial para poder estar en lo más alto”, afirmó el técnico, que tiene contrato hasta la Euro, inclusive.
A la generación de Manuel Neuer (28), Sami Khedira (27), Benedikt Höwedes (26), Mats Hummels (25), Mesut Özil (25), Jérome Boateng (25), Thomas Müller (24), Kroos (24) hay que agregar a Reus (25), André Schürrle (23), Gündogan (23) y Götze (22).
La juventud, sin embargo, no está exenta de experiencia. “Somos un equipo maduro, nuestra generación sabé de qué va esto”, dijo Lahm, líder del bloque de Bayern Múnich, que lo ha ganado todo a nivel de clubes, como varios de los equipos que el resto integra.
“En 2000 y 2004 el fútbol alemán estaba por los suelos. Se invirtió en formación y en tener futbolistas mejor técnicamente”, recordó Löw, principal protagonista del cambio. Los éxitos y el juego de España, verdugo de Alemania en la final de la Euro ‘08 y en las semis de Sudáfrica 2010, reforzaron la idea de Löw.
Gracias al poder económico de la Federación Alemana, se construyeron centros de formación, se aprovechó la diferencia que aportan jóvenes procedentes de familias inmigrantes, se crearon centros de rendimiento y los clubes, que gozan de una gran salud económica y social. “El título es un producto de la fantástica formación en Alemania”, señaló Löw en Río, donde empezó un ciclo que tiene las condiciones dadas para ser duradero.