11 Marzo 2015
BUENOS AIRES.- El primer juicio por jurados en la provincia de Buenos Aires arrancó ayer con 18 ciudadanos comunes -12 titulares y seis suplentes- que deberán resolver si condenan a un hombre de 26 años acusado de matar a su cuñado. Entre los 39 candidatos que se presentaron había amas de casa, el dueño de un boliche bailable, dos profesoras de escuela secundaria, de historia y arte, un agente de seguridad privada, una cocinera y una jubilada. Los candidatos estuvieron identificados con un número colgando de la solapa.
La fiscala Ana Armetta hizo hincapié en preguntar a las dos amas de casa si sabían “qué es la justicia por mano propia”. Las mujeres mostraron su desacuerdo con ese método. A los hombres interrogados, Armetta les preguntó si tenían conocimiento de armas y uno contestó afirmativamente porque, explicó, se crió en Formosa “y allá era común salir a cazar al monte siempre con bajo calibre, 22 y así”.
A otro de los jóvenes preseleccionados la defensora Oficial Verónica Jollife le preguntó si frecuentaba a un primo policía -había confiado ese parentesco en la declaración jurada previa que debían entregar los candidatos- y la respuesta arrancó una risa a los presentes: “Sí, claro, el domingo estuvo comiendo un asado en casa”.
Luego, en una audiencia secreta en la secretaría del tribunal, la fiscalía y la defensa plantearon ocho recusaciones y con el resto de las personas se hizo un sorteo mediante un sistema electrónico provisto por la Suprema Corte bonaerense que estableció cómo quedaba finalmente el jurado.
En este tipo de procesos el jurado analiza los hechos y define si el imputado debe ser condenado o absuelto. Cada integrante recibe el equivalente a dos remuneraciones diarias y básicas del empleado público en la provincia ($ 640 pesos más los viáticos y el refrigerio). Y si trabajan, sus empleadores están obligados a pagarle con normalidad el salario, sin quitas.
Tras jurar en sus cargos, a los ciudadanos electos se les entregó un block de hojas por si querían tomar notas y el juez les pidió que no lean diarios ni miren televisión mientras dure el juicio.
Al estilo de las películas, la fiscala se puso de pie y mirando a los jurados dijo que representaba “los intereses de la sociedad” y acusaba a Guillermo Barros del homicidio de su ex cuñado, Gabriel Armella, ocurrido el 30 de enero de 2014 en José León Suárez.
El juicio por jurados aplica para los delitos que estipulan penas superiores a los 15 años de prisión; para la condena se requiere 10 o más votos y la unanimidad en caso en que el delito tenga prevista pena de prisión perpetua. Si hay condena será el juez quien dicte la sentencia, calificación e imposición de la pena. El mecanismo del juicio por jurado ya se aplica en Neuquén y Córdoba. (DyN-Télam)
La fiscala Ana Armetta hizo hincapié en preguntar a las dos amas de casa si sabían “qué es la justicia por mano propia”. Las mujeres mostraron su desacuerdo con ese método. A los hombres interrogados, Armetta les preguntó si tenían conocimiento de armas y uno contestó afirmativamente porque, explicó, se crió en Formosa “y allá era común salir a cazar al monte siempre con bajo calibre, 22 y así”.
A otro de los jóvenes preseleccionados la defensora Oficial Verónica Jollife le preguntó si frecuentaba a un primo policía -había confiado ese parentesco en la declaración jurada previa que debían entregar los candidatos- y la respuesta arrancó una risa a los presentes: “Sí, claro, el domingo estuvo comiendo un asado en casa”.
Luego, en una audiencia secreta en la secretaría del tribunal, la fiscalía y la defensa plantearon ocho recusaciones y con el resto de las personas se hizo un sorteo mediante un sistema electrónico provisto por la Suprema Corte bonaerense que estableció cómo quedaba finalmente el jurado.
En este tipo de procesos el jurado analiza los hechos y define si el imputado debe ser condenado o absuelto. Cada integrante recibe el equivalente a dos remuneraciones diarias y básicas del empleado público en la provincia ($ 640 pesos más los viáticos y el refrigerio). Y si trabajan, sus empleadores están obligados a pagarle con normalidad el salario, sin quitas.
Tras jurar en sus cargos, a los ciudadanos electos se les entregó un block de hojas por si querían tomar notas y el juez les pidió que no lean diarios ni miren televisión mientras dure el juicio.
Al estilo de las películas, la fiscala se puso de pie y mirando a los jurados dijo que representaba “los intereses de la sociedad” y acusaba a Guillermo Barros del homicidio de su ex cuñado, Gabriel Armella, ocurrido el 30 de enero de 2014 en José León Suárez.
El juicio por jurados aplica para los delitos que estipulan penas superiores a los 15 años de prisión; para la condena se requiere 10 o más votos y la unanimidad en caso en que el delito tenga prevista pena de prisión perpetua. Si hay condena será el juez quien dicte la sentencia, calificación e imposición de la pena. El mecanismo del juicio por jurado ya se aplica en Neuquén y Córdoba. (DyN-Télam)