22 Octubre 2014
EL IMPUTADO. Fabio Cruz está detenido en el penal de Villa Urquiza. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
Fabiana Mabel Cruz murió carbonizada el 1 de octubre de 2011. Lo que se intenta determinar es si sufrió las quemaduras de manera accidental o si fue su propio marido quien le prendió fuego. Fabio Viterman Cruz está imputado por el delito de homicidio agravado y serán los jueces de la Sala III (integrada por Carlos Caramuti, Dante Ibáñez y Emilio Páez de la Torre) quienes resuelvan si es inocente o culpable.
Viterman Cruz, defendido por Gustavo Morales, se negó a declarar el lunes, cuando comenzó el debate oral. Tampoco había pronunciado una sola palabra a lo largo de la instrucción, que estuvo a cargo de la fiscala de Instrucción de la VIII° Nominación, Adriana Giannoni. En su requisitoria de elevación a juicio, Giannoni había concluido que el 30 de septiembre a la noche el hombre discutió con su esposa en la habitación que compartían, en Lules. “El imputado agarró un bote de alcohol etílico y arrojó la totalidad del líquido sobre el cuerpo de su esposa, prendiéndole fuego”, señala el documento firmado por la fiscala. La mujer falleció horas después, como consecuencia de la gravedad de las quemaduras.
Pedía ayuda
Celia Roldán alquilaba una pieza en la misma propiedad donde vivían Cruz y su marido. La noche del hecho, la auxilió y la llevó al hospital. “Estábamos viendo tele con mi marido cuando escuchamos que alguien gritaba. Salimos y la vi a Mabel quemada”, relató la mujer ante el tribunal. “Estaba desnuda, con un pantalón corto azul. Me pedía que la ayude. La piel se le derretía como una vela”, describió.
Según su testimonio, también estaban afuera Viterman Cruz y el hombre que les alquilaba las habitaciones, Miguel Ángel Pérez. “Fabio estaba paralizado. Le pedí una toalla para taparla y él estaba inmóvil”, contó Roldán. La testigo aseguró que la víctima no quería que la llevaran al hospital y que su esposo sólo le decía: “mirá lo que te has hecho”. Roldán subió a un remise con la víctima y se dirigieron al hospital de Lules. En el trayecto, Cruz le habría dicho que se quemó cuando estaba por prender un espiral y un bote del alcohol se le cayó encima. Pero a la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo le sorprendió ese detalle debido a que las tres veces que la testigo declaró ante Giannoni había asegurado que Cruz no dijo una sola palabra. Con ella coincidió la abogada querellante, Teresita Mendilaharzu.
Fotos y un cuchillo
Cuando la mujer salió envuelta en llamas de su habitación, el propietario del inmueble se encontraba en una galería de afuera. “Se abrió la puerta, salió la chica prendida fuego y cayó al piso. Agarré un trapo y la apagué. Después salió Fabio, tenía las manos quemadas”, declaró Pérez.
El testigo dijo que llevó al imputado al hospital y le prestó $ 300 porque no tenía plata ni para el taxi. Cuando volvió, buscó a la hermana de Viterman Cruz para que cerrara la puerta de la habitación con su llave. “En el piso de la pieza había fotos, papeles, ropa y un cuchillo. Sobre la mesa había una botella de alcohol parada, un encendedor y comida”, precisó el hombre.
Viterman Cruz, defendido por Gustavo Morales, se negó a declarar el lunes, cuando comenzó el debate oral. Tampoco había pronunciado una sola palabra a lo largo de la instrucción, que estuvo a cargo de la fiscala de Instrucción de la VIII° Nominación, Adriana Giannoni. En su requisitoria de elevación a juicio, Giannoni había concluido que el 30 de septiembre a la noche el hombre discutió con su esposa en la habitación que compartían, en Lules. “El imputado agarró un bote de alcohol etílico y arrojó la totalidad del líquido sobre el cuerpo de su esposa, prendiéndole fuego”, señala el documento firmado por la fiscala. La mujer falleció horas después, como consecuencia de la gravedad de las quemaduras.
Pedía ayuda
Celia Roldán alquilaba una pieza en la misma propiedad donde vivían Cruz y su marido. La noche del hecho, la auxilió y la llevó al hospital. “Estábamos viendo tele con mi marido cuando escuchamos que alguien gritaba. Salimos y la vi a Mabel quemada”, relató la mujer ante el tribunal. “Estaba desnuda, con un pantalón corto azul. Me pedía que la ayude. La piel se le derretía como una vela”, describió.
Según su testimonio, también estaban afuera Viterman Cruz y el hombre que les alquilaba las habitaciones, Miguel Ángel Pérez. “Fabio estaba paralizado. Le pedí una toalla para taparla y él estaba inmóvil”, contó Roldán. La testigo aseguró que la víctima no quería que la llevaran al hospital y que su esposo sólo le decía: “mirá lo que te has hecho”. Roldán subió a un remise con la víctima y se dirigieron al hospital de Lules. En el trayecto, Cruz le habría dicho que se quemó cuando estaba por prender un espiral y un bote del alcohol se le cayó encima. Pero a la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo le sorprendió ese detalle debido a que las tres veces que la testigo declaró ante Giannoni había asegurado que Cruz no dijo una sola palabra. Con ella coincidió la abogada querellante, Teresita Mendilaharzu.
Fotos y un cuchillo
Cuando la mujer salió envuelta en llamas de su habitación, el propietario del inmueble se encontraba en una galería de afuera. “Se abrió la puerta, salió la chica prendida fuego y cayó al piso. Agarré un trapo y la apagué. Después salió Fabio, tenía las manos quemadas”, declaró Pérez.
El testigo dijo que llevó al imputado al hospital y le prestó $ 300 porque no tenía plata ni para el taxi. Cuando volvió, buscó a la hermana de Viterman Cruz para que cerrara la puerta de la habitación con su llave. “En el piso de la pieza había fotos, papeles, ropa y un cuchillo. Sobre la mesa había una botella de alcohol parada, un encendedor y comida”, precisó el hombre.