Llevó su poesía al calor de las masas. Hizo emocionar, llorar, gritar, saltar y hasta invitó a hacer el amor con su música a distintas generaciones. Combinó todos los estados de ánimos posibles de una persona. Y hoy, a los 55 años, dijo "
Adiós". Su "
Corazón delator" dejó de luchar.
No tenía "
Nada personal" con nadie; al contrario, se llevaba bien con todos. Era amado, respetado e idolatrado. "
Signos" de un grande, que supo llevar su arte a la existencia del alma de cada uno de nosotros que se amamantó con sus letras.
Porque ahí estará Gustavo, disfrutando de un hermoso "
Lago en el cielo" junto al "
Flaco" y a la "
Negra" mientras le canta a todos los privilegiados. Fue un "
Crimen" su partida, es cierto. Pero él no murió; estará por siempre "
Vivo" a través de su música. Adiós, maestro; gracias totales.