“Es difícil entender que una persona muera de esa manera”

Declaró Cecilia Abregú, hermana del policía juzgado por el crimen de Pamela Núñez La mujer estaba en el auto cuando salió el disparo que le quitó la vida a su mejor amiga. Tres incidentes en la noche

DECLARACIÓN. Cecilia Abregú habló seria y sin cambiar el todo de voz, pero lloró al sentarse entre el público. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll DECLARACIÓN. Cecilia Abregú habló seria y sin cambiar el todo de voz, pero lloró al sentarse entre el público. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll
21 Octubre 2014
“Pamela era mi mejor amiga; Pamela era como mi hermana”, insistió Cecilia Abregú. La mujer estuvo presente cuando Pamela Núñez recibió un disparo mortal, que salió del arma reglamentaria de su hermano Fabio Abregú la madrugada del 21 de noviembre de 2010. Ayer declaró en el juicio oral que se sigue contra el policía federal por la muerte de Pamela.

“¿No pensó en auxiliar a su amiga?”, interrogó el fiscal de Cámara Ramón Rojas a la testigo. “Yo no podía hacer nada, el auto era manejado por mi hermano”, respondió la mujer.

La pregunta del fiscal estaba direccionada a determinar por qué no llevaron a la víctima al hospital de Famaillá, que estaba a una cuadra y media del lugar en el que se produjo el disparo, y en cambio se fueron hasta las cercanías del ingenio La Fronterita, donde Fabio y Cecilia Abregú habrían intentado quitarse la vida.

El recorrido

Cecilia Abregú contó todo el recorrido que hicieron desde que salieron de su casa la noche del sábado 20 de diciembre a las 22.30, hasta el momento en el que, según dijo, ella se pegó un tiro en el pecho. Explicó que fueron a un boliche de Lules con su hermano, la novia de este, Elizabeth Luna, Pamela y Silvia Castro.

Allí se produjo el primer altercado de la noche. Luego de que cada uno de los integrantes del grupo tomara un vaso de medio litro con vodka y una bebida energizante, Luna y el policía federal discutieron a los gritos.

El motivo de la pelea, según declararon ayer Cecilia Abregú y Castro, fue que Luna le reclamó a su novio porque salieron en grupo y no los dos solos. El personal de seguridad del local bailable los obligó a retirarse, pero la novia de Fabio Abregú no subió al auto.

“Mi hermano estaba re nervioso, amargado. Volvimos a Famaillá, paramos al lado de la comisaría y le dio plata a Pamela para que compre un vino espumante. Luego nos fuimos a la pista de salud”, contó Cecilia Abregú.

Allí se produjo el segundo incidente. Un muchacho se acercó a pedirle un cigarrillo a Fabio Abregú, quien se lo convidó. A los pocos segundos el policía Federal recibió una trompada (ninguna de las dos testigos supo por qué), se sumaron otros dos hombres a golpearlo, y el hermano de Cecilia fue hasta el auto y sacó su arma reglamentaria.

“La levantó y los otros se retiraron, asustados. Nos fuimos las tres a decirle que guardara el arma para que no pasara a mayores, me subí al auto con él y nos fuimos, mientras nos tiraban piedras. Puso el arma debajo del asiento del conductor”, describió Silvia Castro.

Pamela y Cecilia caminaron hasta el centro de Famaillá, donde se cruzaron con Lucas Córdoba y Nelson Nasir. Al rato llegó Fabio Abregú, y todos subieron al auto. Así comenzó el tercer y trágico suceso de la noche.

Miedo y desesperación

Pamela se sentó en el asiento del acompañante. Atrás iban, de izquierda a derecha, Nasir, Córdoba y Cecilia. “Ella le dijo ‘cambiá esa música’. Después yo iba charlando con Lucas y sentí el disparo. La miré y Pamela estaba con la boca y los ojos abiertos, y la cabeza para atrás. No entendía nada, le salía mucha sangre de la cabeza”, afirmó la hermana del policía federal.

Córdoba y Nasir se pusieron nerviosos. Dijeron que no tenían nada que ver con lo que había pasado, y Cecilia le pidió a su hermano que les abriera la puerta (según dijeron varios testigos, no se abrían desde adentro). “Le dije que vayamos al hospital pero me contestó que nadie le iba a creer. Sugerí que busquemos a mi papá y agarró a toda velocidad, iba como loco, se salía de la ruta a cada rato”, declaró Cecilia.

Al ver que estaban al final de la ruta, Fabio Abregú intentó volver pero cayó en una zanja. “Me miró y me dijo que no iba a poder con todo esto, tomó el arma y se disparó. Quedó tendido sobre el volante. Para mí ellos estaban muertos. Me encontré sola, no podía abrir la puerta desde adentro, llovía torrencialmente y el agua entraba en el auto. La única salida que vi fue dispararme. No he tenido el coraje de pensar de otra manera”, afirmó. La bala ingresó por su pecho y salió por la espalda sin dañar ningún órgano. “Es difícil entender que una persona muera de esa manera, pero así pasó lo de Pamela”, concluyó la testigo.

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