La inseguridad no doblega la vocación docente

En el colegio cooperativo de Lastenia sufren la inseguridad en carne propia. Ya les robaron ventiladores, equipos de música y DVD

SE HACE DURO.  Maestros y alumnos se proponen mantener la sonrisa a pesar de que en lo que va del mes ya les entraron a robar tres veces.  la gaceta / fotos de héctor peralta SE HACE DURO. Maestros y alumnos se proponen mantener la sonrisa a pesar de que en lo que va del mes ya les entraron a robar tres veces. la gaceta / fotos de héctor peralta
11 Septiembre 2014
En la escuela sólo quedó empotrado en la pared un ventilador. “El que no anda”, aclara una de las docentes. Porque los ladrones se han tomado el trabajo de probarlos antes de arrancarlos y llevárselos. No sea cosa que trabajen de más y terminen cargando chatarra que no les sirva para otros fines. Da gracia. Da pena. Da bronca. Da impotencia. Todas esas sensaciones juntas en el mismo instante que una maestra lo cuenta.

En el pizarrón dice: “Hoy es un día nublado”.

En las paredes blancas de las aulas han quedado las huellas de las manos saqueadoras. Son manos medianas que con habilidad sacaron los ventiladores. Las marcas están ahí, justo al lado de los afiches de colores y a centímetros de donde antes colgaban estos artefactos, pero ahora sólo hay ganchos pelados.

“Justo ahora que comienza el calor nos quedamos sin ventiladores”, se lamenta Patricia Barraza, la representante legal del colegio cooperativo Nuestra Señora de Itatí de Lastenia. El fin de semana los delincuentes concretaron el tercer robo en lo que va del mes dentro de esta escuela a la que asisten 210 chicos de nivel inicial y primario, que fue levantada con esfuerzo de los padres y que cuenta con un plantel de maestras que cobran todos los meses el resultado de lo que queda del aporte de cada niño, menos los gastos fijos. En total arañan unos devaluados $1.500.

Y hoy festejan su día. Sonríen y sin dudas dicen que ser maestra es lo que siempre soñaron.

Una herida al alma

El colegio fue inaugurado en 2004 y en ese mismo sitio funciona el centro vecinal “Pro adelanto Villa Lastenia”. Las familias se han involucrado mucho en el sostenimiento de esa institución, cuenta Patricia. “No es como en otras escuelas públicas”, comparan las docentes. Todavía en el colegio cooperativo se vive un microclima distinto: todos se conocen las caras y subsiste la idea de que la maestra es la autoridad a la que hay que respetar. “En las escuelas públicas terminás siendo la niñera del Estado”, comentan.

Volver a empezar

Patricia sabe que una vez más con el esfuerzo de toda la comunidad del colegio van a tratar de reponer lo que se llevaron. “Esto no es sólo lastimar la escuela, sino a todos. Por suerte los papás quieren seguir apostando y hasta se van a organizar para cuidar las instalaciones”, dice.

En La Banda del Río Salí y en Lastenia casi no hay escuela que se salve. LA GACETA publicó hace unas semanas el saqueo que sufrió la escuela de Manualidades que pertenece a la parroquia Santo Cristo. Los delincuentes se habían llevado tantas cosas que ya estaban evaluando cerrarla definitivamente.

“Desde que estaba en el terciario que quise ser maestra, como opción para una salida laboral y porque me gusta”, cuenta Karina Ahumada. A veces tiene miedo -confiesa- a las 7.30 cuando llega a la escuela. “Me imagino que alguna vez me voy a encontrar con un tipo adentro, no sé”. Desde el aula, ellas lo mismo les transmiten a sus alumnos que hay que construir un mundo mejor. Aunque ese día haga calor y no tengan el ventilador para aliviarlos.

“Los chicos de jardín, por suerte, no se dan cuenta, así que no hace falta decirles nada”, explica Gisella Navarro, maestra jardinera.

Con los más grandes no pasa lo mismo. “Nos preguntan qué vamos a hacer, cómo vamos a conseguir las cosas que faltan”, cuentan las docentes. “Se siente mucho dolor, pero hay que dar las clases lo mismo”, añaden. Cada cosa en ese colegio fue comprada con el aporte de los padres. Los azulejos de los baños son todos de distintos colores y tamaños. “Son los azulejos de sus propias casas, que cada padre trajo. Lo mismo con los ladrillos de la gruta de la Virgen”, cuenta Patricia.

Cada robo es un saqueo al espíritu y a la comunidad de ese colegio.

“Mirá. ¿Ves esos bloques de cemento que están ahí? Son para construir la sala de computación”, cuentan. “¿Te imaginás lo que puede pasar?”, dice Patricia y se tapa los ojos. No quiere ni pensarlo.

Por el momento las cosas más valiosas (pelotas viejas, mapas, libros y algunas computadoras) están arrumbadas en un saloncito que tiene doble reja y varios candados. Es la trinchera de lo que se salvó.

Sin orden, en esa habitación de materiales arrumbados está lo que los saqueadores no se han podido llevar. Desde que se inauguró el colegio ya entraron unas 10 veces. Se llevaron CPU, un reproductor de DVD sin estrenar, seis ventiladores chicos y dos industriales, equipos de música y más. “Siempre hemos llamado a la policía, pero nunca logramos recuperar nada”, añade Patricia. Ni un ventilador les han devuelto. Pero hoy festejan su día. Y los chicos sonríen. Y ellas saben que la vocación de seguir enseñando, el encuentro diario con sus alumnos, ayudan a sobrevivir a todas las batallas.

No habrá clases
.- Debido a la celebración del Día del Maestro, hoy no habrá clases en ningún establecimiento educativo de la provincia (ya sea privado o público).

Acto presidido por la ministra.- La ministra de Educación, Silvia Rojkés de Temkin, encabezará los festejos centrales, que se harán mañana. El acto principal se realizará a las 17.45 en Centro de Innovación e Investigación para el Desarrollo Educativo, Productivo y Tecnológico (Ciidept), en José Ingenieros 264. Serán distinguidos 15 docentes.

Celebración en Yerba Buena.- La Municipalidad de Yerba Buena agasajó ayer a los docentes de las escuelas municipales. El acto se llevó a cabo en la escuela Petrona C. de Adami, de Perón y Saavedra Lamas. Estuvieron presentes las autoridades de la institución, los alumnos, los docentes y algunos invitados especiales.

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