15 Enero 2015
IMAGEN TOMADA DE ABC.ES
Científicos alemanes descubrieron de forma casual un inmenso cráter de hielo en la Antártida oriental formado posiblemente por la caída de un meteorito gigante hasta ahora desconocido.
El cráter de dos kilómetros de diámetro fue detectado por Graeme Eagles, Christian Müller y Tobias Binder poco antes de Navidad, cuando sobrevolaban la plataforma de hielo Rey Balduino de la Antártida con el avión “Polar 6”. Los tres científicos coincidieron en atribuir la formación a un gran meteorito, “debido a la estructura tan llamativa de círculos de hielo concéntricos”, explicó Eagles, director de la expedición y experto del instituto Alfred Wegener de Bremerhaven, norte de Alemania.
Si se confirma la hipótesis, el meteorito tendría unas dimensiones fuera de la común y un diámetro de unos 100 metros. “Según un estudio de 2006, la Tierra recibe un impacto de ese tipo sólo una vez cada 5.200 años”, dijo Eagles. Bindel aclaró que el hallazgo de rocas de origen cósmico en los hielos perpetuos es frecuente. El frío protege los cuerpos de la corrosión y, como suelen ser oscuros, se detectan con facilidad.
El hecho de que el nuevo cráter no hubiese sido descubierto antes podría deberse al sitio remoto en el que apareció, añadió Eagles. El propio equipo alemán llegó casi por casualidad a la zona tras cambiar la ruta de vuelo debido a la falla de un instrumento de medición.
El cráter de dos kilómetros de diámetro fue detectado por Graeme Eagles, Christian Müller y Tobias Binder poco antes de Navidad, cuando sobrevolaban la plataforma de hielo Rey Balduino de la Antártida con el avión “Polar 6”. Los tres científicos coincidieron en atribuir la formación a un gran meteorito, “debido a la estructura tan llamativa de círculos de hielo concéntricos”, explicó Eagles, director de la expedición y experto del instituto Alfred Wegener de Bremerhaven, norte de Alemania.
Si se confirma la hipótesis, el meteorito tendría unas dimensiones fuera de la común y un diámetro de unos 100 metros. “Según un estudio de 2006, la Tierra recibe un impacto de ese tipo sólo una vez cada 5.200 años”, dijo Eagles. Bindel aclaró que el hallazgo de rocas de origen cósmico en los hielos perpetuos es frecuente. El frío protege los cuerpos de la corrosión y, como suelen ser oscuros, se detectan con facilidad.
El hecho de que el nuevo cráter no hubiese sido descubierto antes podría deberse al sitio remoto en el que apareció, añadió Eagles. El propio equipo alemán llegó casi por casualidad a la zona tras cambiar la ruta de vuelo debido a la falla de un instrumento de medición.
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