Cristina Hynes fue una permanente animadora de la vida teatral

La directora y dramaturga tucumana, que tenía 60 años, obtuvo varios galardones por su labor.

APASIONADA. Durante la década de 1990, Hynes estuvo al frente de los talleres infantiles y juveniles de la Provincia. APASIONADA. Durante la década de 1990, Hynes estuvo al frente de los talleres infantiles y juveniles de la Provincia.
06 Enero 2015
“Tengo la certeza de que el teatro es una escuela de vida”, solía decir Cristina Hynes. La actriz y directora teatral, que iba a cumplir 61 años el 29 de enero, fue una permanente animadora de la vida cultural tucumana.

Había debutado como actriz en el Teatro Estable de la Provincia, bajo la dirección de Jorge Petraglia. Como integrante de ese elenco y del Teatro Universitario, fue dirigida por destacados directores, tales como Boyce Díaz Ulloque, Mario Rolla, Federico Wolf y Bernardo Roitman. Tuvo por maestros a Raúl Serrano, Roberto Vega, Saulo Benavente, Patricia Stokoe.

En 1985, obtuvo con medalla de oro al mejor promedio dos títulos superiores de la Dirección Nacional de Educación Artística. En 1976 debutó como directora con la obra “Arremangate la camiseta”. La pieza permaneció seis años en cartel y fue estrenada en Madrid.

Cursó la carrera de Dirección Teatral en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático. En el exterior se perfeccionó con Victoria Santa Cruz (Teatro Negro-Lima-Perú) y cursó Dirección y Estética con Jerzy Grotowski en la Universidad Estatal de Nueva York, EE.UU.

Se desempeñó como docente en la Escuela de Teatro de Buenos Aires, donde tuvo a su cargo los talleres de perfeccionamiento para profesionales de la Asociación Argentina de Actores. Fue directora de la Escuela de Teatro “La Ventana” y estuvo al frente de los cursos de Creatividad del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, realizando además en Buenos Aires numerosas puestas en escena.

El gusto y el amor
En 1992 se reinstaló en Tucumán, y creó un año después los Talleres Infantiles y Juveniles de Teatro de la Provincia. Estos talleres, que llegaron a congregar a 250 alumnos, fueron cerrados por el gobierno de Antonio Bussi. “Nuestro objetivo no pasa por quedarnos con un grupo de niños actores, pretendemos infundir el gusto y el amor por el teatro. En un futuro, muchos de los chicos que concurren a los talleres se convertirán en público, y a través de ellos buscamos la manera de garantizar que el teatro no muera”, afirmaba Hynes y agregaba: “lo importante es que los chicos descubran un nuevo mundo y aprendan a disfrutar plenamente de él”.

Varias de sus puestas fueron galardonadas. “El show de los chicos enamorados” obtuvo la Mención de Honor Artea 1993; “La Casa de Bernarda Alba”, el Artea a la Mejor Actriz Protagónica y cuatro nominaciones más, entre ellas, Mejor Dirección y Mejor Espectáculo 1994. En 1996, recibió el premio Iris Marga a la trayectoria, y por “Yepeto” ganó el Iris Marga al Mejor Espectáculo, Mejor Dirección, Actor Protagónico, Actor Secundario, Revelación Femenina. Por la misma obra obtuvo en 1997 el premio Artea. En 1998, por “La malasangre” le concedieron el premio Iris Marga al Mejor Espectáculo, Mejor Dirección, Escenografía, Música Original, Actor Protagónico, Actor secundario. Escribió, además, algunas piezas teatrales.

Por su primera obra para adultos “Cielo de tambores” ganó el primer premio en el Concurso Regional de Dramaturgia “Bernardo Canal Feijoó”, edición 2003. En la siguiente edición 2004 del mismo concurso obtuvo la primera mención con la obra “Lamars”. Consiguió en 2005 el segundo lugar en el concurso Canal Feijoó con “Nos hubiéramos amado tanto”, una invitación a priorizar lo que nos une por encima de lo que nos separa, a reformular los afectos. “Invitamos a los espectadores a vivir una nostalgia sin tristeza. La idea principal de la obra es que los recuerdos y los afectos pueden sobreponerse a cualquier vicisitud... El espectador puede presenciar los hechos que viven los actores en tiempo real y sentirse identificados con las situaciones”, dijo en 2007, en ocasión de la reposición de la pieza.

Inquieta, luchadora, frontal, apasionada, la vida de Cristina Hynes se apagó inesperadamente. Seguramente, su sonrisa y su talento seguirán vivos en la memoria de la escena tucumana.

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