28 Julio 2014
SIN INSUMOS. En el CAC N° 1, vecinos dicen que deben llevar las agujas. la gaceta / foto de diego aráoz
Si bien reconocen que la situación de los Centros de Atención Comunitaria (CAC) de la capital no es la mejor, los funcionarios de la Municipalidad aseguran que las denuncias que periódicamente realiza la concejal opositora Sandra Manzone (CC-ARI) tienen un fin electoralista.
“El municipio, como auxiliar de la Provincia en materia de salud, viene aplicando una política sanitaria. Sabemos que hay falencias y estamos trabajando para mejorar la atención en los CAC, pero lo que nos llama la atención es la forma de actuar que tiene esta concejal (por Manzone). Ella tiene un excelente diálogo con el Departamento Ejecutivo. No entendemos por qué nunca nos trasladó esas inquietudes. En vez de mostrarnos el problema para que encontremos una solución, prefiere ir a los medios de prensa. Esto demuestra que lo único que busca es obtener un rédito político para las próximas elecciones”, cuestionó el subsecretario de Gobierno, Cristian Abel. De este organismo depende la Dirección de Salud de la Municipalidad.
El funcionario amayista afirmó sentirse sorprendido con las críticas de la opositora. “Nos llama poderosamente la atención que denuncie en los medios el funcionamiento de los CA. Incluso cada vez que ella (por Manzone) viene a pedir un subsidio a la Secretaría de Gobierno, el municipio siempre está dispuesto a escuchar sus requerimientos. En ningún momento nos habló de la situación de los CAC”, fustigó Abel.
El conflicto de los CAC municipales estalló en marzo de 2012. Al precario estado edilicio de estos centros asistenciales se sumaron las denuncias sobre precariedad laboral de sus empleados, realizadas por el Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (Sitas). En ese momento, la secretaria general del gremio, Adriana Bueno, denunció que el 85% de la mano de obra de los CAC y de la Asistencia Pública era aportada por los trabajadores, que le facturaban mensualmente al municipio y a la vez pagaban el monotributo.
“A los sueldos de hambre que perciben los trabajadores se le suman, lamentablemente, las paupérrimas condiciones laborales. Es importante la falta de materiales de limpieza en todos los CAC. Es alarmante la suciedad. Por ejemplo, en el CAC Nº 9, las ratas defecan sobre las cajas de leche”, había denunciado la dirigente.
“El municipio, como auxiliar de la Provincia en materia de salud, viene aplicando una política sanitaria. Sabemos que hay falencias y estamos trabajando para mejorar la atención en los CAC, pero lo que nos llama la atención es la forma de actuar que tiene esta concejal (por Manzone). Ella tiene un excelente diálogo con el Departamento Ejecutivo. No entendemos por qué nunca nos trasladó esas inquietudes. En vez de mostrarnos el problema para que encontremos una solución, prefiere ir a los medios de prensa. Esto demuestra que lo único que busca es obtener un rédito político para las próximas elecciones”, cuestionó el subsecretario de Gobierno, Cristian Abel. De este organismo depende la Dirección de Salud de la Municipalidad.
El funcionario amayista afirmó sentirse sorprendido con las críticas de la opositora. “Nos llama poderosamente la atención que denuncie en los medios el funcionamiento de los CA. Incluso cada vez que ella (por Manzone) viene a pedir un subsidio a la Secretaría de Gobierno, el municipio siempre está dispuesto a escuchar sus requerimientos. En ningún momento nos habló de la situación de los CAC”, fustigó Abel.
El conflicto de los CAC municipales estalló en marzo de 2012. Al precario estado edilicio de estos centros asistenciales se sumaron las denuncias sobre precariedad laboral de sus empleados, realizadas por el Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (Sitas). En ese momento, la secretaria general del gremio, Adriana Bueno, denunció que el 85% de la mano de obra de los CAC y de la Asistencia Pública era aportada por los trabajadores, que le facturaban mensualmente al municipio y a la vez pagaban el monotributo.
“A los sueldos de hambre que perciben los trabajadores se le suman, lamentablemente, las paupérrimas condiciones laborales. Es importante la falta de materiales de limpieza en todos los CAC. Es alarmante la suciedad. Por ejemplo, en el CAC Nº 9, las ratas defecan sobre las cajas de leche”, había denunciado la dirigente.
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