17 Octubre 2014
LA RESPONSABILIDAD ES DE TODOS. Parte de los titulares del partido ante Unión, en el descanso de un entrenamiento. El equipo padece con los tiros libres en contra pero sabe que puede lastimar con los suyos.
¿Puede la enfermedad de Atlético ser también uno de los remedios? La pelota parada es un conjunto de tres palabras que tiene hastiados a cada uno de los integrantes del plantel de Atlético por estas horas pero solo porque se acostumbraron a sufrirla y no a sacarle provecho.
La matemática es honesta: siete de los 11 goles que recibió el equipo en el torneo (casi el 65%) llegaron gracias a un córner. Otros dos fueron de penal y solo los dos restantes nacieron en una jugada en movimiento.
¿Pero cuántos goles hizo Atlético por la misma vía? Porque si los rivales se aprovechan de uno de los recursos más naturales en el fútbol de hoy, nadie puede privarle al equipo de Héctor Rivoira, hacer lo propio en el arco contrario.
Tres. Solo tres goles fueron los que hizo el “decano” como los siete que les convirtieron. El último (los primeros dos fueron contra Unión en la segunda fecha) se lo anotó justamente a All Boys, su próximo rival, en la primera rueda, a través de Javier Malagueño.
“Pasó a ser algo muy importante en nuestro fútbol. Tiene mucho que ver en todos los puntos que perdimos”, remarca “Chulo” que ayer -con las puertas del Monumental cerradas- trabajó durante una hora situaciones como las que permitieron las victorias de Unión y Santamarina o los empates de Sarmiento o Patronato.
Pero, posteriormente, también lo hizo en un escenario ofensivo, como para tratar de lastimar con las armas que hirieron a Atlético a lo largo de todo el torneo.
“Esta es una responsabilidad no solo de la defensa sino de todo el equipo. A las pelotas paradas bajan a defender los delanteros y suben a cabecear los defensores”, explicó Nicolás Romat que regresa al equipo titular luego de casi una quincena de partidos.
Justamente, su peligrosidad en ataque incidió para ingresara desde el arranque pero tampoco quiere que esa sea principal carta.
“La función principal de un defensor es defender. Si puede aportarle algo ofensivo, mejor, pero es solo un plus”, agregó el lateral que le anotó un gol a San Martín en un clásico veraniego y a Douglas Haig en el debut del segundo ciclo de Rivoira.
Pero si no los hace él, alguien tendrá que asumir la responsabilidad: si Atlético no puede evitar recibir más goles de pelota parada y si le molesta tanto escucharlo, deberá empezar a usarla a su favor.
La matemática es honesta: siete de los 11 goles que recibió el equipo en el torneo (casi el 65%) llegaron gracias a un córner. Otros dos fueron de penal y solo los dos restantes nacieron en una jugada en movimiento.
¿Pero cuántos goles hizo Atlético por la misma vía? Porque si los rivales se aprovechan de uno de los recursos más naturales en el fútbol de hoy, nadie puede privarle al equipo de Héctor Rivoira, hacer lo propio en el arco contrario.
Tres. Solo tres goles fueron los que hizo el “decano” como los siete que les convirtieron. El último (los primeros dos fueron contra Unión en la segunda fecha) se lo anotó justamente a All Boys, su próximo rival, en la primera rueda, a través de Javier Malagueño.
“Pasó a ser algo muy importante en nuestro fútbol. Tiene mucho que ver en todos los puntos que perdimos”, remarca “Chulo” que ayer -con las puertas del Monumental cerradas- trabajó durante una hora situaciones como las que permitieron las victorias de Unión y Santamarina o los empates de Sarmiento o Patronato.
Pero, posteriormente, también lo hizo en un escenario ofensivo, como para tratar de lastimar con las armas que hirieron a Atlético a lo largo de todo el torneo.
“Esta es una responsabilidad no solo de la defensa sino de todo el equipo. A las pelotas paradas bajan a defender los delanteros y suben a cabecear los defensores”, explicó Nicolás Romat que regresa al equipo titular luego de casi una quincena de partidos.
Justamente, su peligrosidad en ataque incidió para ingresara desde el arranque pero tampoco quiere que esa sea principal carta.
“La función principal de un defensor es defender. Si puede aportarle algo ofensivo, mejor, pero es solo un plus”, agregó el lateral que le anotó un gol a San Martín en un clásico veraniego y a Douglas Haig en el debut del segundo ciclo de Rivoira.
Pero si no los hace él, alguien tendrá que asumir la responsabilidad: si Atlético no puede evitar recibir más goles de pelota parada y si le molesta tanto escucharlo, deberá empezar a usarla a su favor.
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