27 Marzo 2015
Ni los propios fumigadores recomiendan como opción efectiva fumigar la casa y el jardín para combatir los mosquitos. “La gente a veces lo pide. Es un trabajo de $ 300 o $ 400, pero no se puede dar garantía de efectividad. Quizás se eliminen los mosquitos de su casa, pero después vienen los de la casa del vecino y el problema es el mismo”, explicó Oscar Alfredo Palacios, ingeniero agrónomo y vicepresidente de la Cámara de Control de Plagas.
Lo que sí podría ser efectivo, señaló el especialista, es una fumigación aérea a gran escala. “Por ejemplo, para combatir los mosquitos de la ciudad, el Gobierno debería fumigar desde el cerro hasta Banda del Río Salí y desde Lules a Los Nogales, en avión por supuesto. De esta forma eliminaríamos gran cantidad de adultos y, consecuentemente, la cantidad de huevos depositados”. El ingeniero estima que se podría reducir hasta un 60% los huevos con una aplicación y que el costo podría oscilar entre $ 3 millones a $ 5 millones. “Además, dependiendo la época, habría que hacerlo cada 15 días...”, advirtió.
Según su experiencia, el público pide fumigar el jardín principalmente cuando va a tener una reunión. “Se lo hace mucho en Yerba Buena. Si los invitados llegan a las 22, yo fumigo a las 21. Y a las 5 o 6 de la mañana los mosquitos se encargan de empezar a correr a las visitas”, bromeó.
Lo que sí podría ser efectivo, señaló el especialista, es una fumigación aérea a gran escala. “Por ejemplo, para combatir los mosquitos de la ciudad, el Gobierno debería fumigar desde el cerro hasta Banda del Río Salí y desde Lules a Los Nogales, en avión por supuesto. De esta forma eliminaríamos gran cantidad de adultos y, consecuentemente, la cantidad de huevos depositados”. El ingeniero estima que se podría reducir hasta un 60% los huevos con una aplicación y que el costo podría oscilar entre $ 3 millones a $ 5 millones. “Además, dependiendo la época, habría que hacerlo cada 15 días...”, advirtió.
Según su experiencia, el público pide fumigar el jardín principalmente cuando va a tener una reunión. “Se lo hace mucho en Yerba Buena. Si los invitados llegan a las 22, yo fumigo a las 21. Y a las 5 o 6 de la mañana los mosquitos se encargan de empezar a correr a las visitas”, bromeó.
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