08 Enero 2015
la gaceta / foto de osvaldo ripoll (archivo)
-LA RUTA n° 307
Las atinadas y justas reflexiones vertidas en el editorial “El Infiernillo-Amaicha, un tramo que debe repararse” del 30/12/14, me ha generado, como seguramente también a la inmensa mayoría de mis coterráneos santamarianos, una expectativa por demás auspiciosa en torno de la tan anhelada aspiración que nos embarga desde tantos años, de que el tramo en cuestión de la ruta N° 307 sea de una vez por todas repavimentado, porque interpreto que dicha opinión periodística de un tradicional e influyente diario como LA GACETA, será recibida positivamente por el Poder Ejecutivo tucumano, reaccionando con la premura que las circunstancias exigen, en vista del inicio y ejecución de la tan mentada obra vial. Es válido recordar, que desde el ámbito de los ciudadanos comunes de Santa María, Catamarca, allá por el septiembre de 2010, inspiramos e impulsamos una fuerte y decidida movida de reclamos por la concreción de la obra que nos ocupa, al punto tal que este diario se hizo eco de ellos produciendo una especial nota en la edición del 27/9/10 bajo el título por demás elocuente: “La 307 se volvió un camino que incomunica”. Cabe destacar que ello provocó la realización de la pavimentación de 11 km en el tramo “El Blanquito-El Infiernillo” (era “un costillar de ripio intransitable”) y allí quedamos paralizados hasta el día de hoy. La ruta N° 307, indudablemente emblemática y de una importancia estratégica y geopolítica sin igual para toda la región de los Valles Calchaquíes, en el referenciado tramo, no puede continuar ni un minuto más en ese deplorable estado como un fiel reflejo de decadencia, que no puede soslayarse con argumento alguno.
Hugo Daniel Cisneros [email protected]
MONSEÑOR VILLALBA
La noticia de que el papa Francisco designará cardenal a monseñor Luis H. Villalba ha traído una gran alegría y un nuevo impulso cargado de esperanza. Ha sido para toda la Iglesia de Tucumán un verdadero pastor. No puedo dejar de recordar la gran tarea desarrollada con todos los laicos y los diferentes movimientos y grupos en el trabajo conjunto, desde el Plan Pastoral o desde las iniciativas de cada laico comprometido. Vienen a mi memoria, el Congreso Nacional de Laicos de 2005, el 1° Encuentro Regional de Laicos de 2008 realizado en Horco Molle, las diferentes actividades y asambleas del Consejo de Laicos, el apoyo total a la Federación de Uniones de Padres de colegios católicos, las gratificantes asambleas de Pastoral; en fin, años de un rico pastoreo, potenciado por su sencillez, su palabra siempre alentadora y su acompañamiento total al laicado tucumano. También tengo que mencionar su fraternal cercanía hacia mi familia, tras el percance sufrido en el 2011, gesto muy profundo que jamás olvidaré. Con estas sencillas líneas quiero agradecerle por toda la tarea desarrollada y desearle lo mejor en esta nueva etapa como cardenal. Que Jesús y María siempre lo acompañen, lo guíen, lo protejan y le permitan seguir siendo el gran pastor.
Eduardo E. Joya
[email protected]
MODELO POLÍTICO
El 8 de enero de 1928 moría en su finca de Los Cardales, vecino a Luján, el doctor Juan Bautista Justo, eminente neurocirujano y hombre público. Por haberla estudiado en Austria y Suiza donde se especializó, a él se debe la introducción de la asepsia en la cirugía, razón por lo que se lo considera uno de los diez héroes de la medicina argentina junto a científicos relevantes como Rawson, Ramos Mejía y Houssay. Durante la epidemia del cólera en Tucumán en 1886, Justo, avanzado estudiante, prestó una importante colaboración como voluntario y ayudó a salvar muchas vidas, por lo que el Concejo Deliberante de nuestra ciudad dictó en 1936 la ordenanza que impuso su nombre al abrirse la avenida Avellaneda hacia el norte. Preocupado por la cuestión social, y por “decir lo que hay que decir”, no dudó en disponer de la medalla de oro con que lo premió la Universidad de Buenos Aires y de su coche de médico para reunir los fondos necesarios para fundar en 1894 “La Vanguardia”, diario de circulación nacional que en los años 40 llegó a vender 200.000 ejemplares, tanta la avidez de la ciudadanía por leer la opinión esclarecedora de sus contemporáneos y discípulos, su amigo y albacea Nicolás Repetto, nuestro comprovinciano ilustre Mario Bravo, Américo Ghioldi que dirigió el diario en vida de Justo, Alfredo Palacios, Carlos Sánchez Viamonte hasta que sus talleres fueron destruidos por el fuego de la tiranía el 15 de abril de 1953, editándose desde entonces discontinuamente. En 1896 fundó el Partido Socialista, primero de organización institucional que tuvo el país, dándole una declaración de principios, un programa mínimo y uno máximo y una carta orgánica que aseguraran su identidad democrática y republicana y su permanencia en el tiempo. Inicialmente partido de clase, a él se debe la legislación obrera que ya existía en el país hacia 1945, desde que Palacios arrancó a la oligarquía la jornada de ocho horas en 1905, numerosas leyes de protección a la mujer, a la niñez, a la salud pública, el cooperativismo y la educación común y laica. Hasta la llegada de Justo y Repetto al Congreso en 1913, este era sólo “una reunión de personas amables que no querían contradecirse”; el presupuesto se aprobaba a libro cerrado, todo lo que sostenía el privilegio, el acomodo y el fraude no se discutía y se consolidaba a espaldas del pueblo. Estudioso de la historia, la economía y las cuestiones sociales su pensamiento quedó reflejado en obras liminares como “La moneda”, “Internacionalismo y patria” “Educación pública” y la mayor, “Teoría y práctica de la historia”. Dijo de él Alejandro Korn, el filósofo positivista de la libertad creativa, en el acto de cremación de sus restos: “En un país afecto a la mitomanía, la demagogia y el cálculo mezquino, una figura como la de Juan B. Justo parece estar destinada al fracaso”. Lo que se concibe como “éxito” no es más que frivolidad, materialismo egoísta y chabacanería. La asepsia que enseñó en la medicina, la aplicó también a la política: “manos limpias y uñas cortas”, su lema, ignorado olímpicamente hoy por la clase política argentina con los resultados conocidos. Entre la corrupción y la destrucción de la república instaladas por el oficialismo y el patético espectáculo de la oposición, a la que no se le conoce siquiera una iniciativa superadora, Juan B. Justo es el modelo de político que la sociedad argentina reclama y necesita.
Víctor J. Chocobar
[email protected]
EL ABRAZO
En una prueba política de gran trascendencia, el entonces presidente, general Juan Domingo Perón, y el líder del radicalismo, Ricardo Balbín, se unieron en un abrazo en un claro ejemplo para los argentinos de que no debían existir las luchas entre partidos políticos, que no debía haber agravios ni rencores, sino amor. Esto quedó en el olvido en Tucumán, donde la política crea enemigos, rivales, cuando en los discursos del oficialismo se acusa de desagradecidos, por ejemplo, al intendente de Famaillá por tener tratos con el massismo. Pensar que el que lo acusa usurpó el partido peronista, diciéndose peronista.; totalmente falso. Como afiliado al partido de Perón desde 1948, he visto pasar pseudo peronistas que gozaron con total descaro de una vida de opulencia, gracias a la fortuna que la política pudo darles. En Tucumán hay marginación social, pobreza extrema, miles de tucumanos viven a orilla de los canales; carecen de futuro. Hoy, con solo la escuela primaria se puede acceder a la carrera políticas y llegar a ser, por ejemplo, senador nacional y a gozar de las mieles y de los buenos sueldos. Nunca pronunciarán una palabra en el Congreso. A quien nos gobierna solo le preocupa el pavimento y el cordón cuneta, sin pensar en los débiles y en la pobreza. En Tucumán, los pobres solo esperan la ayuda de Dios, fuente de toda razón y justicia.
Jorge Antonio Chaves
Sabin s/n-El Corte
Yerba Buena-Tucumán
Las atinadas y justas reflexiones vertidas en el editorial “El Infiernillo-Amaicha, un tramo que debe repararse” del 30/12/14, me ha generado, como seguramente también a la inmensa mayoría de mis coterráneos santamarianos, una expectativa por demás auspiciosa en torno de la tan anhelada aspiración que nos embarga desde tantos años, de que el tramo en cuestión de la ruta N° 307 sea de una vez por todas repavimentado, porque interpreto que dicha opinión periodística de un tradicional e influyente diario como LA GACETA, será recibida positivamente por el Poder Ejecutivo tucumano, reaccionando con la premura que las circunstancias exigen, en vista del inicio y ejecución de la tan mentada obra vial. Es válido recordar, que desde el ámbito de los ciudadanos comunes de Santa María, Catamarca, allá por el septiembre de 2010, inspiramos e impulsamos una fuerte y decidida movida de reclamos por la concreción de la obra que nos ocupa, al punto tal que este diario se hizo eco de ellos produciendo una especial nota en la edición del 27/9/10 bajo el título por demás elocuente: “La 307 se volvió un camino que incomunica”. Cabe destacar que ello provocó la realización de la pavimentación de 11 km en el tramo “El Blanquito-El Infiernillo” (era “un costillar de ripio intransitable”) y allí quedamos paralizados hasta el día de hoy. La ruta N° 307, indudablemente emblemática y de una importancia estratégica y geopolítica sin igual para toda la región de los Valles Calchaquíes, en el referenciado tramo, no puede continuar ni un minuto más en ese deplorable estado como un fiel reflejo de decadencia, que no puede soslayarse con argumento alguno.
Hugo Daniel Cisneros [email protected]
MONSEÑOR VILLALBA
La noticia de que el papa Francisco designará cardenal a monseñor Luis H. Villalba ha traído una gran alegría y un nuevo impulso cargado de esperanza. Ha sido para toda la Iglesia de Tucumán un verdadero pastor. No puedo dejar de recordar la gran tarea desarrollada con todos los laicos y los diferentes movimientos y grupos en el trabajo conjunto, desde el Plan Pastoral o desde las iniciativas de cada laico comprometido. Vienen a mi memoria, el Congreso Nacional de Laicos de 2005, el 1° Encuentro Regional de Laicos de 2008 realizado en Horco Molle, las diferentes actividades y asambleas del Consejo de Laicos, el apoyo total a la Federación de Uniones de Padres de colegios católicos, las gratificantes asambleas de Pastoral; en fin, años de un rico pastoreo, potenciado por su sencillez, su palabra siempre alentadora y su acompañamiento total al laicado tucumano. También tengo que mencionar su fraternal cercanía hacia mi familia, tras el percance sufrido en el 2011, gesto muy profundo que jamás olvidaré. Con estas sencillas líneas quiero agradecerle por toda la tarea desarrollada y desearle lo mejor en esta nueva etapa como cardenal. Que Jesús y María siempre lo acompañen, lo guíen, lo protejan y le permitan seguir siendo el gran pastor.
Eduardo E. Joya
[email protected]
MODELO POLÍTICO
El 8 de enero de 1928 moría en su finca de Los Cardales, vecino a Luján, el doctor Juan Bautista Justo, eminente neurocirujano y hombre público. Por haberla estudiado en Austria y Suiza donde se especializó, a él se debe la introducción de la asepsia en la cirugía, razón por lo que se lo considera uno de los diez héroes de la medicina argentina junto a científicos relevantes como Rawson, Ramos Mejía y Houssay. Durante la epidemia del cólera en Tucumán en 1886, Justo, avanzado estudiante, prestó una importante colaboración como voluntario y ayudó a salvar muchas vidas, por lo que el Concejo Deliberante de nuestra ciudad dictó en 1936 la ordenanza que impuso su nombre al abrirse la avenida Avellaneda hacia el norte. Preocupado por la cuestión social, y por “decir lo que hay que decir”, no dudó en disponer de la medalla de oro con que lo premió la Universidad de Buenos Aires y de su coche de médico para reunir los fondos necesarios para fundar en 1894 “La Vanguardia”, diario de circulación nacional que en los años 40 llegó a vender 200.000 ejemplares, tanta la avidez de la ciudadanía por leer la opinión esclarecedora de sus contemporáneos y discípulos, su amigo y albacea Nicolás Repetto, nuestro comprovinciano ilustre Mario Bravo, Américo Ghioldi que dirigió el diario en vida de Justo, Alfredo Palacios, Carlos Sánchez Viamonte hasta que sus talleres fueron destruidos por el fuego de la tiranía el 15 de abril de 1953, editándose desde entonces discontinuamente. En 1896 fundó el Partido Socialista, primero de organización institucional que tuvo el país, dándole una declaración de principios, un programa mínimo y uno máximo y una carta orgánica que aseguraran su identidad democrática y republicana y su permanencia en el tiempo. Inicialmente partido de clase, a él se debe la legislación obrera que ya existía en el país hacia 1945, desde que Palacios arrancó a la oligarquía la jornada de ocho horas en 1905, numerosas leyes de protección a la mujer, a la niñez, a la salud pública, el cooperativismo y la educación común y laica. Hasta la llegada de Justo y Repetto al Congreso en 1913, este era sólo “una reunión de personas amables que no querían contradecirse”; el presupuesto se aprobaba a libro cerrado, todo lo que sostenía el privilegio, el acomodo y el fraude no se discutía y se consolidaba a espaldas del pueblo. Estudioso de la historia, la economía y las cuestiones sociales su pensamiento quedó reflejado en obras liminares como “La moneda”, “Internacionalismo y patria” “Educación pública” y la mayor, “Teoría y práctica de la historia”. Dijo de él Alejandro Korn, el filósofo positivista de la libertad creativa, en el acto de cremación de sus restos: “En un país afecto a la mitomanía, la demagogia y el cálculo mezquino, una figura como la de Juan B. Justo parece estar destinada al fracaso”. Lo que se concibe como “éxito” no es más que frivolidad, materialismo egoísta y chabacanería. La asepsia que enseñó en la medicina, la aplicó también a la política: “manos limpias y uñas cortas”, su lema, ignorado olímpicamente hoy por la clase política argentina con los resultados conocidos. Entre la corrupción y la destrucción de la república instaladas por el oficialismo y el patético espectáculo de la oposición, a la que no se le conoce siquiera una iniciativa superadora, Juan B. Justo es el modelo de político que la sociedad argentina reclama y necesita.
Víctor J. Chocobar
[email protected]
EL ABRAZO
En una prueba política de gran trascendencia, el entonces presidente, general Juan Domingo Perón, y el líder del radicalismo, Ricardo Balbín, se unieron en un abrazo en un claro ejemplo para los argentinos de que no debían existir las luchas entre partidos políticos, que no debía haber agravios ni rencores, sino amor. Esto quedó en el olvido en Tucumán, donde la política crea enemigos, rivales, cuando en los discursos del oficialismo se acusa de desagradecidos, por ejemplo, al intendente de Famaillá por tener tratos con el massismo. Pensar que el que lo acusa usurpó el partido peronista, diciéndose peronista.; totalmente falso. Como afiliado al partido de Perón desde 1948, he visto pasar pseudo peronistas que gozaron con total descaro de una vida de opulencia, gracias a la fortuna que la política pudo darles. En Tucumán hay marginación social, pobreza extrema, miles de tucumanos viven a orilla de los canales; carecen de futuro. Hoy, con solo la escuela primaria se puede acceder a la carrera políticas y llegar a ser, por ejemplo, senador nacional y a gozar de las mieles y de los buenos sueldos. Nunca pronunciarán una palabra en el Congreso. A quien nos gobierna solo le preocupa el pavimento y el cordón cuneta, sin pensar en los débiles y en la pobreza. En Tucumán, los pobres solo esperan la ayuda de Dios, fuente de toda razón y justicia.
Jorge Antonio Chaves
Sabin s/n-El Corte
Yerba Buena-Tucumán