La acotada gestión agrícola lleva a un manejo errado

Como sucede cada año, desde el inicio y hasta el final de la zafra azucarera, el productor se encuentra con estadios de crecimiento y abundancia de malezas diversas. “Sabemos que sólo un porcentaje pequeño de la superficie gestionada recibe un control de maleza en el tiempo biológicamente necesario. Pasa que la estructura de gestión no permite las exquisiteces de darle a cada lote el tratamiento justo en el momento adecuado”, apuntó Federico Pérez Zamora en su exposición, que tuvo como eje “El control de malezas en el contexto de los cambios en los modelos de gestión agrícola de empresas cañeras de Argentina”.

Durante el Coloquio de Manejo de Malezas de Caña de Azúcar, el técnico de la Universidad San Pablo-T afirmó: “en momentos donde la degradación de precios es sostenida y las variables de rentabilidad no logran recuperarse, el hecho que estemos reunidos aquí pensando estrategias para mejorar la competitividad tiene un valor sustantivo. Hay un nuevo momento en la gestión de empresas agrícolas. Sabemos que hay problemas comunes que afectan operativamente, y las soluciones deben ser urgentes. Necesitamos la cooperación entre empresas y el acompañamiento de instituciones técnicas, que ya lo están haciendo; los consorcios de experimentación con herbicidas adoptan procedimientos para que los resultados sean interpretados de manera correcta, y contamos con laboratorios de herbicidas comprometidos con el sector”.

Por su parte, Ignacio Olea, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), explicó que en caña de azúcar hay malezas todo el año, pero las invernales, por su dinámica, no constituyen un problema importante (características de Tucumán respecto del resto del norte), salvo para la caña planta o las socas cosechadas temprano. Oleo planteó esa condición tras mostrar una lista de las malezas comunes en Tucumán confeccionada en 1976 por el reconocido investigador Roberto Arévalo.

“Con el aumento de temperatura ambiente comienza la aparición de gramíneas perennes: dentro de ellas, la Grama Bermuda y el Sorgo de Alepo empiezan a invadirnos antes de que la caña se desarrolle”, comentó. Según el técnico, para el manejo de herbicidas residuales se necesita humedad en el suelo -salvo los post emergentes para controlar algunas latifoliadas-, y esa condición se presenta durante un período corto, razón por la que el manejo químico preventivo de las cañas socas no puede practicarse, a menos que exista un sobre dimensión de pulverizadoras.