El Gobierno no descarta retoques en Ganancias

La inflación real, la desactualización de las escalas de ingresos y la presión sindical le ponen un condimento especial a este período de negociaciones paritarias. Con la amenaza de paro, particularmente de gremios del Transporte -previsto para el 31 de este mes-, el Gobierno nacional vuelve a poner en el centro de debate la discusión acerca de las posibles modificaciones en el impuesto a las Ganancias. El propio jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, salió ayer a decir que la presidenta Cristina Fernández “monitorea día a día” la posibilidad de modificar el mínimo no imponible del impuesto.

“Me he cansado de decir que la Presidenta monitorea día a día cuál es el momento en que menos daño provoca una decisión de esa característica respecto de aquellos que están trabajando en forma no registrada y que aportan de la misma manera que tienen trabajo registrado al fortalecimiento del mercado doméstico”, expresó Fernández. El ministro coordinador añadió: “en algún momento la Presidenta verá que el hilo se hace más corto y más angosto y toma la decisión para hacer ese equilibrio de perjudicar a la menor cantidad de gente posible que está en la puerta para ingresar al trabajo registrado y por esto se retrasa esa posibilidad concreta”.

El funcionario dijo que la intención oficial es desactivar la protesta del Transporte. “Voy a intentar seguir hablándolo, la razonabilidad tiene que primar ante estas cosas, y a mí me da la sensación que podemos llegar a un acuerdo de la mejor manera”, remarcó Fernández, consigna la agencia DyN.

Tributaristas consultados por LA GACETA consideran que el Poder Ejecutivo nacional puede efectuar los cambios porque es una facultad conferida por ley. Sin embargo, creen que hay un problema de tinte recaudatorio. De hecho, el crecimiento de la recaudación nominal de febrero fue liderado por Ganancias, tal como ocurrió en enero y prácticamente en todo 2014, observó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). En el primer bimestre del año, Ganancias también encabezó el ranking de tributos según su variación interanual, con una suba asociada del 40,3%. De este modo, continúa evolucionando por encima a cualquier medición de inflación, con mínimos y escalas sin cambios para la cuarta categoría, y sin posibilidad de realizarse el ajuste por inflación. Según el tributarista Luis Alberto Comba, la falta de reconocimiento de esa inflación es el problema de fondo. Los mínimos conceptualmente representan el umbral de capacidad contributiva y debería ser una suma muy superior a la actual. “Esto ha quedado desvirtuado en el tiempo ante la sistemática falta de ajuste que se ha venido realizando”, indicó.

A su criterio, el otro problema serio es la falta de adecuación de las escalas de tributación, que han quedado absolutamente desactualizadas (vienen de 2.000 sin modificaciones). “En aquella época, ganando U$S 10.000 se tributaba a una tasa del 9 %. La equivalencia hoy sería que quien gana esa suma mensual (cerca de $ 90.000 con cotización oficial), debería tributar sólo un 9%, pero en realidad hoy tributa a una tasa del 31%”, puntualiza. Es decir la tasa del impuesto ha crecido y la mayoría tributa tasas muy altas, lo que hace aún más gravoso el gravamen.

“Cualquier ajuste en las deducciones personales o en la tasa del impuesto mejora el nivel de ingresos real de las personas, que indudablemente se vuelca en forma significativa al consumo”, acota.

El tributarista, Federico Moreno, coincide con Comba respecto de que las escalas quedaron desactualizadas por efecto de la inflación. “Por más que se modifique el mínimo no imponible, si no se actualizan los tramos de ingresos, Ganancias seguirá siendo más gravoso”, advierte.

Técnicamente, Moreno recuerda que Ganancias fue creado para gravar a los altos ingresos. “Era un impuesto a la renta que se fue deformando por la inflación. Hoy impacta a la clase trabajadora. Incluso, recibo consultas de maestras a las que les resulta insólito que Ganancias le termine serruchando una parte de su sueldo”, ejemplifica.