Por Roberto Espinosa
25 Marzo 2015
“No permitas que las heladas quemen el alma de mi maíz, empujala pa’la montaña, Pachamama, mira por mí...” Las voces se amasan con barro, germinan en un rezo, en una caricia a esa madre que nos junta a todos en su vientre. Ella, riojana, él, jujeño. Traen su canto arropado en chayas, carnavalitos, huaynos, coplas... La Bruja Salguero y el Bruno Arias han unido su talento y sentimiento para evocar a la Madre Tierra a través de 11 piezas, acompañados por Leo Villagra en bajo, Diego Rolón en guitarra, Alejandro Salamanca en percusión, Colo Belmonte en batería, Juan Carlos Liendro en vientos y Pachi Herrera en charango. Popi Spatocco (piano) es el músico invitado en “Dorotea, la cautiva”, una de las piezas más logradas del disco. Los intérpretes recrean climas que van desde lo festivo a lo reflexivo. Abordan un repertorio poco transitado, en el que se destacan “Lucero cantor”, “Los amanecidos”, “Corazón de lechiguana” y “Madre del maíz”. En una caja de luna, entre zondas y remolinos, con la harina del carnaval bailando en la chirlera, la Bruja y Arias tejen un sentimiento impregnado de tierra, raíz y modernidad.
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Bruno Arias