Walter Schmidt - Columnista de DyN
BUENOS AIRES.- Amado Boudou sigue siendo por lejos, en materia estrictamente política, el talón de Aquiles del gobierno de Cristina Fernández, por su procesamiento en la causa Ciccone, su delicada situación judicial en el caso de la compra de un auto y, en el corto plazo, la irrupción del proceso por enriquecimiento ilícito. Con Boudou como vicepresidente y titular del Senado, la oposición se asegura hasta las elecciones 2015 -si es que antes la Presidenta no le suelta la mano y le pide que dé un paso al costado- un argumento importante para desgastar al Frente para la Victoria y sus candidatos.
La prueba de ensayo tuvo éxito el miércoles. Con muy poco, Boudou y el partido del gobierno debieron soportar en el Senado y ante las cámaras de TV el escarnio público que hizo la oposición del vicepresidente. Al menos hasta diciembre, los candidatos oficialistas -Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Sergio Urribarri, Julián Domínguez, Agustín Rossi y Aníbal Fernández- pueden hacerse los distraídos. Pero en cuanto avance el escenario electoral y Boudou sume nuevos procesamientos -si así lo decide la Justicia como se prevé-, las voces públicas o anónimas de los kirchneristas a favor de un apartamiento del vice, se harán escuchar en el partido y en la Rosada. Por el momento, el panorama de la primera etapa de la campaña electoral anticipada parece reflejar un esquema de “tres tercios”. Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa, largaron con ventaja, dejando por el momento afuera de ese primer peldaño al Frente Amplio Unen (FAU). Unen tiene un problema serio. Lo que en principio iba a ser una virtud, la de tener varias cabezas o presidenciables -Julio Cobos, Hermes Binner, Ernesto Sanz, Pino Solanas y Elisa Carrió- solo genera tener cinco dirigentes con el 10% de intención de voto hacia abajo y que se desconoce si todos los votos pertenecen a una misma bolsa.
En el oficialismo, la cosa parece dirimirse entre Scioli y Randazzo, aunque falte bastante. Las encuestas que manda a hacer el sciolismo le indican al gobernador que está dos o tres puntos sobre Massa, que a su vez está dos o tres puntos sobre Macri. Pero ojo, “Macri es, de los tres, el dirigente que mas creció en los últimos meses”, le dicen. Por eso no es casual que Scioli y sus hombres salgan a confrontar con el jefe del gobierno porteño. Esos mismo números estiman que a fin de año, Scioli y Macri serán los principales candidatos. No obstante Massa continúa avanzando en su estrategia de atraer dirigentes extrapartidarios como camino para crecer, y en esa estrategia se enrola el posible pase de Martín Insaurralde al Frente Renovador. En el sciolismo, hace un tiempo dejaron de contar a Insaurralde entre los propios. No obstante, si la gente no castiga al ex intendente de Lomas de Zamora por cambiar de partido, Massa estará incorporando al dirigente que encabeza las encuestas de intención de voto en territorio bonaerense, aunque no asegure nada todavía.