De una ermita y pirámide

Belgrano proyectó un homenaje a la Virgen.

JOSÉ AGUSTÍN MOLINA. En su homilía de 1812, describió el tributo que Belgrano proyectaba dedicar a la Virgen de las  Mercedes. la gaceta / archivo JOSÉ AGUSTÍN MOLINA. En su homilía de 1812, describió el tributo que Belgrano proyectaba dedicar a la Virgen de las Mercedes. la gaceta / archivo
Creemos poco conocido el hecho de que, después de la victoria de Tucumán, del 24 de setiembre de 1812, el general Manuel Belgrano tuvo el propósito de honrar a la Virgen de las Mercedes erigiendo una ermita y una pirámide. Así lo recordó un siglo después el obispo de Tucumán, Pablo Padilla y Bárcena, en su pastoral del 5 de agosto de 1912, con motivo de las ceremonias de coronación de la milagrosa Virgen.

Hacía notar que, en un tramo de su sermón posterior al triunfo del 24 –pronunciado el 27 de octubre-, el doctor José Agustín Molina –luego obispo- se dirigió directamente al jefe vencedor, a ese respecto. La pastoral pasaba a reproducir textualmente sus palabras.

“Señor general del Ejército Auxiliador del Perú: Vuestra Señoría alcanza bien a dónde se dirigen mis conceptos. Corre de público que las piadosas ideas de Vuestra Señoría son de mandar construir en el campo glorioso de las Carreras, una Ermita dedicada a Nuestra Señora de las Mercedes, y cerca de ella un Obelisco o una Pirámide con una inscripción alusiva al triunfo obtenido por la protección de la Santa Virgen”.

Agregaba Molina: “Yo me atrevo a insinuar a Vuestra Señoría (dispénseme su tan ilustrada piedad la insinuación) que la inscripción que haya de grabarse en el frontispicio del pequeño templo, sea en términos equivalentes a estos: ‘Al Dios Soberano, en honor de la Virgen su augusta Madre, bajo el título de las Mercedes y de la Victoria”.

Como se sabe, Belgrano hizo levantar luego una pirámide de ladrillo –que luego se recubrió de mármol y que existe hasta hoy- en 1817, pero en honor al triunfo de Chacabuco.

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