16 Julio 2014
A PASO DE HOMBRE. El colectivo que trasladó al plantel desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad casi no podía avanzar de la multitud que recibió a los campeones el mundo. Igual, todo fue alegría.
BERLÍN.- Alemania sigue convulsionada. El título mundial que la selección dirigida por Joachim Löw obtuvo en Brasil hizo que la fiesta sea continuada, desde el domingo. Y amenaza con seguir un tiempo más.
Ayer, miles de fanáticos recibieron en Berlín a su selección. Banderas, camisetas y cualquier atuendo con los colores “germanos” cubrieron cada parte de la capital alemana para vitorear a los ídolos.
Tras aterrizar en el aeropuerto Tegel, el capitán Philipp Lahm fue el primero en bajar del avión sosteniendo sobre la cabeza el trofeo dorado conseguido el domingo, en el Maracaná, mientras que Bastian Schweinsteiger apareció inmediatamente después envuelto en una bandera.
Cerca de medio millón de personas esperaban en la denominada “milla de los aficionados” de Berlín, un tramo de 1,3 kilómetros de la calle que va del oeste de la capital a la emblemática Puerta de Brandenburgo, para una fiesta multitudinaria. Muchos más ocuparon las aceras de las calles del centro por donde pasó el colectivo que trasladó a los campeones.
Aficionados vestidos con camisetas de Alemania, muchos con la cara pintada de negro, rojo y dorado, y algunos con pelucas y pañuelos con los colores nacionales, habían empezado a beber cerveza horas antes de que el equipo tocara tierra.
Un rugido se elevó sobre la multitud cuando el avión del equipo sobrevoló la zona, y los seguidores realizaron una cuenta regresiva desde 10 cuando la aeronave tocó la pista. “¡El fútbol vuelve a casa!”, bramaron.
La victoria por 1-0 sobre Argentina en Río de Janeiro, le dio a Alemania el primer título desde que se produjo la unión entre la Occidental y la Oriental; ya que los tres anteriores títulos los había logrado Alemania Occidental en Suiza 1954, Alemania 1974 e Italia 1990.
La fiesta no fue sólo en las calles. Las cadenas de televisión llenaron su programación con la cobertura y los periódicos dedicaron ediciones enteras a la victoria.
“¡Esto es lo que se siente con cuatro!”, tituló “Bild”, el diario de mayor tirada en el país. La frase iba acompañada con una fotografía del equipo con los brazos en alto. Además, describió lo que consideró los cuatro atributos del equipo: autoconfianza, unión, fiereza y modernidad.
El gol de Mario Götze durante la prórroga en el duelo decisivo y que le terminó dando el título a su equipo, lo catapultó al podio de los más ovacionados. La multitud coreó el nombre del héroe del domingo junto con el de Schweinsteiger, otro de los más aplaudidos.
“¡Bienvenidos, campeones del mundo!”, dijo el Berliner Zeitung en su primera página.
El éxito de la selección nacional, desde 2006, cuando Alemania organizó el Mundial, es visto ampliamente como algo que ha ayudado a los alemanes a sentirse más orgullosos de su nacionalidad, que la historia había convertido antes en un aspecto incómodo de reconocer. (Reuters-Especial)
Ayer, miles de fanáticos recibieron en Berlín a su selección. Banderas, camisetas y cualquier atuendo con los colores “germanos” cubrieron cada parte de la capital alemana para vitorear a los ídolos.
Tras aterrizar en el aeropuerto Tegel, el capitán Philipp Lahm fue el primero en bajar del avión sosteniendo sobre la cabeza el trofeo dorado conseguido el domingo, en el Maracaná, mientras que Bastian Schweinsteiger apareció inmediatamente después envuelto en una bandera.
Cerca de medio millón de personas esperaban en la denominada “milla de los aficionados” de Berlín, un tramo de 1,3 kilómetros de la calle que va del oeste de la capital a la emblemática Puerta de Brandenburgo, para una fiesta multitudinaria. Muchos más ocuparon las aceras de las calles del centro por donde pasó el colectivo que trasladó a los campeones.
Aficionados vestidos con camisetas de Alemania, muchos con la cara pintada de negro, rojo y dorado, y algunos con pelucas y pañuelos con los colores nacionales, habían empezado a beber cerveza horas antes de que el equipo tocara tierra.
Un rugido se elevó sobre la multitud cuando el avión del equipo sobrevoló la zona, y los seguidores realizaron una cuenta regresiva desde 10 cuando la aeronave tocó la pista. “¡El fútbol vuelve a casa!”, bramaron.
La victoria por 1-0 sobre Argentina en Río de Janeiro, le dio a Alemania el primer título desde que se produjo la unión entre la Occidental y la Oriental; ya que los tres anteriores títulos los había logrado Alemania Occidental en Suiza 1954, Alemania 1974 e Italia 1990.
La fiesta no fue sólo en las calles. Las cadenas de televisión llenaron su programación con la cobertura y los periódicos dedicaron ediciones enteras a la victoria.
“¡Esto es lo que se siente con cuatro!”, tituló “Bild”, el diario de mayor tirada en el país. La frase iba acompañada con una fotografía del equipo con los brazos en alto. Además, describió lo que consideró los cuatro atributos del equipo: autoconfianza, unión, fiereza y modernidad.
El gol de Mario Götze durante la prórroga en el duelo decisivo y que le terminó dando el título a su equipo, lo catapultó al podio de los más ovacionados. La multitud coreó el nombre del héroe del domingo junto con el de Schweinsteiger, otro de los más aplaudidos.
“¡Bienvenidos, campeones del mundo!”, dijo el Berliner Zeitung en su primera página.
El éxito de la selección nacional, desde 2006, cuando Alemania organizó el Mundial, es visto ampliamente como algo que ha ayudado a los alemanes a sentirse más orgullosos de su nacionalidad, que la historia había convertido antes en un aspecto incómodo de reconocer. (Reuters-Especial)
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