27 Noviembre 2014
La participación en la designación discrecional de Fernando Ganami como prosecretario del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM) no es una causal objetiva para apartar a los consejeros de la elección del secretario y director de la Escuela Judicial, según el tribunal ad hoc que rechazó ayer el pedido de excusaciones que había presentado la postulante Carmen Fontán. Dicha resolución habilitó a definir las ternas a los consejeros Antonio Bustamante, Marcela Ruiz, Adriana Najar, Regino Amado y Graciela Suárez, junto a los que no intervinieron en el nombramiento controvertido.
Los consejeros Federico Romano Norri y Raúl Martínez Aráoz, en cambio, se inhibieron voluntariamente frente al planteo que había formulado Fontán “para preservar la imparcialidad y la transparencia”. Al comienzo de los procesos se había excusado Claudia Sbdar, presidenta del CAM y promotora de la designación original de Ganami como asesor. Luego de casi nueve meses de trámite, el comité académico elevó a los consejeros una terna para la dirección conformada por Fontán, Ganami y Rosa Luz Casen, y otra para la secretaría integrada por Ganami, María Isabel Rico Velaz y Pedro Cagna.
Rechazado el pedido masivo de excusaciones, el órgano resolvió avanzar con los concursos de la Escuela y fijó la entrevista con los postulantes para el próximo martes a las 17 (los candidatos ya habían sido interrogados antes por los miembros de la comisión académica). Si el CAM hubiese conservado el criterio del orden de mérito vinculante que aplicó en el único concurso de personal que celebró en su historia (para designar a la secretaria Sofía Nacul), el prosecretario Ganami ascendería a secretario y Fontán se quedaría con la dirección. Pero el órgano se arrogó una potestad discrecional “a lo Poder Ejecutivo” y puede elegir a cualquiera de los ternados.
El CAM ha de definir entonces qué hará con relación a Ganami, que quedó ligado a uno de sus jurados, Diego Duquelsky Gómez, por medio de un convenio de cooperación que el CAM firmó mientras el prosecretario seguía afectado a la Escuela. Tanto el jurado como el concursante, que no pidió licencia durante el trámite de los concursos, dijeron que el acuerdo no había sido ejecutado y que, por ello, no había habido un trato que justificase una excusación.
El caso “Ganami” luego expuso que, con la excepción de Nacul, todos los empleados del CAM habían sido nombrados “a dedo” pese a que el reglamento dispone el ingreso por concurso. En un escrito leído en la sesión de este martes, la postulante Casen defendió los concursos y la postulación de Ganami; declaró que respetaba a las autoridades del CAM y atacó a Fontán. Los consejeros resolvieron publicitar la nota, pero se abstuvieron de hacer comentarios al respecto.
Los consejeros Federico Romano Norri y Raúl Martínez Aráoz, en cambio, se inhibieron voluntariamente frente al planteo que había formulado Fontán “para preservar la imparcialidad y la transparencia”. Al comienzo de los procesos se había excusado Claudia Sbdar, presidenta del CAM y promotora de la designación original de Ganami como asesor. Luego de casi nueve meses de trámite, el comité académico elevó a los consejeros una terna para la dirección conformada por Fontán, Ganami y Rosa Luz Casen, y otra para la secretaría integrada por Ganami, María Isabel Rico Velaz y Pedro Cagna.
Rechazado el pedido masivo de excusaciones, el órgano resolvió avanzar con los concursos de la Escuela y fijó la entrevista con los postulantes para el próximo martes a las 17 (los candidatos ya habían sido interrogados antes por los miembros de la comisión académica). Si el CAM hubiese conservado el criterio del orden de mérito vinculante que aplicó en el único concurso de personal que celebró en su historia (para designar a la secretaria Sofía Nacul), el prosecretario Ganami ascendería a secretario y Fontán se quedaría con la dirección. Pero el órgano se arrogó una potestad discrecional “a lo Poder Ejecutivo” y puede elegir a cualquiera de los ternados.
El CAM ha de definir entonces qué hará con relación a Ganami, que quedó ligado a uno de sus jurados, Diego Duquelsky Gómez, por medio de un convenio de cooperación que el CAM firmó mientras el prosecretario seguía afectado a la Escuela. Tanto el jurado como el concursante, que no pidió licencia durante el trámite de los concursos, dijeron que el acuerdo no había sido ejecutado y que, por ello, no había habido un trato que justificase una excusación.
El caso “Ganami” luego expuso que, con la excepción de Nacul, todos los empleados del CAM habían sido nombrados “a dedo” pese a que el reglamento dispone el ingreso por concurso. En un escrito leído en la sesión de este martes, la postulante Casen defendió los concursos y la postulación de Ganami; declaró que respetaba a las autoridades del CAM y atacó a Fontán. Los consejeros resolvieron publicitar la nota, pero se abstuvieron de hacer comentarios al respecto.