Ana María Bovo recupera el placer de contar un cuento

La artista presentará un nuevo formato de espectáculo, con sus fotorrelatos y una serie de películas para compartir con el público.

TRABAJO CON IMÁGENES. Bovo se basa en experiencias personales. vebidoo.de TRABAJO CON IMÁGENES. Bovo se basa en experiencias personales. vebidoo.de
23 Julio 2014
ACTÚA HOY

• A las 21, en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265), con entrada libre y gratuita.


La voz de Ana María Bovo toma de la mano a cada uno y los lleva a caminar por sus relatos, sea en la experiencia en directo, como se podrá apreciar esta noche en el Virla, como al romper la larga distancia para atender a LA GACETA desde Buenos Aires, justo antes de embarcar rumbo a la provincia.

Hace años que no pisa Tucumán, pero tiene el registro vivo de su última visita. “Me dan muchas ganas de volver, porque fue muy lindo lo que compartí con el público y su hospitalidad”, dice entre valijas, remises y trámites.

Esta vez, la más importante narradora oral del país llega con un espectáculo absolutamente renovado, que tituló “Tanto tiempo…”, y al que presenta como “un reencuentro con el placer perdido de que nos cuenten cuentos”. Hasta ahora, trabajó con dramaturgia propia y con relatos basados en textos de otros autores, como Catherine Mansfield y Ángeles Mastretta, pero en esta oportunidad se inspira de la imagen.

“En mi repertorio voy a hacer fotorelatos, que es un género nuevo que estoy cultivando. Saco fotos con mi celular de algo que me interesa en una caminata o en mi casa; a partir de allí construyo relatos breves que voy escribiendo en mi página de Facebook (www.facebook.com/bovoanamaria), con las imágenes colgadas. Pero a diferencia de lo que presento en Internet, sobre el escenario las reproduzco sin mostrarlas, para que cada uno fotografíe ese relato en la medida de su imaginación”, explica.

Bovo se divide en sus espacios: “en el virtual de la red, no estoy en vivo, sino que sólo están mi voz y la imagen que elijo; para el teatro, el aporte visual parte únicamente de cómo cuento el relato que me generó la foto, apoyada en mi gestualidad y en las palabras, con el propósito de reproducir con la mayor realidad posible la imagen”. “Es un ida y vuelta que tiene una cosa muy enriquecedora, por el modo en que se construye esa imagen en la cabeza de cada espectador. El diálogo es muy activo de su parte, porque aportan desde el silencio y demuestran que cada persona completa la narración y construye su propia vivencia. No es una actividad participativa directa, sino desde un correlato muy intenso. Al salir, la gente me lo manifiesta expresamente”, describe.

Dos posibilidades
En una segunda parte de su espectáculo, la artista recurre a las películas que la marcaron. “Las cuento con la misma estructura de los sistemas narrativos propios del cine. Quien vio el filme, lo reconoce, entra en la complicidad y encuentra el valor agregado de mi propia mirada y porqué la elegí; y el que no lo vio, puede comprender el argumento y lo siente como cuando uno sale del cine con ganas de contar su experiencia”, señala.

La narradora se centra en películas que ya tienen su tiempo, como “Picnic”, “Un lugar llamado Notting Hill” y “Soñar soñar”, de Leonardo Favio. “Trabajo con las que quedan en la memoria colectiva, apelo al cine que fue más pregnante. Las más recientes prefiero dejarlas a merced de los comentarios que hace la gente. Lo real es que es un universo inabarcable y la selección es por el gusto personal”, detalla.

La función de hoy es con entrada libre y gratuita, ya que es un espectáculo auspiciado por la Fundación OSDE, con la cual trabaja desde hace ocho años: “esta ayuda me permite hacer giras por todo el país y lograr un gran vínculo con la gente, que no se podría instrumentar de otro modo, ya que basta la voluntad de ir al teatro y pedir una entrada para compartir el momento”.

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