06 Abril 2015
En su mensaje pascual, el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Horacio Zecca, consideró que el problema más grave que enfrenta nuestra sociedad es “la carencia de verdad y la consagración del relativismo como única garantía de una sociedad que se precie de ser pluralista y democrática”.
“Sólo la ‘libertad de la verdad’ es la verdadera libertad”, señaló.
“La declamada tolerancia es, en realidad, un totalitarismo inaceptable que instaura el dogma del ‘todo vale’ desconociendo la existencia de una verdad objetiva y de una naturaleza que, convertida en norma jurídica constituye la única garantía de una auténtica convivencia humana. No se puede, en efecto, defender con fundamentos un derecho de la persona a la libertad prescindiendo de la verdad objetiva sobre la misma persona, porque es precisamente la persona humana – con su naturaleza que siempre hay que respetar – el fundamento y el fin de la vida social, a la que el derecho debe servir”, explicó.
“Cuando la libertad se separa de la verdad y del derecho natural, la convivencia social se deteriora profundamente”, advirtió. No puede aceptarse, en consecuencia, la “dictadura del relativismo” que defiende el “todo vale” y que “todo es pactable y negociable” porque ese es el camino a la disolución social, remarcó.
“Sólo la ‘libertad de la verdad’ es la verdadera libertad”, señaló.
“La declamada tolerancia es, en realidad, un totalitarismo inaceptable que instaura el dogma del ‘todo vale’ desconociendo la existencia de una verdad objetiva y de una naturaleza que, convertida en norma jurídica constituye la única garantía de una auténtica convivencia humana. No se puede, en efecto, defender con fundamentos un derecho de la persona a la libertad prescindiendo de la verdad objetiva sobre la misma persona, porque es precisamente la persona humana – con su naturaleza que siempre hay que respetar – el fundamento y el fin de la vida social, a la que el derecho debe servir”, explicó.
“Cuando la libertad se separa de la verdad y del derecho natural, la convivencia social se deteriora profundamente”, advirtió. No puede aceptarse, en consecuencia, la “dictadura del relativismo” que defiende el “todo vale” y que “todo es pactable y negociable” porque ese es el camino a la disolución social, remarcó.
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Alfredo Horacio Zecca
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