Rápidos y furiosos radicales

Como esos fanáticos de los autos, los radicales del país entraron todos juntos al taller este fin de semana y salieron con los autos tuneados para avanzar por la rápida y furiosa autopista electoral. Porque, a decir verdad, no hubo ningún cambio de vehículo, sino una personalización de los coches según el pedido de cada pope provincial de la UCR.

El tucumano José Cano, por caso, se bancó las críticas del victorioso Ernesto Sanz durante el plenario por su foto con el peronista Sergio Massa, pero se volvió de Gualeguaychú con el aval explícito de la convención partidaria para mantener el carnaval de colores que representa el Acuerdo Cívico y Social local. Así lo especifica la cláusula quinta del documento aprobado el domingo por los radicales: los acuerdos territoriales provinciales que disponga cada distrito serán respetados. Es decir, el partido definió seguir una línea nacional colgado del saco de Mauricio Macri, pero permitirá mantener alianzas regionales con el peronismo disidente. Por eso los referentes tucumanos del macrismo, del massismo y del radicalismo tomaron con cautela el impacto que pueda tener la decisión de la UCR en esta provincia.

Aunque pretendía ofrendar a Massa un acuerdo plural sin exclusiones, Cano no va a romper su acuerdo político con el massismo. En todo caso, esperará que el tigrense lo haga. Está convencido de que para llegar al Poder Ejecutivo -y luego poder gobernar- necesita de una ramificación peronista y en esa línea trabaja. Pero, a la vez, admite que con los dirigentes justicialistas que lo acompañan hoy no le alcanza para destronar al alperovichismo. Desde hace meses el diputado conversa con los operadores macristas para sumarlos nuevamente al AcyS. A partir de lo resuelto el domingo, entonces, estará obligado a hacerlo con mayor frecuencia. Hasta el cierre de la confección de las alianzas restan aún 60 días, tiempo durante el cual se pondrán sobre la mesa de negociación la vicegobernación, la intendencia de la capital y de algunos municipios y las listas de senadores y diputados. A Cano, aunque refunfuñe de la presión que le impuso Sanz, hoy le sirve más esta versión liberal del radicalismo. Porque dos semanas antes de la elección provincial la UCR tendrá que sortear las PASO y esas nóminas de candidatos aparecerán ahora debajo del apellido Macri, que viene subiendo en todas las encuestas. A simple vista, queda en claro que el precandidato a gobernador opositor tiene más cargos y con mejores expectativas para ofertar de la mano de Macri. No es lo mismo empatar o perder por poco con una boleta Daniel Scioli presidente y José Alperovich senador que ser aplastado en las urnas dos domingos antes de presentarse como la alternativa provincial. Esa es, precisamente, la carta que pretende jugar en la partida frente a Cano el macrismo comarcano.

Los liberales tucumanos creen que, a partir del nuevo posicionamiento radical, están en condiciones de exigir la vicegobernación o la intendencia capitalina y algunos municipios, entre los que se destacan Yerba Buena, Tafí Viejo o Alberdi. En esos distritos, por ejemplo, no es tan alto el costo interno que debería pagar Cano por “bajar” a los candidatos radicales y enrolarlos detrás de los nombres macristas que surjan de un eventual acuerdo. Tampoco los operadores de Macri están dispuestos a dejar caer las charlas si los peronistas disidentes no son excluidos por el radical. Claro, siempre y cuando los nombres que ellos consideran aún contaminados por los residuos alperovichistas y kirchneristas sean relegados al rincón de los acoples. En este punto coinciden los canistas: mientras más en baja sigan las acciones de Massa, menos podrán exigir los peronistas que lo acompañan.

El restyling radical del último fin de semana puso a Cano con la presión de hacer lugar a los macristas, le dio un salvataje para la elección nacional y contuvo los gritos ansiosos de un sector del partido, aquel que lideran los cobistas Ariel García y Luis Sacca. De todas formas, el escenario para el principal referente opositor sigue siendo el mismo: ninguna de las encuestas le garantiza un triunfo en caso de contar con un vicegobernador massista o macrista. Sólo una alianza con el intendente Domingo Amaya le permitiría picar en punta en la grilla del domingo 23 de agosto.

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