26 Septiembre 2014

CINEMA PARADISO

No avisaron. Y qué sorpresa: 25 años de Cinema Paradiso con reestreno nacional aggiornato con 49 minutos extras sacados del arcón de Giuseppe Tornatore, su director y guionista. Creo haberla visto unas 15 veces entre cine, televisión y video. Si yo hubiera nacido en Grecia la habría visto más veces en el cine, incontables: un empresario de sala enamorado de su rubro la pasó ¡dos años seguidos! (¿se llamaría Atlas, titán mitológico griego, aquella sala?). En marzo del 90 la estrenaron en el cine Plaza donde la vi por vez primera y terminé aturdido ante tanta belleza. Luego en septiembre de ese año salía en VHS. Creo que verla repetidamente es como escuchar esa música que nos gusta. Párrafo aparte, si repasamos las manifestaciones del arte en la historia, esta película condensa los atributos que demuestran que la humanidad le debe a Italia, a través del tiempo, el concepto mismo de la belleza (pintura, escultura, música, dramaturgia, cine, moda, diseño y diseño industrial).

Pablo Osvaldo Costello
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EL NEOLIBERALISMO

Lector Marcos Mirande: en su carta (23/9), usted me respondió desde la ideología a la mía del (21/9) que fue fundamentada sobre hechos históricos concretos e innegables. Digo esto porque usted, prontamente, reconoce sin problemas que el comunismo “supone un régimen dictatorial impuesto por la fuerza (...) y responsable de masacres”. Pero no dice nada sobre las tiranías oligárquicas privadas, de los desastres económicos que sufrimos y de las guerras preventivas causadas por el neoliberalismo que yo menciono. Y esas omisiones me autorizan a pensar que a usted, únicamente, le interesa refugiarse en una parcialidad ideológica. En cuanto a los conceptos de formas de gobierno o de sistemas socioeconómicos, Platón decía que así como las buenas formas de gobernabilidad, como la monarquía, la aristocracia o la democracia pueden degenerar en formas malas como la tiranía, la oligarquía o la demagogia, pues bien, con este criterio también se puede afirmar que un sistema socioeconómico como el liberalismo inicial, respetuoso de la libertad y con una economía razonablemente regulada puede degenerar en lo que se conoce como el “neoliberalismo” que describo en mi anterior carta. Ahora, si la palabra neoliberalismo le resulta incómoda, póngale el nombre que desee, pues la esencia tiránica y esclavista de ese sistema distorsionado no cambia para nada. Señor Mirande, si usted, para la conveniencia de sus argumentos, me niega una parte de los hechos históricos reales, esta conversación no va para ningún lado porque desembocará en un diálogo de sordos. ¿Debo ofrecerle ejemplos en los que el neoliberalismo fue responsable de masacres? Bueno, en Latinoamérica se necesitaron cruentos terrorismos de Estado, vía Plan Cóndor, para implementar sus ocurrencias económicas; las guerras preventivas del señor Bush contra Irak, Afganistán y la permanente hostilidad hacia los musulmanes para apoderarse del petróleo, que yo sepa, causaron muertes a mansalva, ¿me va usted a negar eso? Si no le interesan los asesinados por el neoliberalismo, eso ya es un asunto de valoración personal exclusivamente suyo. En cuanto a los países en donde se registran el mayor progreso e igualdad, estas son las naciones escandinavas, Canadá o Suiza, en donde existe un capitalismo razonablemente regulado, y que incluye un estado de bienestar con una mesurada dosis de socialismo bien entendido. Por ejemplo, en Canadá, a los enfermos los tratan como pacientes; en Estados Unidos los tratan como a un cliente más; ¿percibe usted la diferencia? Y note también que esos países, a diferencia del agresivo capitalismo norteamericano, no necesitan intervenir otras naciones ni tampoco inventar paranoicos “terrorismos internacionales” para que el suculento negocio de las ventas de armas o de la reconstrucción de los lugares bombardeados les lleve enormes fortunas a los angurrientos bolsillos de las constructoras y del complejo industrial-armamentístico-militar de los Estados Unidos. Todo imperialismo post Segunda Guerra Mundial, sea de la ideología que sea, necesita enemigos internos y externos para autojustificarse; y si no los tiene, los inventa. O sea, una realpolitik a pleno. Esa es la realidad, y está en cada uno en aceptarla o no.

Leandro Luis Cruz
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FALTA DE SERIEDAD

Hace poco tiempo el gobierno nacional anunció que controlaba la existencia de productos cuidados faltantes en góndolas, por lo que serían sancionadas empresas con fuertes multas, las que podrían ser condonadas por faltantes de stocks. Al poco tiempo anunciaron como resultado que habían sido multadas por más de 60 millones. A la semana siguiente, anunciaron que ninguna empresa había abonado la sanción, y criticaba la falta de pago con el axioma pague y apele. Creo que con una simple acta de infracción no puede exigirse el pago sin un sumario administrativo con los pasos y plazos de rigor, dando derecho a la legítima defensa, cumpliendo con las normas garantizadas por la Constitución. Esto me da lugar a pensar en la falta de seriedad de las autoridades que sólo piensan en justificar los grandes sueldos de un ejército de amigos, recaudar como sea, de paso poner en vigencia una Ley de Abastecimiento tan resistida.

Julio Saavedra
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Reelección

Pienso, con ironía, ¿no sería mejor habilitar la re-reelección de los legisladores provinciales? Fundo mi pensamiento en lo siguiente: son 23 los actuales parlamentarios que no tienen chances de presentarse para repetir otro período legislativo. Si pudieran hacerlo, muchos de ellos obtendrían la cantidad de sufragios necesarios para permanecer en el poder; si no lo lograran, asumirían en esos cargos 23 nuevos candidatos con sus respectivos y cuantiosos planteles de colaboradores. ¿Creen por fortuna que los que dejen sus bancas volverán al llano? ¡No! Se las ingeniarán para ocupar otras funciones políticas con muy buen pago (asesores, secretarios, directores, etcétera). Resultado: más crecimiento de la “empleomanía”. ¿Cuál de las alternativas sería mejor? “Vayuno a saber”, diría el inefable Calliera.

Ramón Humberto Acosta

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LOS POLÍTICOS DE HOY

Los políticos de hoy tienen una gran responsabilidad con la vida y con la humanidad. Por siglos se dedicaron a un conservar un sistema de vida mundial perverso, basados en ideales, conceptos de otras estructuras sociales, imaginarios, otros reales de épocas medievales en adelante. Hoy, cuando los esquemas, la investigación, los inventos, la ciencia, la tecnología, el armamentismo están ya creados y fueron superando las necesidades básicas del hombre, los políticos deben pensar en parar esta carrera de inventos, rutinas y consumismo, y sacar al hombre del pozo en fue llevado. El político de hoy debe pensar en el hombre como humano, y dar calidad de vida; de qué nos vale llegar a cien años, si van a ser años de infierno. Hoy resulta que se mueren y se enferman más personas de estrés que de otros motivos creados por el hombre mismo. El estrés y la rutina se transformaron en una enfermedad social que conlleva al hombre a otras búsquedas, a las altas velocidades, queriendo ganarle al tiempo y al espacio, a la búsqueda de emociones fuertes y desmedidas. Ya descubrimos todo, planetas, otras civilizaciones, etcétera, y nos falta el más grande y mayor descubrimiento, el de nosotros mismos. El político de hoy, como responsable de un sistema, los comunicadores, como transmisores y todas aquellas entidades que manejan seres humanos, tienen la gran responsabilidad de parar esta voracidad materialista. Ya visitamos el cielo, ya nos comunicamos al instante desde cualquier punto del mundo, ya crearon las armas más mortíferas que pueda haber, ya no hay más nada que hacer, sólo matarnos entre nosotros para romper la rutina. Esta fórmula, rutina y consumismo juntos, es una enfermedad letal para el hombre como célula de una sociedad y para la sociedad misma, ya que ambas interactúan y una depende de la otra. Los políticos de hoy deben ser humanos y como humanos pensar para que nazca una nueva clase política, evolucionada de verdad.

Dora Dileo
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PESOS CIRCULANTES

Las liquidaciones de exportadores siguen en baja y la semana pasada se estima que estuvieron alrededor de los U$S35 millones diarios. Por último, las reservas del BCRA cayeron U$S55 millones a U$S28.213 millones. La relación pesos circulando sobre reservas BCRA nos da el valor del dólar blue. Si hacemos la operación a la inversa o sea multiplicamos el valor del blue ($15.42) por las reservas (U$S28.213 millones) nos dará la cantidad de pesos circulantes. En este caso, serían poco más de $435.000 millones. Al paso que vamos hará falta eliminar otro cero a la moneda y además imprimir billetes de $200 y $500, pues hoy en día, los $100 son como los $10 de hace pocos meses atrás y si no, pregúntenles a las amas de casa.

Jorge Isas
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UNA REVOLUCIÓN EDUCATIVA

Hace un tiempo, en este país no se era indigno ni marginado por ser pobre; esa condición era privativa de los deshonestos o de los que actuaban fuera de la ley. La inclusión no significaba dádivas ni favores, sino trabajo y progreso. Estudiar era un orgullo y llegar a la bandera, un premio al estudio y al esfuerzo. El ser docente implicaba respeto y admiración; es que ellos eran quienes abrían la puerta al futuro. Aquellas personas que impartían conocimientos eran valoradas porque ello se traducía en entrega, no tan sólo de conocimientos, sino de contención, apoyo y amor. El educador debía aprender a enseñar en forma permanente, pues su perfeccionamiento y la aprehensión constante de saberes conducían a una Educación de excelencia. Numerosos argentinos de entonces fueron reconocidos por esto. Si se mira este presente degradado que toca a la historia de esta tierra, hasta el más desinteresado se sorprende al enterarse de que ya ni siquiera es necesario y mucho menos, importante, emprender una carrera para pararse frente a una clase. No importa el nivel de conocimientos ni la didáctica ni la pedagogía ni el prepararse constantemente para educar al soberano. De hecho, el relato dice que Sarmiento, maestro de maestros, no tenía carrera docente. Entonces, ¿por qué y para qué es obligatorio capacitarse para instruir a un grupo de pequeños seres que saben menos que el que menos sabe? Huelgan las palabras para esta reflexión. Ahora bien, si los de aquella Argentina recibieron una educación altamente reconocida, en la actual, que tiene como banderas las palabras “inclusión” e “ igualdad”, ya que se habla del soberano pueblo, hasta agotar los oídos, ¿no sería digno de valor que a estos amados ciudadanos se les brinde conocimientos y formación académica superiores a la anterior? Si este gobierno propone retos y desafíos a la oposición y a la Argentina toda, por reformas constitucionales y reelecciones, ¿no sería mejor y más comentada la lucha por una educación suprema, exigente y de excelencia para que la dignidad del trabajo, del esfuerzo y del estudio, lograda gracias a docentes que estudiaron y se prepararon en todos los niveles, sea para todos los argentinos de esta bendita tierra? Quienes rigen este país deberían tener la valentía de emprender una revolución educativa real, que nivele hacia arriba, que permita que el pueblo se libere de las cadenas de la ignorancia y el analfabetismo y así poder competir en este mundo globalizado y devolver a la Argentina el merecimiento internacional que supo tener. Se dice valentía porque al implementar algo así, muchos correrían el riesgo de que la gente observe la realidad, sin influencias ni sutilezas y analice, piense y obre en consecuencia.

Rina Ibáñez
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DIRECCIÓN DE NIVEL

Comparto todo lo que dice la lectora María Estela López Chehin (carta del 23/9). Usted dio en la “tecla”, la falla viene del “nivel primario”, en donde las culpas son compartidas. 1°) Tenemos una “Dirección de Nivel” que no tiene muy claro qué es la cultura del esfuerzo, cuyas oficinas están copadas por adscriptos y “contratados”; algunos tienen más de dos cargos, o sea que en las Juntas no nombran a docentes que tienen un cargo (a pesar de que la ley 3.470 lo permite) y por otro lado los altos directivos “contratan” amigos con incompatibilidad horaria (una paradoja). 2°) Tenemos después una legión de “supervisoras” que no quieren problemas que afecten su trayectoria, y en vez de solucionar las diferentes situaciones, las tapan. 3°) Y por último los docentes: está el que no quiere hacerse problemas por nada y le da lo mismo si aprende o no el alumno; el que acepta a los “particulares”, que los padres les ofrecen o permiten, ya sea por comodidad o preocupación ajena; y están los que quieren enseñar pero a los que les surgen todos los días “imprevistos”: reunión a la entrada por algún problema, asistir a un acto comunicado en ese instante con 10 alumnos, presentar con urgencia las estrategias superadoras, asistir sorpresivamente a una charla o a un curso, presentar inmediatamente el relevamiento de padres analfabetos, los que reciben planes, salario universal, planilla con alumnos de bajo rendimiento, etcétera. Y así, día tras día, se pierden horas para hacer trabajos de hoy para ayer que justifiquen los nombramientos de “contratados” del Ministerio y que le hacen al docente la vida imposible, con el agravante de que, si no cumple, se labra un acta por “rebelde sin causa”. Y por último, la historia de nunca acabar, cuando el docente pide licencia. Antes, las escuelas pedían la reemplazante directamente a las Juntas y en 48 horas estaba en la escuela la suplente. En esta década las escuelas mandan el pedido a la supervisora (tiene que ser el día fijado para atención de escuelas), después de un “tiempo prudencial”, ella eleva el pedido a la dirección de nivel, ahí el “encargado”, después de un “tiempo moderado”, la envía a la Junta, quienes después de un “tiempo sensato” expone el cargo y así después de dar la “vuelta al mundo en 80 días”, llega a su destino (si no se vencieron los días de licencia). Todo es una maraña, cuyos rehenes (docentes-alumnos) no pueden lograr un verdadero proceso enseñanza-aprendizaje. Hay que reestructurar con ideas y objetivos claros la Dirección de Nivel; no importa si se retrocede en el tiempo, lo importante es lograr que las generaciones venideras reciban una enseñanza de calidad con contenidos que nos lleven al crecimiento y no con proyectos efímeros y espurios, y sobre todo con docentes contentos, libres y respetados en su tiempo y dignidad.

María Eugenia Ezquer de Muro
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CONTENIDOS MÍNIMOS

No era mi intención polemizar ni lo mandé a callar al lector Raúl Nieva; tampoco continuar con la misma polémica, ya que indudablemente se desempeñó en el nivel secundario, y yo en el primario. Comenté mi trayectoria docente por mi preocupación por el proceso de alfabetización, ya que para él era incoherente que por una parte afirme sobre la conveniencia de que se considere al primero y segundo grado como una unidad pedagógica y por otra, que el alumno promocione sólo si sus desempeños son adecuados. Pero como se refiere a los NAP como “contenidos mínimos” que según él llevan a igualar para abajo, le recuerdo que estos núcleos de aprendizajes prioritarios no son contenidos sino que se refieren a “un conjunto de saberes centrales, relevantes y significativos, que incorporados como objeto de enseñanza, contribuyan a construir y ampliar las posibilidades cognitivas, expresivas y sociales a los niños… Serán un organizador de la enseñanza orientada a promover múltiples procesos de construcción de conocimiento… atendiendo ritmos y estilos de aprendizajes…” (Ministerio de Educación) y no los escuetos contenidos mínimos de la época de la dictadura militar que pretendía la masificación de la enseñanza. Estos fueron acordados en el Consejo Federal de Cultura y Educación (antes de la Ley 26.206) como una forma de garantizar la unidad del sistema educativo, ya que se había detectado desigualdad y fragmentación. Es una política que fuertemente desafía al docente en la enseñanza. Por otra parte, le comento que ambos tenemos el mismo título universitario.

María Beatriz Sánchez de Comas
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LA CARIDAD Y EL PECADO

Deseo hacer unas reflexiones acerca de la carta “El poder político”, del lector Hugo Vallejo (25/9), en la cual soy mencionado. Cuando “el jubileo” es largo, constante y ostentoso es una “joda” (perdón por la expresión). Los adjetivos que Ud. vierte sobre los políticos se lo ganaron ellos mismos. Y acerca de la frase de don Ata: “desprecio la caridad por la vergüenza que encierra”, la caridad es una virtud de aquel que da un trozo de pan a alguien con hambre o un poco de agua a un sediento y no espera que le devuelvan. Pero la caridad se transforma en pecado cuando se espera una contraprestación (en este caso los votos). Y a esa caridad se refiere Yupanqui. Y termina diciendo: “soy como león de la sierra, vivo y muero en soledad”. Que es ni más ni menos que quiere ser “digno”. Trato de ver otras cosas a través de las palabras. Por supuesto es una opinión muy subjetiva. Aceptar los disensos nos hace más nobles.

Juan Antonio Albornoz
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