23 Agosto 2014
PRESIÓN EXTRA. Lionel Messi está obligado a recuperar a un Barcelona que ganó muy poco en la última temporada. reuters
Más estrellas, más en juego, más presión: la Liga española de fútbol comienza hoy con la máxima exigencia para Real Madrid y Barcelona, obligados a destronar al sorprendente y enigmático Atlético Madrid.
Entre los tres grandes del fútbol español se gastaron U$S 464,7 millones de dólares, una cifra inalcanzable para los otros 17 participantes del torneo. Habrá pues dos Ligas: la que jugarán los tres favoritos al título y la del resto. La diferencia este año respecto a las ediciones anteriores viene por parte del número de aspirantes. Si en la última década la pelea se redujo básicamente a Real Madrid y Barcelona, el Atlético presentó su nueva candidatura después de proclamarse campeón la pasada temporada contra todo pronóstico.
El equipo de Diego Simeone seguirá con su reiterada filosofía de “partido a partido”, pero su condición de campeón permitirá introducir una novedosa cuestión: casi todo lo que no sea un triunfo será visto como una sorpresa.
La cuestión es ver si el defensor del título podrá mantener la misma competitividad de la pasada temporada después de perder a sus figuras: el goleador Diego Costa (autor de 27 tantos) y el arquero Thibaut Courtois.
Para intentar desafiar la tesis de los más descreídos, el club fichó al croata Mario Mandzukic, al francés Antoine Griezzman y al mexicano Raúl Jiménez para la delantera, más los arqueros Jan Oblak y Migue Ángel Moyá.
“No podemos competir con Real Madrid y Barcelona. Nuestros rivales son Sevilla, Valencia y Athletic. El objetivo es el tercer puesto. Somos un nuevo equipo”, argumentó Simeone.
Real Madrid, actual campeón de Europa, mejoró su ya de por sí excepcional plantel, aunque a la espera de ver qué sucede con Angel Di María y Sami Khedira. Las incorporaciones de Toni Kroos y James Rodríguez proponen más calidad en el trato del balón, mientras Keylor Navas añade mayor competencia en el arco. La clave estará en ver cómo gestiona su técnico, Carlo Ancelotti, tan suculento arsenal. Además, falta comprobar cómo le responde el físico a Cristiano Ronaldo.
“Tengo una plantilla más fuerte que el año pasado”, confesó el DT.
Pero nadie cambió tantas piezas como el Barcelona. Empezando por su técnico, que ahora es Luis Enrique, y continuando por las salidas de jugadores tan notorios como Víctor Valdés, Carles Puyol, Cesc Fábregas o Alexis Sánchez, entre otros.
A cambio llegaron muchos futbolistas: Claudio Bravo, Marc-André Ter Stegen, Thomas Vermaelen, Jeremy Mathieu, Rafinha, Ivan Rakitic y Luis Suárez, aunque éste no podrá jugar hasta el 25 de octubre por la sanción de la FIFA.
El Barcelona tiene la máxima presión por una razón básica: no puede permitirse otra temporada sin títulos importantes tras la “revolución” efectuada en el plantel.
“La línea será la de formar un equipo, que sumemos todos. No tengo duda de que si lo conseguimos, y cada uno se mete en el papel que le corresponde, vamos a conseguir cosas importantes”, afirmó Luis Enrique.
Mientras, uno de los grandes focos se situará sobre Lionel Messi después de recibir la pasada temporada las mayores críticas de su carrera deportiva.
El siguiente bloque de la Liga española será el formado por equipos como Athletic de Bilbao, Sevilla, Valencia y algún equipo más que se añada a última hora para luchar por la cuarta posición, puesto que el podio parece vetado.
Y luego llegará la pelea más amplia de todas, la que formará el grupo de equipos que luchará por mantener la categoría para, en el mejor de los casos, no sufrir hasta las últimas jornadas. Es un vagón que cada año tienen más ocupantes.
Entre los tres grandes del fútbol español se gastaron U$S 464,7 millones de dólares, una cifra inalcanzable para los otros 17 participantes del torneo. Habrá pues dos Ligas: la que jugarán los tres favoritos al título y la del resto. La diferencia este año respecto a las ediciones anteriores viene por parte del número de aspirantes. Si en la última década la pelea se redujo básicamente a Real Madrid y Barcelona, el Atlético presentó su nueva candidatura después de proclamarse campeón la pasada temporada contra todo pronóstico.
El equipo de Diego Simeone seguirá con su reiterada filosofía de “partido a partido”, pero su condición de campeón permitirá introducir una novedosa cuestión: casi todo lo que no sea un triunfo será visto como una sorpresa.
La cuestión es ver si el defensor del título podrá mantener la misma competitividad de la pasada temporada después de perder a sus figuras: el goleador Diego Costa (autor de 27 tantos) y el arquero Thibaut Courtois.
Para intentar desafiar la tesis de los más descreídos, el club fichó al croata Mario Mandzukic, al francés Antoine Griezzman y al mexicano Raúl Jiménez para la delantera, más los arqueros Jan Oblak y Migue Ángel Moyá.
“No podemos competir con Real Madrid y Barcelona. Nuestros rivales son Sevilla, Valencia y Athletic. El objetivo es el tercer puesto. Somos un nuevo equipo”, argumentó Simeone.
Real Madrid, actual campeón de Europa, mejoró su ya de por sí excepcional plantel, aunque a la espera de ver qué sucede con Angel Di María y Sami Khedira. Las incorporaciones de Toni Kroos y James Rodríguez proponen más calidad en el trato del balón, mientras Keylor Navas añade mayor competencia en el arco. La clave estará en ver cómo gestiona su técnico, Carlo Ancelotti, tan suculento arsenal. Además, falta comprobar cómo le responde el físico a Cristiano Ronaldo.
“Tengo una plantilla más fuerte que el año pasado”, confesó el DT.
Pero nadie cambió tantas piezas como el Barcelona. Empezando por su técnico, que ahora es Luis Enrique, y continuando por las salidas de jugadores tan notorios como Víctor Valdés, Carles Puyol, Cesc Fábregas o Alexis Sánchez, entre otros.
A cambio llegaron muchos futbolistas: Claudio Bravo, Marc-André Ter Stegen, Thomas Vermaelen, Jeremy Mathieu, Rafinha, Ivan Rakitic y Luis Suárez, aunque éste no podrá jugar hasta el 25 de octubre por la sanción de la FIFA.
El Barcelona tiene la máxima presión por una razón básica: no puede permitirse otra temporada sin títulos importantes tras la “revolución” efectuada en el plantel.
“La línea será la de formar un equipo, que sumemos todos. No tengo duda de que si lo conseguimos, y cada uno se mete en el papel que le corresponde, vamos a conseguir cosas importantes”, afirmó Luis Enrique.
Mientras, uno de los grandes focos se situará sobre Lionel Messi después de recibir la pasada temporada las mayores críticas de su carrera deportiva.
El siguiente bloque de la Liga española será el formado por equipos como Athletic de Bilbao, Sevilla, Valencia y algún equipo más que se añada a última hora para luchar por la cuarta posición, puesto que el podio parece vetado.
Y luego llegará la pelea más amplia de todas, la que formará el grupo de equipos que luchará por mantener la categoría para, en el mejor de los casos, no sufrir hasta las últimas jornadas. Es un vagón que cada año tienen más ocupantes.