Por Andrés Burgo
19 Octubre 2014
REGRESO SIN SUERTE. Rodríguez volvió a ser titular, después de superar una lesión, pero le faltó suerte: tuvo dos y las falló.
Una característica habitual para los periodistas es comenzar los comentarios con alguna referencia a la meteorología. En virtud de la nueva derrota de Atlético en medio del lluvioso atardecer en Floresta (en realidad fue una suave llovizna), la tentación obvia pero válida sería señalar que el “decano” estuvo en sintonía con el clima entristecido de Buenos Aires.
Sin embargo, si se trata de forzar esa comparación con el tiempo, la producción de Atlético en el primer tiempo fue lo más parecido al ojo de un huracán. Un equipo que, aunque sigue bien ubicado en la tabla, por primera vez en la temporada genera desconfianza. Es cierto que, después de aquellos 45’ iniciales que fueron indignos de un equipo que quiere pelear el ascenso, Atlético mejoró en el segundo tiempo y tuvo chances para empatar. Pero no lo consiguió y engrosó una doble estadística preocupante: de los últimos 8 partidos sólo ganó uno y de los últimos 12 puntos sólo sumó uno.
Lo del primer tiempo fue para el tacho de basura. All Boys barrió a Atlético: le hizo un golazo de Gonzalo Bustamente, pegó un disparo en el travesaño y generó un mano a mano mal definido (Caurso). Algunos futbolistas del “decano” no sólo jugaron mal: también estuvieron incómodos. De qué tuvo que jugar o de qué jugó Diego García es una incógnita similar a qué pasó con el avión de Malaysa Airlines.
Rivoira advirtió el desastre e hizo dos cambios en el entretiempo: adentro Leandro Díaz y Jonathan Gómez en lugar de Gastón Giménez y de García. Las variantes tuvieron efecto (también ingresó Juan Imbert) porque Atlético resucitó y tuvo situaciones para empatar, mientras All Boys se olvidó de Cristian Lucchetti.
En medio de una superpoblación de delanteros, Luis Rodríguez estuvo tres veces cerca del gol, en especial con un derechazo que se fue por encima. Ya no llovía en Floresta, pero la tarde se había convertido en noche, el nuevo hábitat de Atlético en las últimas fechas: un presente oscuro.
Sin embargo, si se trata de forzar esa comparación con el tiempo, la producción de Atlético en el primer tiempo fue lo más parecido al ojo de un huracán. Un equipo que, aunque sigue bien ubicado en la tabla, por primera vez en la temporada genera desconfianza. Es cierto que, después de aquellos 45’ iniciales que fueron indignos de un equipo que quiere pelear el ascenso, Atlético mejoró en el segundo tiempo y tuvo chances para empatar. Pero no lo consiguió y engrosó una doble estadística preocupante: de los últimos 8 partidos sólo ganó uno y de los últimos 12 puntos sólo sumó uno.
Lo del primer tiempo fue para el tacho de basura. All Boys barrió a Atlético: le hizo un golazo de Gonzalo Bustamente, pegó un disparo en el travesaño y generó un mano a mano mal definido (Caurso). Algunos futbolistas del “decano” no sólo jugaron mal: también estuvieron incómodos. De qué tuvo que jugar o de qué jugó Diego García es una incógnita similar a qué pasó con el avión de Malaysa Airlines.
Rivoira advirtió el desastre e hizo dos cambios en el entretiempo: adentro Leandro Díaz y Jonathan Gómez en lugar de Gastón Giménez y de García. Las variantes tuvieron efecto (también ingresó Juan Imbert) porque Atlético resucitó y tuvo situaciones para empatar, mientras All Boys se olvidó de Cristian Lucchetti.
En medio de una superpoblación de delanteros, Luis Rodríguez estuvo tres veces cerca del gol, en especial con un derechazo que se fue por encima. Ya no llovía en Floresta, pero la tarde se había convertido en noche, el nuevo hábitat de Atlético en las últimas fechas: un presente oscuro.
Lo más popular
