“Lo siento mucho, perdóname, te amo, gracias”

Ho’oponopono, antigua técnica de Hawai para resolver conflictos basándose en el perdón y en la reconciliación se practica cada vez más en el mundo occidental, Tucumán incluido

DESDE HAWAI. Los nativos de esta isla practicaban en familia Ho’oponopono. Ahora se puede hacer solo. fairflight.de DESDE HAWAI. Los nativos de esta isla practicaban en familia Ho’oponopono. Ahora se puede hacer solo. fairflight.de
08 Septiembre 2014
Cuatro frases dichas con sentimiento, con convicción, ponen en marcha un mecanismo de reconciliación con uno mismo y con los demás: lo siento. perdóname, te amo, gracias. Eso es Ho’oponopono, una técnica hawaiana muy antigua de resolución de problemas basada en la reconciliación y el perdón.

“Ho’oponopono es el arte de limpiar y soltar. Limpiar quiere decir dejarse amar, dejar que la divinidad me ayude. confiar, soltar y entregar”, afirma Fernanda Yarmak, facilitadora de Ho’oponopono, quien integra en Tucumán un círculo sanador que se basa en esta práctica, cada vez más difundida en el mundo occidental.

Fernanda menciona la divinidad, porque a ella van dirigidas esas frases gatillo o recordatorias. “Cuando digo divinidad entiendo por tal a la fuerza creadora, a una mente superior, a un Yo superior o a Dios. Lo importante -explica- es que podamos entender que esa divinidad está dentro de nosotros. Me tengo que sentir parte de la creación. Solo así voy a poder sanarme frente a una circunstancia o evento que me ocurra”.

Fernanda, además, se formó en la corriente del Soul Rise (también conocido como coaching del alma), y en la escuela de Virginia Satir, una estadounidense que fue terapeuta y orientadora familiar, especialista en psicogenealogía.

Dejar de ser víctima

Ho’oponopono no es una religión ni una filosofía, pero puede convertirse en una forma de vida. Principalmente, te saca del papel de víctima del mundo y te alerta sobre el poder de tus pensamientos.

Hay quienes admiten que todo está dentro de uno y que es uno quien va construyendo el mundo en el que vive o las circunstancias que lo rodean. Pero a veces eso no es más que una comprensión intelectual. Hacerlo carne, registrarlo, llevarlo al corazón es otra cosa. “Para ese paso hay practicar mucho, en grupos, solo, haciendo talleres… es algo de todos los días y se va logrando en la medida en que se va evolucionando como ser humano”, aclara Fernanda. “En general, creemos que todo lo exterior nos afecta. Nos volvemos culpógenos, ya que culpamos a los otros de lo que nos pasa”, añade.

“Las cosas cambian -destaca Fernanda- si aceptamos que todo lo que aparece en nuestra vida es un pensamiento o una memoria, y se nos presenta para darnos la oportunidad de soltar, de limpiar, de borrar. Ho’oponopono vendría a ser la tecla de borrar en el teclado de nuestra computadora, es la posibilidad de corregir errores”.

Añade que hay memorias dolorosas y otras agradables. “Las dolorosas son las que se adhieren en el subconsciente, ahí están aquellas cosas que duelen o han dolido o han creado resentimiento. Las otras son las que generan alegría. Hay que sanarlas a todas. La divinidad dejará las que sean útiles y se llevará las que nos desgasten. Las útiles son las que nos hacen decir: soy próspero, soy feliz, tengo mis necesidades cubiertas. Está bien mi salud, mi corporalidad, mi lenguaje, mi bienestar económico, etcétera”, enumera.

Relajación

Ayuda en la práctica de Ho’oponopono contar con un método de relajación, como la respiración Ha (significa soplo de dios). “Lo importante es estar atento a que cuando inspiro entra en mi vida todo lo bueno y lo que necesito, y cuando espiro, sale todo lo que no me sirve. Al estar atento a la respiración, me conecto con la divinidad”, destaca Fernanda.

Temas Tucumán
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios