Charlie Hebdo: a los terroristas de París los buscan 88.000 policías

Las fuerzas de seguridad rastrillan poblados del Norte de la capital del país, hacia donde habrían huido los dos atacantes de la revista que satirizó a Mahoma. En el escape habrían robado combustible en una estación de servicio y cambiaron de vehículo. Líderes musulmanes franceses condenaron el atentado, pero creen que crecerá el antiislamismo

EN LONGPONT. Policías franceses rastrillan pueblos del Norte y del Noreste de París, en busca de dos sospechosos de perpetrar el atentado contra la revista. fotos reuters EN LONGPONT. Policías franceses rastrillan pueblos del Norte y del Noreste de París, en busca de dos sospechosos de perpetrar el atentado contra la revista. fotos reuters
09 Enero 2015
PARÍS.- Toda Francia se encontraba en vilo tras el atentado terrorista contra Charlie Hebdo, mientras la policía perseguía intensamente en el Norte del país a dos hermanos sospechosos de haber cometido el ataque contra esa revista satírica que dejó 12 muertos. Al mismo tiempo, la policía investiga un segundo incidente, aparentemente no relacionado, en el que murió una agente de policía.

La policía francesa detuvo a nueve sospechosos del entorno de los atacantes de la revista, informó el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve. El ministro manifestó que todos los medios disponibles están siendo utilizados para atrapar a los sospechosos del atentado y que 88.000 miembros de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en el marco de esos esfuerzos. Policías con trajes protectores y máscaras se concentraron anoche en un patrullaje casa por casa en la aldea de Corcy y en el bosque de Longpont, pequeñas localidades de unos 300 habitantes, apoyados por helicópteros, en la región de Picardie, al Norte.

Dos hombres irrumpieron el miércoles encapuchados y vestidos de negro con rifles automáticos en las oficinas de la revista, al grito de “Alá es grande” y “Hemos vengado al profeta”, relataron testigos.

Desde ese momento, la policía francesa busca a los hermanos Chérif y Said Kouachi, de 32 y 34 años, nacidos en París y que tienen vínculos con una organización que recluta combatientes yihadistas.

Uno de los hermanos olvidó un documento de identidad en un coche cuando cambiaron de vehículo a las afueras de la capital francesa durante su huida. El dueño de una gasolinera los vio a unos 80 kilómetros al Noreste de París, supuestamente con rifles Kalashnikov y un lanzacohetes en el vehículo. Los dos hombres enmascarados habrían robado combustible y comida en una estación de servicio y huyeron. En el departamento de Aisne se concentró también durante gran parte del día de ayer un intenso patrullaje y la máxima alerta vigente desde el miércoles en París fue extendida a esa región.

Las fuerzas de seguridad encontraron cócteles molotov y banderas yihadistas en un automóvil que abandonaron el miércoles los sospechosos del atentado. Se trata de unas diez bombas incendiarias y banderas en las que se incita a la guerra santa, citaron medios locales a fuentes de la investigación. Esto demuestra que posiblemente planeaban otros ataques, indicaron voceros de las fuerzas de seguridad.

Chérif Kouachi había sido condenado en 2008 a tres años de prisión -aunque 18 meses quedaron en suspenso-, por reclutar a combatientes que lucharan para el grupo terrorista Al Qaeda en Irak. Él mismo habría formado parte de las milicias y contaría con entrenamiento militar.

Cazeneuve afirmó que los dos hermanos eran vigilados por las fuerzas antiterroristas, pero que no había indicios de que estuvieran planeando un atentado ni existían nuevas causas pendientes contra ellos. El cuñado de los Kouachi, Mourad Hamyd, de 18 años, también sospechoso del atentado, se entregó en la noche del miércoles en la localidad de Charleville-Mezieres, unos 70 kilómetros de Reims, y alegó ser inocente. Compañeros de clase señalaron a los medios que Hamyd había estado con ellos en la escuela al momento del tiroteo.

Cinco dibujantes, el director Stéphane Charbonnier, alias Charb, Wolinski, Cabu, Tignous y Honoré, así como dos policías que custodiaban la sede, se cuentan entre los fallecidos en el tiroteo del miércoles. La Policía aumentó su presencia en los puntos de entrada de la capital, mientras las fuerzas de seguridad reconocen que existe cierto grado de “psicosis” tras el atentado, pero que se debía considerar cada denuncia.

El ataque suscitó incertidumbre sobre las medidas de seguridad en los países occidentales, que decidieron reforzar patrullajes y coberturas. Líderes musulmanes condenaron el tiroteo, pero también expresaron su temor a un aumento de un sentimiento antiislamista en una país con una gran población musulmana.

El Consejo Musulmán Francés llamó a todos los creyentes del país a unirse al minuto de silencio que se desarrollo ayer al mediodía y pidió a “todos los imanes de las mezquitas de Francia condenar la violencia y el terrorismo de venga de donde venga y de la manera más vehemente posible”. (DPA-Reuters)

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