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19 Marzo 2015

Inundaciones

En un demoledor Panorama Tucumano, Guillermo Monti (13/3) desenmascaró la responsabilidad política detrás de la catástrofe de las inundaciones tucumanas. Este desastre ecológico no es ni un castigo celestial ni es imputable a ningún ensañamiento de la naturaleza en contra de los tucumanos. Los causantes del desmadre de las aguas son humanos, demasiado humanos. “Como siempre -dice LA GACETA-, las explicaciones son científicas y terrenales. Cambio climático más desaprensión y/o negligencia que cargan los responsables de evitar que pase lo que está pasando”. El resultado de tanta mala praxis política es lapidario: las víctimas se quedan con la muerte, la enfermedad, el hambre y el desamparo y los victimarios se quedan con el obsceno enriquecimiento ilícito y la impunidad ante su accionar corrupto. Ante esto, no es cierto que todos los políticos sean corruptos e indolentes y tampoco es cierto que Alperovich sea ni el primero ni el único responsable de esta tragedia de la democracia inundada. Es bien sabido que nuestro gobernador actual dista de ser un estadista, “pero quienes lo precedieron -dice Monti- están cortados por la misma tijera. En ese sentido, nada diferencia a Alperovich de Riera, Domato, Ortega, Bussi o Miranda. Tampoco de (los “opositores”) Cano, Sacca o Casañas, quienes pretenden aparecer hoy con fórmulas salvadoras, como si hasta la semana pasada hubieran vivido en Suiza”. Visto así, el “Tucumán que viene” –nos gobiernen “oficialistas”, “opositores” o “cuasiopositores”- será el eterno retorno de la misma tragedia de la democracia inundada. Salvo que ocurra un milagro político… y que los que se candidatean para gobernarnos ganen nuestro voto. Y lo harán si se convierten de corazón para el noble ejercicio de la política al servicio del otro ¿Es una utopía o una ingenuidad pensar que los políticos abandonarán sus mañas y malas artes? Mientras algunos calculan cómo medrar políticamente a costa de la desgracia, otros escribimos cartas de lectores quejándonos de ello, pero hay otros que apuestan al sueño y la utopía de encarnar el poder como servicio; “son muchos tucumanos (que) hacen política de la buena, la silenciosa, la que transforma y propone esperanza en plena marejada”, tal como Monti cerró esperanzadoramente su columna.

Ramón Eduardo Ruiz Pesce
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Inundaciones II

Tiene razón el baquiano rastreador de cuatreros al darle cátedra oral como dijo el lector Ysmael Díaz (carta del 18/3), los ríos no están muertos, sino dormidos. Fui supervisora docente por 10 años en los departamentos de Leales y Burruyacu; los caminos para llegar a las escuelas eran -aún lo son- intransitables, problema que se agrava con las lluvias. Y no es reciente, sino desde hace 20 años que empecé a transitarlos. Nunca el gobierno se preocupó por esos caminos y cuesta tanto llegar a destino sin transporte público, y tampoco particular. Es una aventura tipo Dakar pretender entrar y salir, por ejemplo, en Los Herrera, El Guardamonte, Campo Azul, Entre Ríos, en Leales, y La Soledad, Taco Palta, Villa María, en Burruyacu. Siempre pensé en cómo la población soluciona los problemas de salud urgentes. Ni hablar los días de clases que se pierden, al ser imposible caminar tantos kilómetros en medio del agua y del barro. Hoy deben estar en igualdad de condiciones, pero ningún delegado comunal toma previsiones para que ese río dormido, que inunda la escuela de La Virginia y destruye los caminos de acceso a otras, encauce las aguas y mejore las vías de acceso. Los directivos y maestros viven suplicando su arreglo sin resultado favorable. Mientras se debe llegar a la escuela en jardinera, en tractores, o camionetas, si algún alma caritativa recoge a los maestros, si no hay que caminar, para llegar a la escuela que tendrá escasa asistencia de alumnos, que no pudieron concurrir para evitar que su única zapatilla se enlode. Esta es la realidad que no se quiere ver. Los 180 días de clases no están garantizados. El estado de los caminos para poder llegar a la escuela debiera estar incluido en la agenda política.

María Beatriz Sánchez de Comas
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JUBILADOS TRANSFERIDOS

Con verdadera pena veo que cada día que pasa, somos menos los jubilados transferidos que vemos pasar los días sin que el Gobierno de la provincia proceda a cumplir con el fallo judicial que nos devuelve el 82% móvil. Resulta irónico que el gobernador Alperovich se siga llenando la boca con la muletilla “... vamos a acatar lo que diga la Justicia”. Esto lo manifestó (LA GACETA del 20/2) cuando su amigo, el doctor Edmundo Jiménez, hoy ministro fiscal, le pidió a la Corte la suspensión de la vigencia de la ley contra los “dealers”. ¿Por qué Alperovich para algunas cosas acata lo que dice la justicia y para otras no? ¿Cuál es la diferencia en una u otra sentencia? ¿No emanaron de una Corte de Justicia? ¿No debe cumplir con lo que dispuso la Justicia con respecto a los jubilados? ¿Nos apoyará en este pedido de los jubilados si el Gobierno que le suceda es de otro signo político?

Juana M. Farías

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DESCALIFICACIÓN

Obligado por la carta de José Quirós (18/3) , quien con una violencia escrita aguda, se refiere a mi persona, voy a responderle. Este lector, sin conocerme, simplemente porque no comparto su pensamiento, me maltrata diciendo que tengo “odio”, “veneno acumulado” y “adláteres”. ¡Y soy yo el “odiador”! Lector Quirós: no proyecte en mí su sentimiento y pensamiento. Yo no quiero la muerte de ninguna “yegua” y mucho menos la de algunos “burros” que andan por la vida diciendo cualquier disparate, desbordados por la falta de control de su inteligencia emocional . La Sociedad Rural Argentina acompañó siempre a los sediciosos que tomaron por asalto a nuestro país, defendiendo sus propios intereses, sin importarles los demás, y se enfrentaron a presidentes democráticos, como el caso del doctor Raúl Alfonsín, quien fue silbado y abucheado en la sede de esta en 1987. Hace poco la AFIP descubrió gente cuasi esclava, viviendo en condiciones infrahumanas en los campos del presidente de esta entidad rural, Luis Etchevehere. ¡Yo no soy el campo! ¿Usted lo es ? Lo respeto, pero no lo odio por eso. ¡Allá usted! También dice en su carta que yo admiro a este gobierno; sí, es cierto, y apoyaré en las próximas elecciones la profundización de este modelo. ¿Usted se molesta por eso? Es su problema, no el mío. Pero le pido amablemente que no me descalifique con tanta vehemencia. Por último, lector Quirós, usted dice que tengo pretextos; sí, tiene razón; las necesidades de los angustiados y carecientes son razones importantes para acudir en su ayuda y desde hace años trabajo en mi pueblo, San Pedro de Colalao, realizando tareas sociales y sanitarias con amigos, vecinos y profesionales que colaboran desde la solidaridad y sin paga alguna, salvo por la satisfacción de haber mejorado la calidad de vida de los más necesitados. Está invitado a mi pueblo, y si se quiere sumar a nuestro trabajo, será bienvenido. Cordial saludo.

Francisco Centurión
Pasaje Ave María s/n

San Pedro de Colalao


EX AGENTES DE YPF

Referente al proyecto de resarcimiento a los ex agentes de YPF, sabemos qué es y a quién nos enfrentamos, somos conscientes de que nuestro reclamo es justo y se sustenta en leyes N° 23.696, 24.145 y el decreto reglamentario N° 2778, que el Estado incumplió violando, cuanto menos, su espíritu. No hay posibilidad alguna de que esta democracia pueda hacer ninguna reparación posible en honor a la verdad. ¿Quién puede ante tamaño atropello imaginar que se pueda reparar la dignidad, el honor, la integridad, el daño moral, la destrucción de miles de familias, las muertes, la destrucción de cientos de compañeros entregados al alcohol y las drogas; la vergüenza cuando nuestros hijos debieron abandonar sus estudios porque su papá paso a ser un desocupado? ¿Quién puede humana y cristianamente valuar ese daño y decir cómo se puede reparar? Lo que ahora está a punto de concretarse es sólo una migaja que tiene más las características de una limosna que de una reparación histórica. “No es lo mismo un oprimido que un excluido. Un oprimido se puede decir que todavía está dentro del sistema, en cambio, un excluido está totalmente fuera del sistema”. Lo dijo el papa Francisco. Por una decisión de un gobierno de la democracia, fuimos las víctimas innecesarias y nos condenaron a vivir en la exclusión social. Que este gobierno haga lo que crea que deba hacer, pero haciendo lo que ellos crean que es lo más justo, nunca podrán llevar adelante, lo que por Justicia corresponde al terrible daño infringido a tantas familias de trabajadores. Memoria, verdad y justicia es lo que pedimos.

Armando Gómez
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El riesgo de las motos

En este insalvable caos que es el tránsito en la Capital tucumana la mayor cuota de riesgo parece provenir de las motos. Motochorros, enduristas urbanos, deliberys y otras yerbas son una constante amenaza para peatones y automovilistas. Está de más decir que son casi a diario los protagonistas de las crónicas policiales. Pero también el ejemplo más palpable de la falta de control por parte de las autoridades. Se los ve todos los dias circular sin cascos, con frecuencia con más de dos y hasta cuatro ocupantes o haciendo equilibrio con alguna carga insólita (garrafas, cajones de cerveza, mascotas, etcétera). Cuando están apurados se mandan por la vereda o pasan lo más panchos con semáforos en rojo. ¿Quienes son los responsables de tanta desidia y descontrol? ¿Cuántos muertos o discapacitados más son necesarios para frenar tanta insensatez? Les dejo a todos esos dos interrogantes.

Pablo Díaz

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Juan Pablo Juárez

Querido Juan Pablo, quiero decirte que desde que me enteré de lo ocurrrido, lo único que hago es rezar, porque sé que Dios te cuida, y seguramente querrá que sigas ayudando y comprometiéndote con los más necesitados, como lo hiciste siempre y más aún el día sábado pasado que te vimos en la vía pública ayudar a los damnificados del sur. Querido compañero, aunque seguramente no me conoces, sólo quiero decirte que yo como seguramente la sociedad, rezo por vos y tu familia, porque te mereces lo mejor. ¿Será que que Dios te tiene preparado un futuro para todos nosotros, los que luchamos por una sociedad digna y justa... fundamentada en la seguridad? ¿Será que Dios quiere que, cuando te recuperes, nos ayudes a defendernos del mal social y del mal político del mal que todos miran para adentro? Querido Juan, recuperate porque Dios tiene a través tuyo algo muy grande para Tucumán. Sos el campeón.

Viviana Aiachini

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TRATO DESCONSIDERADO

Inaudito, desconsiderado, inhumano, es el maltrato que tuvimos que soportar en la mañana del lunes al intentar cobrar nuestras paupérrimas jubilaciones, en horas muy tempranas, en el banco de 24 de Septiembre al 800. Cientos de jubilados conformaban una extensa cola que llegaba hasta la calle San Martín. Soportando una tenue llovizna y pasando la hora de haber abierto sus puertas el banco, notamos con asombro que no permitían que ingresáramos a pesar de estar casi vacía la institución. La orden emanaba de la gerencia, dijeron empleados que impedían el ingreso. “¡Al gerente les molestan las colas dobles, hablen con él!”, fue la inverosímil respuesta. Con todo respeto, deseo manifestar que de una buena vez debe terminar esta alevosía injusta a los mayores. Los enfermos dan pena, no soportan el tedioso plantón. La medida adoptada es de muy poca inteligencia, porque ese gerente no se da cuenta de que muchos recogemos el número de atención al cliente y nos retiramos a cumplir con otras obligaciones retornado luego de haber calculado nuestro turno. Otra medida que debe urgentemente implementarse, es extender el pago de 16 a 20, como en épocas anteriores, donde los jubilados eran considerados “señores”.

Alejandra Pérez Ortega
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LAS “MINAS”

Según el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, el fallecido fiscal Nisman gastaba el dinero del Estado en “minas”, comentario que no sorprende y que llama a la reflexión viniendo de una persona que ocupa un cargo en el Ejecutivo y sabe con conocimiento los dineros mal gastados de funcionarios. Ello pone en el tapete la moral de cada uno y, por qué no, la ética, tan cuestionada en estos tiempos de despilfarros y argucias que se evidencian en obras y proyectos. Hace falta que estos actos fallidos o a conciencia sean advertencias para saber quién es quién.

Carlos Rubén Ávila
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