21 Diciembre 2014
¡TODAS A BAILAR!. Muchas dejaron sillas y bastones para acompañar a Gladys con la “Pollera amarilla”. la gaceta / fotos de diego aráoz
Las residentes de los hogares San Roque, La Merced y Anselmo Rojo despidieron el año a pata ancha. Con la mejor onda y predisposición hicieron gala de sus habilidades artísticas y de su espíritu festivo: bailaron e imitaron con fonomímica a Tita Merello (Pepita Muñoz), Rafaela Carrá (Blanca Luz Salas), Mercedes Sosa (Antonia Robín) y María Marta Serra Lima (Marta Lapena) en un patio prolijamente ornamentado con guirnaldas, globos de colores y mesas con manteles rojos y blancos.
El profesor de baile y amenizador del encuentro, Gustavo Knipp, no se quedó atrás: se calzó una peluca oscura y ondulada, se pintó la barba y se vistió con camisa blanca, traje negro y un sombrero texano al tono para remedar a Marcos Antonio Solís. Al igual que el artista mexicano, lo hizo en compañía de tres damas que oficiaban de partenaire en el baile, al mejor estilo porrista. Los casi dos centenares de personas se pararon y dispararon cerrados aplausos al grito de “¡Viva la vida!”. Una verdadera lección de optimismo en el atardecer de la existencia humana...
La fiesta para despedir el año se realizó en el jardín del Hogar San Roque. La mayoría de las residentes estuvo acompañada por familiares especialmente invitados a la reunión que organizó -como todos los años- la Sociedad de Beneficencia de Tucumán, dueña del establecimiento y a cargo de las hogares.
Las residentes Olga Kaethner, directora de escuela jubilada, de 87 años, y Yolanda Malica, de 70, parecían dos veinteañeras. Compartían la mesa con sus familiares y hacían palmas mientras Marta Lapena cantaba “A mi manera”.
Gladys “La Bomba Tucumana”, fue la elegida para cerrar el festejó. Ingresó al patio estrenando una nueva canción y de inmediato siguió con la popular “Pollera amarilla”. De inmediato la rodearon para sacarse fotos y bailar con la cantante. Fue una tarde amena y hasta emocionante. Gladys saludó y acarició a cada residente mientras actuaba, elogió las condiciones óptimas en que halló a la institución y a su gente, y recordó que en la capilla del hogar San Roque hizo la primera comunión.
El profesor de baile y amenizador del encuentro, Gustavo Knipp, no se quedó atrás: se calzó una peluca oscura y ondulada, se pintó la barba y se vistió con camisa blanca, traje negro y un sombrero texano al tono para remedar a Marcos Antonio Solís. Al igual que el artista mexicano, lo hizo en compañía de tres damas que oficiaban de partenaire en el baile, al mejor estilo porrista. Los casi dos centenares de personas se pararon y dispararon cerrados aplausos al grito de “¡Viva la vida!”. Una verdadera lección de optimismo en el atardecer de la existencia humana...
La fiesta para despedir el año se realizó en el jardín del Hogar San Roque. La mayoría de las residentes estuvo acompañada por familiares especialmente invitados a la reunión que organizó -como todos los años- la Sociedad de Beneficencia de Tucumán, dueña del establecimiento y a cargo de las hogares.
Las residentes Olga Kaethner, directora de escuela jubilada, de 87 años, y Yolanda Malica, de 70, parecían dos veinteañeras. Compartían la mesa con sus familiares y hacían palmas mientras Marta Lapena cantaba “A mi manera”.
Gladys “La Bomba Tucumana”, fue la elegida para cerrar el festejó. Ingresó al patio estrenando una nueva canción y de inmediato siguió con la popular “Pollera amarilla”. De inmediato la rodearon para sacarse fotos y bailar con la cantante. Fue una tarde amena y hasta emocionante. Gladys saludó y acarició a cada residente mientras actuaba, elogió las condiciones óptimas en que halló a la institución y a su gente, y recordó que en la capilla del hogar San Roque hizo la primera comunión.
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