La Bella y la Bestia: Un clásico con perfume francés

El director Gans promete respetar el texto original de La Bella y la Bestia, pero con lujos visuales.

La Bella y la Bestia: Un clásico con perfume francés
09 Abril 2015
“La bella y la bestia” es uno de los clásicos más visitados en el cine, el teatro y la televisión, con versiones con actores en carne y hueso o dibujos animados; patinando sobre hielo, cantando o detrás de pesados disfraces; con versiones de época o actualizadas al presente; desde propuestas de la factoría Disney hasta alternativas independientes; y muchas opciones más.

Ahora llega a los cines argentinos la que se presenta como la interpretación más fiel y genuina del cuento de hadas tradicional publicado en 1740 por Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Y lo hace de la mano de su coterráneo francés Christoph Gans, quien reivindica expresamente el clima clásico del tiempo en que se conoció el texto, pero con la promesa de “sorprender al público con un universo completamente nuevo jamás experimentado antes, con imágenes de una calidad sin precedentes”.

Así, se retoma la historia enmarcada a principios del siglo 18, cuando un mercader naviero arruinado por el hundimiento de sus buques cargueros debe exiliarse al campo con sus hijos, entre los que sobresale Bella, la más joven, alegre y hermosa de sus herederas. Llegan al dominio mágico de la Bestia, donde el atribulado padre roba una rosa por lo que es condenado a muerte por el implacable deforme. Para evitar ese destino, Bella se ofrece para convivir con el príncipe maldito y conquista su corazón.

Gans suma a la narración original su propio universo, plagado de su fascinación juvenil por los samurais y el manga japonés, y una estética cuidada y detallista, que ya ofreció hace más de una década cuando dirigió la contundente “Pacto con lobos”. En esta nueva producción franco-germana cuenta con la pareja talentosa que conforman la hermosa Léa Seydoux y el eficiente Vincent Cassel.

Estrenada en Francia hace más de un año, viene presentándose en salas de todo el mundo con críticas favorables, en especial en el Japón, para personal satisfacción de su director. Recibió tres nominaciones en los Premios César de 2014.

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