19 Agosto 2014
CONFERENCIA. El Papa conversó con los periodistas en el avión que lo llevaba desde Corea del Sur a Roma. FOTO TOMADA DE EMOL.COM
El Papa Francisco juzgó hoy que su actual popularidad "durará poco tiempo, unos dos o tres años" antes de entrar en la "Casa del Padre" y reiteró que no descarta una posible dimisión si no siente fuerzas para continuar.
Durante una conferencia de prensa en el avión que lo trasladaba de Corea del Sur a Roma, el Papa de 77 años, en aparente buen estado de salud, respondió a preguntas sobre su popularidad y el efecto de ésta en él, señaló el portal Mdzol.com.
"La vivo como una generosidad del pueblo de Dios. Interiormente, intento pensar en mis pecados, en mis errores, para no enorgullecerme, porque sé que durará poco tiempo. Dos o tres años. Y después, ¡a la Casa del Padre!", lanzó en tono de broma.
El pontífice argentino dijo vivir esta popularidad "de manera más natural que al principio", ya que inicialmente "le asustaba un poco".
Esta es la primera vez que evoca públicamente la perspectiva de su muerte. Según una fuente del Vaticano, Jorge Bergoglio habría confiado a sus próximos que pensaba estar al frente de la iglesia católica sólo algunos años.
Asimismo, volvió a evocar una posible dimisión como la de su predecesor Benedicto XVI en 2013. La dimisión de un Papa es una "institución" y ya no una "excepción", "aunque esto no guste a algunos teólogos", aseguró Francisco, quien recordó que los obispos eméritos (jubilados) eran una excepción hace 60 años, y ahora es una práctica habitual.
"Podéis decirme: Si un día usted no se siente capaz de tirar para adelante, ¿haría lo mismo? Sí. Rezaría y haría lo mismo. Benedicto XVI abrió una puerta, que es institucional", añadió.
A preguntas sobre sus vacaciones de este año, el santo padre aseguró que las pasaría "en casa", en la residencia de Santa Marta, donde vive.
"Siempre tomo vacaciones. Entonces cambio de ritmo. Leo las cosas que me gustan, escucho música. Ante todo rezo", añadió el Papa argentino, quien reconoció padecer "algunos problemas de nervios", que se deben "tratar". "Hay que darles mate cada día", ironizó. "Una de estas neurosis es que soy demasiado hogareño (...) La última vez que tomé vacaciones fuera de Buenos Aires, fue con la comunidad jesuita en 1975".
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