Pelear por un hombre en el más allá

Juana y Marta están muertas. Se suicidaron cuando el amor de ambas, Matías, falleció. Y salen de su tumba para seguir disputando a la persona de sus deseos con Dios como testigo en “La penúltima oportunidad”, la obra de Rafael Bruzza que se estrena hoy.

“Me atrae el tratamiento de la muerte desde el humor negro y casi grotesco. Sabemos que es doloroso, todos vamos camino a ella, pero tratamos de olvidarlo en el día a día. Pensar en ella nos invita a disfrutar de la vida, a valorar lo importante de las pequeñas cosas; y reírse de ella nos permite hacer catarsis de lo a lo que más pueden temer algunas personas”, afirma la directora Viviana Perea.

- ¿Se debe morir por amor?

- Estos personajes, que aparentemente deciden morir por amor, se equivocan. No logran valorar lo importante y creen que pueden ser a través del otro. Si uno tiene amor por sí mismo y por la vida jamás debería morir por amor.

- ¿Qué te atrajo de la obra?

- Lo que más me llamó la atención es la relación entre estas dos mujeres, que han competido desde siempre, en la vida y en la muerte. Esto las hace sacar lo más ridículo de cada una de ellas. Bruzza, desde su mirada masculina, nos invita bucear en el mundo femenino y a reírnos de nosotras mismas. El contexto donde sucede la obra, un cementerio, me pareció un lugar por demás atractivo.

- ¿Matías es la víctima de ellas?

- Es el objeto por el cual compiten, es su excusa, pero ellas creen verdaderamente que esa competencia es válida, están convencidas que son la mejor opción para él. Nunca sabemos quién es la víctima y quién es el victimario. La posesión del otro nunca es justificable.

DEBUTAN HOY

• A las 22, en Sala Ross (Laprida 135)